7 de diciembre de 2012

Otra de enganchones en el PSOE


Si no fuera porque son los encargados (uno desde la Ejecutiva, otra desde el Grupo Municipal) de hacer oposición al Gobierno del PP en Alicante, sería hasta divertido ver los continuos enganchones entre Gabriel Echávarri y Elena Martín. Se han convertido, falta ver la intención, en ejemplo vivo de lo que no se debe hacer en política si quieres recuperar la confianza de un electorado expectante, receloso y exigente. 

Tras el nombramiento de Asunción Sánchez Zaplana (todavía concejala de Acción Social en Alicante) como nueva consellera de Bienestar Social, Gabriel y Elena han vuelto a ponerse los guantes, esta vez a través de sus respectivas cuentas en Twitter. Y no han defraudado, claro. 

Gabriel Echávarri @GEchavarri: Asunción Sánchez Zaplana tras llevar a la ruina los servicios sociales de Alicante ascendida a Consellera. #asiESelPP

Elena Martin @elenamartinALC: [Asunción Sánchez Zaplana] tiene un talante conciliador y de consenso. Cercana y conocedora del sector. Es respetada por los colectivos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué vértigo!
Me parece francamente lamentable el comentario de Gabriel Echavarri, con unas dosis de oportunismo político similares a las de su desconocimiento profundo sobre la trayectoria de Suni.

Solo desde la ignorancia supina o el oportunismo manifiesto (y no sé que es peor) se puede hacer un comentario de esta naturaleza.

Se puede criticar al Ayuntamiento en muchas cosas y algunos llevamos años trabajando desde diferentes frentes, con datos, análisis y estudios. Pero afirmar que Suni "ha llevado a la ruína a los Servicios Sociales de Alicante" demuestra tal grado de desconocimiento de la evolución, del papel y la función de los Servicios Sociales desde hace lustros en la ciudad, que avergüenza de alguien que aspira a dirigir la ciudad.

En este caso, quien se coloca en una posición de esta naturaleza queda en evidencia.

Y ojala Suni sea capaz de trasladar a la Generalitat el talante, la capacidad y el esfuerzo que ha proyectado sobre la ciudad. Sería una auténtica trasnformación, aunque me temo que gestionar la miseria, las deudas y los impagos es algo muy distinto.

Yo no me llamo Javier!