La ausencia del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en el acto de proclamación de la Bellea del Foc y de sus damas no cayó nada bien en el seno de la Federació de Fogueres. Puig se ausentó, excusan desde su entorno, porque tenía un viaje a Madrid. Un desplazamiento, todo sea dicho, que la mayoría de socialistas del Levante hicieron ayer por la mañana, con el tiempo justo, pero suficiente, para estar presentes en la puesta de largo de Pedro Sánchez como candidato del PSOE a La Moncloa. Puig, en cambio, tuvo que viajar el día anterior. Una jornada, la del sábado, en la que casualmente estuvo por la Marina Alta con motivo de una cita organizada por Escola Valenciana. Y allí, en Ondara, se acabaron las responsabilidades instituciones por este fin de semana. De ahí, a Madrid.
Pero Puig no fue el único cargo del Consell que estuvo ausente en una de las jornadas marcadas en rojo en el calendario festero. Tampoco se vio a la vicepresidenta Mónica Oltra, ni a Vicent Soler, Gabriela Bravo, Vicent Marzà, Carmen Montón, Rafael Climent, Elena Cebrián ni tampoco a María José Salvador. Sólo "cumplió" uno de los dos consellers alicantinos, Manuel Alcaraz, y eso que iba a ser (y fue) la primera vez que se veía cara a cara con el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri después de afearle en público su mala conducta en las redes sociales. Pese a eso, acudió y ejerció como representante del Consell. Puig, recuerdan desde su entorno como justificación sacada de no sé qué manual de política cantonalista, tampoco estuvo hace unos meses en la proclamación de la Fallera Mayor de Valencia. Una explicación que en realidad esconde otra, la real: estos fastuosos actos festeros no se consideran importantes entre los nuevos inquilinos del Palau de la Generalitat. Eso sí sería ir con la verdad por delante, siendo transparentes. Pero no. Mejor recurrir a Madrid, como siempre.
Todo será muy distinto de aquí a unas semanas, a unas pocas semanas, cuando la campaña tome velocidad. Caprichos del calendario, la previa a la repetición de la cita electoral coincidirá con los días grandes de las Hogueras de San Juan, de una fecha de Interés Turístico Internacional. Así, en una campaña de obligado perfil bajo, donde las grandes citas pasarán casi de puntillas, aprovechar la celebración de fiestas populares para dejarse ver, saludar a los presentes, repartir besos y carantoñas a discreción y pedir un voto más que disputado parece de obligado cumplimiento. Los partidos, en Alicante, lo asumen, aunque tuercen el gesto, o hacen el intento. Si sus líderes nacionales realizan un uso obscenamente electoralista de las Hogueras, los perjudicados, los que se quedan aquí y escucharán las críticas de unos y otros, serán los dirigentes locales. Por eso, la mayoría cuenta aquello de que van pedir, porque a exigir no alcanzan, "mesura" a sus respectivos comités de campaña. La última palabra la tendrán en Madrid. Y si las Hogueras se miman lo justo desde Valencia, imaginen en los despachos de Madrid.
**Artículo publicado en el Diario INFORMACIÓN el 22 de mayo de 2016.