30 de agosto de 2008

Tres días y dos noches

Llegué a tierras madrileñas apenas a las 11 de la mañana del pasado martes. Esta hora muestra el madrugón por el que aposté para aprovechar el poco tiempo del que disponía. Fiesta, más fiesta y buen rollo es lo que disfruté durante mi visita a las Fiestas de San Sebastián de los Reyes, en Madrid. Los conocidos «San Fermines chicos» son ya una cita ¿fija? en mi agenda.

A los encierros no se puede faltar, aunque levantarse antes de las 7 de la mañana, tras disfrutar de poco más de dos horas de cama... cuesta, y mucho. Pero éstos no concluyen con el «oficial». Luego, durante todo el día, hay otros encierros «alternativos», siempre con el toro de por medio, dedicado a los más pequeños.

El chocolate con porras (o churros en su defecto) es también de convocatoria obligada. Bueno, más bien necesaria. Es imposible despertarse, a eso de las 10 de la mañana, sin un buen alimento que echarse a la boca.

Ya avanzado el día, la ronda con los amigos, regada con la bebida deseada por cada uno (en función de la resaca acumulada). Y con las risas siempre presentes.

Y por la noche: la Feria. El espacio donde se reúnen todos, y en el que montarse en las atracciones es un deber más que un placer. A los choques (ya que en la vida real se pagan caro) y los aparatos saltarines no falto, eso sin duda.

Bueno, fueron sólo dos noches y tres días, pero ha merecido la pena. El año pasado, la vorágine en el trabajo me impidió acudir a Sanse. Este año, sin embargo, me han «regalado» la oportunidad de marchar. Es lo que tiene contar con un tipo como Jorge como jefe. Suerte.

Ésta ha sido la primera estación (breve como será la segunda) de mis vacaciones oficiales. Las reales han durado desde el martes 1 de julio hasta ayer, 29 de agosto. Ya las explicaré más detalladamente.

Una vista atrás

Ni una semana ha pasado desde la Ceremonia de Clausura de los Juegos Olímpicos… y ya nadie se acuerda de la cita más importante del deporte. Durante los 18 días que duró, todos los focos se centraban en Pekín (y sus sedes); ahora, nada de nada. Qué rápido caduca todo…

En fin. No quiero dejar pasar la oportunidad de hacer un balance propio de los Juegos, dicen que los mejores de la Historia. Faltaría –añado–. Si cuatro años después, con la cantidad de avances que se consiguen, la organización en cuestión no logra crear un evento que supere los anteriores, mala cosa.

Se podría destacar mil detalles, y aún así dejaríamos muchos en la recámara. Pero voy a centrarme en cinco. No son los más importantes, pero sí los que, en un primer pensamiento, he recuperado.

Para comenzar, cómo no, los reyes de los Juegos. Michael y Usain. Phelps y Bolt. El «Tiburón de Baltimore» y el «Relámpago».

Del nadador norteamericano, más que la prueba de relevos que le aupó al Olimpo de los Dioses, me quedo con los 100 metros mariposa. Qué prueba. Impresionante remontada en los ¿centímetros? finales. Propia de un genio.

El velocista jamaicano es, por sí mismo, puro espectáculo. Su carrera de los 100 metros lisos fue irrepetible (no por la marca, que la mejorará) sino por las sensaciones que trasmitió en toda una final olímpica. Pero, aún así, me ha venido a la cabeza, por la dificulta que entrañó, los 200 metros y su record del mundo. Cuando hace 12 años Michael Jonson paró el cronómetro en 19.30 segundos, los especialistas decían que no había nacido el hombre que pudiera batir dicho tiempo. Se equivocaron.

Y de los gestos de Liu Xiang en los tacos de salida de la primera eliminatoria de los 110 metros vallas, ¡qué decir! Era la carrera más esperada por los chinos y una de las que contaba con mayores expectativas por el duelo entre el velocista chino y el atleta cubano Dayron Robles. El deporte (y sus caprichos) lo impidió.

El destino, esta vez no, fue incapaz de frenar a Isinbayeva y su reto: ganar el oro (sencillo) y conseguir el enésimo record mundial (éste en una plaza muy especial). Las lágrimas de una campeona como la rusa reflejan que los dioses también sienten.

Por último me quedo con una doble imagen. La final de Baloncesto. La selección de EE UU acongojada y España dando lo mejor de sí (que es mucho). Gracias al talento de los jugadores de ambos equipos (sí, equipos) pudimos disfrutar del mejor baloncesto del mundo. Ganó el mejor, pero los nuestros estuvieron muy cerca. Todo un logro.

Phelps, Bolt, Xiang, Isinbayeva son algunos protagonistas de los Juegos. Otros muchos nunca tuvieron su minuto de gloria… Bueno, gracias a una apuesta de TVE pudimos disfrutar de la otra cara de los Juegos. «Conexión Pekín», presentado por Ernest Rivera, permitió conocer multitud de detalles que en plena competición pasan inadvertidos. Personalmente me agradó. Era una cita diaria. De lo mejor del despliegue de TVE. ¿Lo peor? Que durante las retransmisiones no se indicara si el evento era en directo o en diferido. Un fallo, creo, grave con una diferencia horaria tan incómoda como la vivida en estos Juegos.

26 de agosto de 2008

Medidas contra la crisis

La crisis ya es una realidad admitida por todos, aunque a algunos les costó algo más.

Ahora, dentro de esta peligrosa espiral, las medidas para combatir el bajón económico comienzan a llegar. La primera, cómo no, de Telefónica. La multinacional, para no faltar a la tradición, siempre tan pendiente de su cliente. Da gusto formar parte de la empresa.


A partir del 1 de octubre Telefónica procederá al cobro del servicio de identificación de llamada, según informa la compañía a sus clientes en las últimas facturas: "A partir del 1 de Octubre de 2008 finaliza la promoción de gratuidad del Servicio de Identificación de Llamadas correspondiente a la línea telefónica donde usted tiene contratado su ADSL, DÚO o TRÍO, pasando a igualarse a la promoción general de 0,5 euros al mes"- a ese precio hay que añadirle el IVA, lo que sitúa el coste del servicio de valor añadido en 0,58 euros -.
Bueno, leyendo noticias de este calibre la tanquilidad no tardará en llegar a las familias.

23 de agosto de 2008

Espíritu olímpico



El taekwondista cubano Ángel Matos golpeó a un árbitro después de que éste diera por ganador a su rival, el kazajo Arman Chilmanov, en el combate por la medalla de bronce de los Juegos Olímpicos de Pekín en la categoría de más de 80 kilos.

Matos sufrió una lesión en un pie cuando iba ganando 3-2 a Arman Chilmanov y los médicos del cubano subieron al tatami para atenderle. Pero cuando Matos se levantó, el árbitro dio la pelea por concluida y señaló al kazajo como ganador.

Los técnicos cubanos entraron al tatami para reclamar el resultado y fue entonces cuando Matos le dio una patada al árbitro del encuentro, antes de golpear también a otros jueces que intentaban controlarlo.

La Federación Internacional de Taekwondo examinó el incidente inmediatamente y luego anunció la suspensión de por vida del peleador y de su entrenador de todas las competiciones internacionales por violar el espíritu del taekwondo.

Un periodista, una esquela

«La inevitable renovación de los periódicos». Bajo este título, El País ofrece hoy un reportaje tan interesante como poco optimista. «Internet y la crisis publicitaria obligan a la prensa a adaptarse a un nuevo modelo de negocio. Los diarios 'online' amenazan los formatos tradicionales y la manera de contar las noticias», asegura el diario nacional.

El texto es largo e interesante. Os recomiendo su reposada lectura. Aquí rescato algunos de los párrafos que más dicen. El artículo entero, en El País.

Leer estos días las noticias sobre la marcha de los periódicos en Estados Unidos se ha convertido en un ejercicio casi morboso; en lo más parecido a hojear las páginas de esquelas: cierres de diarios, despidos en masa de periodistas y desplomes de las acciones de las empresas en la Bolsa. Las últimas semanas han sido especialmente sangrientas con el anuncio de la supresión de 80 puestos de trabajo en el Chicago Tribune, 250 en Los Angeles Times y 130 en el Milwakee Journal Sentinel, al que de poco le ha servido el Pulitzer que ha ganado este mismo año.

Ese reguero de cadáveres periodísticos empieza a sentirse también en Europa, donde a la fuga de la publicidad a Internet se le suma una crisis económica que espanta a los anunciantes.
Este panorama ha llevado a no pocos expertos a predecir la muerte o la desaparición de gran parte de los periódicos tal y como hoy los conocemos. Los pésimos resultados, más allá de la crisis, tienen que ver con la necesidad de un cambio de modelo de negocio en las empresas periodísticas, dicen. Y algunos, como el reputado analista Philip Meyer, se han aventurado a pronosticar una fecha de defunción: 2043. Otros hablan tenebrosamente de "los próximos años".

Pero, ¿es tan mala la situación? ¿Quiere decir que los periódicos pasarán a mejor vida? ¿Cuáles están mejor preparados para soportar las embestidas del mercado? ¿Cómo afectarán los cambios en la prensa escrita a la salud democrática de las sociedades?


Si en algo coinciden los expertos es en que no todos los periódicos morirán. Pero también en que todos deberán transformarse para sobrevivir en una era en la que la gente, más que nunca, quiere leer historias, aunque no en los formatos que han dominado la prensa 300 años. Hay que ponerse manos a la obra ante un cambio que, dicen, no tiene por qué ser a peor. Alertan de que saldrán ilesos los periódicos que se adapten antes y mejor a los ritmos y demandas de la Red, los que acometan la mediamorfosis y logren cautivar a los internautas (y, así, a los anunciantes).


La gran cuestión es si los periódicos en papel aguantarán la caída de su publicidad. Y habrá que ver qué publicaciones serán capaces de atraer el número suficiente de lectores para mantener una edición impresa, una vez descartada la política de suscripciones, inviable en el mundo de la abundancia informativa.


Otro punto en el que coinciden los expertos es en que se va a producir un trasvase de recursos y de periodistas de las ediciones impresas a las digitales, y muchos recomiendan la llamada "integración": plantillas únicas que proporcionen contenidos al margen del soporte. Jarvis, como otros, sostiene que la crisis golpeará con mucha más fuerza a las cabeceras regionales. Que los grandes diarios nacionales, junto con las publicaciones hiperlocales, se salvarán.

Aún así, para unos y otros recomienda la especialización. Los periódicos ya no pueden pretender cubrir todo.
Pero las vacas flacas ya están aquí. El descenso de la publicidad en la prensa escrita de pago es imparable.

21 de agosto de 2008

Simple basura


Recuperando el tiempo, navegando por Internet y leyendo blogs… he llegado al de Natxo Lara. Director de Informativos de Canal 9 y profesor mío durante el pasado curso, el compañero mantiene un bitácora muy personal. Un espacio donde las sorpresas están a la orden del día. Y así ha sido.

Dice Natxo Lara en su entrada del pasado 18 de agosto: «He netejat el cotxe. Açò, que hauria de semblar una cosa habitual i dins la normalitat, ha estat un esdeveniment digne de contar. Al capó del cotxe vaig trobar […] la meua tesina, tota la documentació de la primera tesi doctoral, cintes BETACAM, parasols, ferramentes, una manta, sac de dormir, pràctiques dels meus alumnes, factures de la rehabilitació del Globo, llibres de Periodisme, cassetes de Dire Straits i una sèrie d'0bjectes que en total... sumaren cinc bosses de brosa».

Es decir, y resumiendo, nuestro trabajo no es más que basura. Bueno, siendo positivitos, al menos algo es.

Stop, please


Hago un alto en mis vacaciones para actualizar el blog. Es cierto que ganas no me faltan y temas me sobran… pero el verano es así, caprichoso y acaparador del tiempo libre. (Qué bien suena).

Cualquiera que lea el párrafo inicial pensará que estoy playa-piscina-pub todo el día. Y nada más cerca de la realidad. Tanto julio como agosto están siendo movidos. Vamos, un no parar. Pero siempre hay que hacer un alto y dejar constancia de (parte).

Esta semana larga de ausencia ha dado mucho que hablar. Eso sí, en general los JJ OO han sido el principal tema de conversación. Que si somos unos fracasados, que si Phelps es el puto amo, que si Bolt es sobrenatural… Y así en general.

¿Mi opinión? Me cuesta calificar de «fracasados» a deportistas (fuera del profesionalismo del fútbol, baloncesto y tenis) que se pasan cuatro años (con sus respectivos días, que son muchos) preparando una actuación olímpica. Pocos segundos en los que se juegan todo. No sólo entrenan para conseguir la admiración del resto, su mayor logro es alcanzar una medalla y disponer de una beca que les permita seguir cuatro años más dedicados a su verdadera pasión. ¿No harán todo lo posible para ganar una medalla? Pero el deporte es así, nada matemático.

Al margen de los «superclase», dígase Phelps o Bolt, hoy he sido testigo de una hazaña. Sí, esas gestas que quedan ocultas en el fragor de la competición y que si no se consuma en la final, por desgracia, pasará a ser una nueva oportunidad desperdiciada por España. Me refiero a la remontada del equipo masculino de hockey frente a la actual campeona olímpica, Australia.

Es un detalle más, de los muchos que hemos vivido durante estos Juegos (y que aún se repetirán), pero que apenas tienen trascendencia. Sólo queremos medallas, pero no buscamos las historias humanas que hay detrás de los deportistas.

Bueno, después de mi descarga moral… toca la última, ésta algo menos «políticamente correcta». Ayer fuimos todos testigos de una catástrofe. En Barajas perdieron la vida más de 150 personas por un simple antojo del destino. Hasta ahí, todos de acuerdo. Pero, ¿por qué la gente es tan falsa? Me explico. Al poco de estrellarse el avión, escuché en la radio que la Federación había solicitado suspender el partido de fútbol de la Selección en Dinamarca. ¿Qué se gana con ese gesto? ¿Por qué se suspenden los acontecimientos deportivos, los conciertos… y no, por ejemplo, las obras de teatro, las proyecciones de cine…? Los restaurantes anoche estaban llenos, los pubs también… pero, por favor, suspendamos el fútbol y la actuación musical de turno, eso sí.

Sé que lo correcto, como he dicho antes, es apoyar la suspensión de estos eventos. Pero en mi caso, disiento de la opinión, creo, general. Seguro que las familias no se sienten ni más ni menos reconfortadas por estos gestos. De los minutos de silencio, las banderas a media asta y demás, hablaremos otro día.

8 de agosto de 2008

Del Misteri a los Juegos


Pekín ya es Olímpica. Tras la fastuosa ceremonia de inauguración que hemos podido disfrutar vía televisión, una duda me ha rondado durante algunos minutos la cabeza. Al finalizar los ¿espectaculares? (me esperaba algo más) fuegos artificiales que han puesto punto final al acto de apertura, me he preguntado: ¿A qué me recuerda el vuelo del último relevista que condujo el fuego olímpico hasta el pebetero? Pensando y pensando he llegado a la conclusión: Al Misteri. ¿A que sí? Ese volar del ángel anunciador es totalmente comparable al de Li Ning por el cielo de Pekín.

Por cierto, aprovechando el tema de conversación... Li Ning es el fundador de la marca deportiva que lleva su nombre (además de un afamado gimnasta que logró en Los Ángeles tres medallas de oro, dos de plata y una de bronce. Es decir, el representante que ha elegido China como último portador de la llama olímpica es un millonario. Cosas del Comunismo. Cosas de esta vida.

P.S.: Este post debió subir el viernes pasado (día D) pero... «fantasmas de la Red» no lo permitieron.

4 de agosto de 2008

Mala pinta


Mes a mes se certifica que el miedo al lobo era más que razonable. Los últimos datos semestrales de inversión publicitaria de los Medios de Comunicación muestran que el panorama pinta incluso peor de lo que se preveía.

El País ha caído, entre enero y julio, un 15%, Cinco Días un 7,4%, ABC un 21,9%, sus diarios regionales un 18,6%. En televisión el descenso, aunque menor, tampoco es esperanzador. Telecinco ha perdido un 2,5% y Antena 3 un 10,5%.

Por otro lado, pero dentro de la misma dinámica, según un informe elaborado por Infoadex, la publicidad en los Medios de Comunicación ha caído un 6,5% en 2008.

El descenso ha sido generalizado excepto en Internet (¡cómo no!) con un crecimiento del 28,3% (110,6 millones) y los canales temáticos, Los canales temáticos con un 12,1% (30,9 millones).

La hecatombe ha sido para el cine que ha sufrido un decremento del 43,0 por ciento (11,1 millones de euros de facturación).