Postigo, Jiménez y Llorens, en un acto reciente en Alicante//Jose Navarro |
A nadie escapa la fluida relación
entre Mariano Postigo y las redes sociales, donde su presencia es casi continua.
Ya sabido su relevo al frente de la Concejalía de Fiestas, Postigo publicó un «tuit»
de una noticia cuyo titular recogía una frase de Aitor, defensa del Hércules:
«Yo me dedico a trabajar, pero hasta el momento no me da resultados». No sé si
fue casualidad, que no lo creo, pero ese mensaje bien puede ser su breve y
personal resumen al frente del área. Y es que nadie dijo que el trabajo fuera suficiente…
Ya que por falta de horas, seguro que no se ha producido su destitución. Y por
reforzar el área de Deportes, tampoco, no nos engañemos. ¿Entonces…?
Igual de notoria que es su
afición a las redes sociales, también lo era su falta de «feeling» con los dos
presidentes de la Federación de Hogueras con los que ha coincidido en su etapa
en Fiestas. Nunca hubo buena relación con Pedro Valera –buen amigo de Llorens–
ni posteriormente con Manolo Jiménez –cuñado del citado Llorens–, y de nada
sirve poner paños de agua fría en unas heridas que pedían amputación. Así que
la salida de Postigo era cuestión de tiempo. Y es que la fiesta del fuego tiene
mucho poder en Alicante, por lo que resulta baldío tener el respaldo del resto,
como la Semana Santa o los Moros y Cristianos. De hecho, dicen que ahora resulta
casi imposible ganar unas elecciones municipales sin contar con el apoyo de los
festeros. Y dicen también que la alcaldesa, que cuenta las semanas para volver
a ser madre, ya estaba cansada de unas desavenencias que al final le acababan
por salpicar. Que si uno le iba con tal y el otro le iba con cual… Así que a
pocos sorprende el relevo en Fiestas, era la crónica de una muerte anunciada.
Cuenta Jiménez que al principio
la relación no fue mala. Y me da la impresión de que no es así, que incluso
antes de poder ser mala ya era peor. Y todo por el apoyo (más o menos velado) que
dio el ya exconcejal de Fiestas a la otra candidatura a la Presidencia de la Federación
de Hogueras, liderada por José Luis Torres. No gustó, y nunca se acabó de
perdonar. Tampoco gustó en la Fiesta que Foguerer Carolinas se llevara el
premio especial de las últimas Hogueras, una decisión del jurado con la que también
se acabó señalando al entonces edil. Y así, un largo etcétera. Y es que en
general, nada gustaba. Ni a uno lo del otro ni al otro lo del uno. En los actos
de Hogueras, ya fueran oficiales o simplemente organizados por comisiones, sólo
faltaban las apuestas: ¿Se saludarán?, ¿se hablarán?, ¿se evitarán?... Unas
preguntas que, sin ánimo de buscar culpables, en poco ayudaban a las Hogueras.
Y en éstas llega «Nino», que para
algunos nunca dejó de ser el concejal de Fiestas en la sombra. Él gusta a los implicados:
a uno, por raíces familiares, y a otros, por cuestiones de concentración de
poder. Llorens ya tiene en sus manos las áreas con mayor peso económico y poder
social en Alicante. Y en breve, tendrá el Ayuntamiento a sus pies, con la baja
por maternidad de Castedo. ¿No será esto, por tanto, un movimiento con mirada
electoral? Como aquel, recuerden, que le ascendió de «teniente de alcalde» a
«vicealcalde». Improbable no parece, ¿verdad?
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