Demasiados días de celebración. La fiesta arrancó la tarde del pasado 19 de junio, cuando la victoria en Irún devolvió al Hércules a Primera División. El sueño de una ciudad (o parte de ella) ya era una realidad. Y con él llegaron otros, también importantes. Cuando la entidad blanquiazul apenas llevaba 24 horas entre la élite del fútbol español, la corporación municipal, con la alcaldesa a la cabeza, recibió a los ‘héroes’. Allí, en el Ayuntamiento, entre controvertidas frases de unos e inoportunos cánticos de otros, Castedo se erigió como la protagonista de acto. Como es habitual. La alcaldesa pidió la ayuda a los ciudadanos (¿?) para llevar a cabo la reforma del Rico Pérez. Con esta propuesta, que contó con el apoyo de la oposición, la fiesta herculana se prolongaba. No sólo se subía a Primera sino que además se iba a remodelar un estadio que, hoy, da vergüenza ajena.
Sin embargo, como marca la tradición, las buenas noticias en el Hércules no se pueden prolongar en el tiempo. Y ayer fue el día que aguó la fiesta. De madrugada se conoció la muerte del presidente más legendario del club, don José Rico Pérez. El máximo dirigente en la época de gloria del Hércules, con Arsenio Iglesias en el banquillo y un equipo que llevó al Hércules hasta la quinta posición en Primera División, falleció en la madrugada del pasado martes a causa de una insuficiencia renal. Cosas de la edad.
Hasta el tanatorio de La Siempreviva, donde descansaban los restos mortales de Rico Pérez, llegaron numerosas personalidades de la sociedad alicantina, entre ellos, el actual presidente del Hércules, Valentín Botella. Acompañado por el vicepresidente Juanjo Huerga, el dirigente blanquiazul se presentó con el rostro casi desencajado. Y no, no era por la muerte, esperada, de don José.
Desde primera hora de la mañana saltó la noticia en la ciudad, y se extendió al resto del país: la Policía estaba registrando el domicilio de Joaquín Ripoll. Luego, se sumaron a la lista las dependencias de la Diputación y las oficinas del máximo accionista del Hércules, Enrique Ortiz…
Ahora que parecía todo rodar de cara para los intereses del Hércules… salta la bomba, quedando el adiós de Rico Pérez como una anécdota. Y, echando mano de la broma fácil: la cosa huele mal, no desprende aroma de Loewe.
Las informaciones se acumularon durante toda la jornada, hasta altas horas de la noche. Se habló de altas cantidades de dinero en efectivo en el domicilio de Ripoll. También de que Ortiz se había entregado en una comisaría de Navarra, donde disfrutaba de unos días de vacaciones. Luego se especuló sobre detenciones que nunca se llegaron a confirmar. Demasiados rumores interesados que rondaron por las redacciones. Algunos, mal hecho, convirtiéndose en parte de las noticias que ofrecían distintos medios de comunicación. Hoy, claro, se esperan rectificaciones que nunca llegarán. Somos así.
¿Más polémica? El TSJ se desmarca de las actuaciones que llevaron a cabo este martes. Otros ven innecesario que decenas de policías (hasta un centenar según algunas fuentes) se desplazaran hasta Alicante para registrar domicilios y despachos. También puede parece excesivo que se detenga al presidente de una diputación provincial para tenerlo doce horas de espera en una comisaría, tomarle declaración durante apenas diez minutos y mandarlo, con las mismas, a casa. Aunque en estos tiempos, nada debe sorprender. Tampoco que Canal 9 situé como noticia preferencial el "caso Ripoll" cuando otro caso, el Gürtel, pasó de puntillas por las escaletas del ente autonómico.
Ahora toca esperar, escuchar a las partes, no creer ninguna versión (¿alguien dirá la verdad en todo este asunto?) y ver en qué queda este supuesto asunto de corrupción política. La experiencia dictamina que, a buen seguro, pocas responsabilidades se depurarán… Tal vez porque no sea necesario, entonces algunos deberían juzgar el ‘numerito’ policial. Tal vez porque los políticos, por contrato, presumen de demasiada cintura y escasa vergüenza.
Mientras tanto, ya veremos qué pasa con la ya firmada reforma del Rico Pérez. ¿Seguirá el Ayuntamiento adelante con la cesión de terrenos al empresario Enrique Ortiz? ¿Mantendrá el PSOE el apoyo a la remodelación del estadio? Incluso, ¿puede peligrar el Hércules si la operación policial acarrea consecuencias jurídicas? Años ha, Alperi, por aquel entonces alcalde de Alicante, le pidió a Ortiz que se hiciera cargo del Hércules, ante la paupérrima situación económica que atravesaba la entidad. ¿Llegará ahora otro punto de inflexión?
Sin embargo, como marca la tradición, las buenas noticias en el Hércules no se pueden prolongar en el tiempo. Y ayer fue el día que aguó la fiesta. De madrugada se conoció la muerte del presidente más legendario del club, don José Rico Pérez. El máximo dirigente en la época de gloria del Hércules, con Arsenio Iglesias en el banquillo y un equipo que llevó al Hércules hasta la quinta posición en Primera División, falleció en la madrugada del pasado martes a causa de una insuficiencia renal. Cosas de la edad.
Hasta el tanatorio de La Siempreviva, donde descansaban los restos mortales de Rico Pérez, llegaron numerosas personalidades de la sociedad alicantina, entre ellos, el actual presidente del Hércules, Valentín Botella. Acompañado por el vicepresidente Juanjo Huerga, el dirigente blanquiazul se presentó con el rostro casi desencajado. Y no, no era por la muerte, esperada, de don José.
Desde primera hora de la mañana saltó la noticia en la ciudad, y se extendió al resto del país: la Policía estaba registrando el domicilio de Joaquín Ripoll. Luego, se sumaron a la lista las dependencias de la Diputación y las oficinas del máximo accionista del Hércules, Enrique Ortiz…
Ahora que parecía todo rodar de cara para los intereses del Hércules… salta la bomba, quedando el adiós de Rico Pérez como una anécdota. Y, echando mano de la broma fácil: la cosa huele mal, no desprende aroma de Loewe.
Las informaciones se acumularon durante toda la jornada, hasta altas horas de la noche. Se habló de altas cantidades de dinero en efectivo en el domicilio de Ripoll. También de que Ortiz se había entregado en una comisaría de Navarra, donde disfrutaba de unos días de vacaciones. Luego se especuló sobre detenciones que nunca se llegaron a confirmar. Demasiados rumores interesados que rondaron por las redacciones. Algunos, mal hecho, convirtiéndose en parte de las noticias que ofrecían distintos medios de comunicación. Hoy, claro, se esperan rectificaciones que nunca llegarán. Somos así.
¿Más polémica? El TSJ se desmarca de las actuaciones que llevaron a cabo este martes. Otros ven innecesario que decenas de policías (hasta un centenar según algunas fuentes) se desplazaran hasta Alicante para registrar domicilios y despachos. También puede parece excesivo que se detenga al presidente de una diputación provincial para tenerlo doce horas de espera en una comisaría, tomarle declaración durante apenas diez minutos y mandarlo, con las mismas, a casa. Aunque en estos tiempos, nada debe sorprender. Tampoco que Canal 9 situé como noticia preferencial el "caso Ripoll" cuando otro caso, el Gürtel, pasó de puntillas por las escaletas del ente autonómico.
Ahora toca esperar, escuchar a las partes, no creer ninguna versión (¿alguien dirá la verdad en todo este asunto?) y ver en qué queda este supuesto asunto de corrupción política. La experiencia dictamina que, a buen seguro, pocas responsabilidades se depurarán… Tal vez porque no sea necesario, entonces algunos deberían juzgar el ‘numerito’ policial. Tal vez porque los políticos, por contrato, presumen de demasiada cintura y escasa vergüenza.
Mientras tanto, ya veremos qué pasa con la ya firmada reforma del Rico Pérez. ¿Seguirá el Ayuntamiento adelante con la cesión de terrenos al empresario Enrique Ortiz? ¿Mantendrá el PSOE el apoyo a la remodelación del estadio? Incluso, ¿puede peligrar el Hércules si la operación policial acarrea consecuencias jurídicas? Años ha, Alperi, por aquel entonces alcalde de Alicante, le pidió a Ortiz que se hiciera cargo del Hércules, ante la paupérrima situación económica que atravesaba la entidad. ¿Llegará ahora otro punto de inflexión?
La Fiscalía dirigida por el tal Briones, la tan poco respetada Justicia y, sobre todo, el tiempo… señalarán a los culpables. Aunque, mediáticamente, ya hay sentencia. Y, muchos, la deben estar celebrando, pese a que en sus declaraciones sean más prudentes de lo que fue Ripoll cuando le tocó estar al otro lado en los presuntos casos de corrupción que manchan, día tras día, el nombre de esta Comunidad.