24 de septiembre de 2013

Con Luceros, al infinito y más allá

Hace días que las Hogueras se han hecho un hueco, pese a las fechas, en las conversaciones de los alicantinos. Más en concreto, las charlas giran en torno al cambio en la ubicación del tradicional concurso de mascletàs, que desde hace veinte años se venía celebrando en la plaza de Luceros. Ahora, dicen, que el monumento de Bañuls está malito y que ya no aguanta ni una juerga más. En cambio, no precisan con la claridad exigible si la enfermedad de la fuente es de nacimiento, de la mala vida que le han dado o de su querencia a estar presente en todas las fiestas. No sabemos, por tanto, si las grietas y demás desperfectos de Luceros aparecen por los malos materiales empleados en su construcción y en las futuras (ya pretéritas) rehabilitaciones, por el escaso mantenimiento a la que ha sido sometida en sus más de ochenta años de vida o por las vibraciones del TRAM, las sacudidas y los compuestos químicos que sobrevuelan la zona durante las mascletàs o la polución de un entorno intenso en la circulación vial. Tal vez, nadie es el culpable, pero todos son en parte responsables. Aunque el silencio municipal resulta intrigante, rozando la duda.

Desperfectos en Luceros. ¿Culpa de las mascletàs?
Y de repente, todos los dedos señalan a las mascletàs. Todos los dedos del Ayuntamiento, preciso. Parece ser que ahora, seis disparos al año son los únicos (o al menos, máximos) culpables del deterioro de la fuente de Luceros. Y esa sensación me lleva a hacerme algunas preguntas. Que espero, aunque sea poquet a poquet, vayan encontrando su consiguiente respuesta. Aunque lo dudo...

¿Por qué tanta prisa en llevarse las mascletàs de Luceros? ¿Por qué la alcaldesa Castedo, en apenas 24 horas, tenía ya decidida cuál iba a ser la nueva ubicación para el concurso de pólvora? ¿Por qué salta a la palestra la glorieta de la Estrella, frente a El Corte Inglés, si hasta la fecha nunca se había valorado como alternativa? ¿Filtrar el nombre de la Estrella antes de contar con los informes técnicos puede ayudar para que, en caso de existir una corriente popular en contra, el Ayuntamiento tenga una coartada (profesional) a la hora de proponer otra ubicación? ¿No sería más profesional un intercambio en los tiempos: pedir los informes técnicos y, con ellos sobre la mesa, decidir cuál es el lugar idóneo para disparar las mascletàs? Y si Luceros está tan perjudicada como dicen que está, ¿qué ha pasado con las últimas rehabilitaciones? ¿Qué se ha hecho? ¿Qué hay de los responsables? ¿Y nadie pide cuentas por los miles de euros gastados en los trabajos de rehabilitación, incluido el polémico traslado de la fuente durante las obras del TRAM? ¿Por qué han tenido tan pocos años de vida las últimas restauraciones de Luceros? Si eran simples parches, ¿por qué no se acometieron trabajos más profundos? ¿Pretende al Ayuntamiento seguir metiendo dinero en un pozo sin fondo, en un monumento que ha llegado ya «al final de su vida útil», según Florentino Regalado? ¿Recuerdan que hace casi una década, Arcadi Blasco ya sentenció: Luceros tiene fecha de caducidad? Si tanto aprecio se tiene a Luceros, ¿por qué no se han realizado trabajos continuos de mantenimiento de la fuente en los últimos años? [No, la manida la crisis no vale, que es muy reciente]. Si los expertos apuntan a la falta de mantenimiento como clave en el deterioro de Luceros, ¿por qué nadie pide responsabilidades a los presuntos responsables de tal negligencia? Si en la rehabilitación de 2006 se destruyó parte del monumento [la base y el vaso], ¿no se puede seguir ahora, con esos mismos argumentos, la reconstrucción completa de la obra de Bañuls? ¿Y los moldes? ¿Qué es de los moldes de Luceros? En serio, ¿existen? Y los festeros, ¿por qué aprovechan la mínima oportunidad para disparar contra los comerciantes (con o sin razón, cuestión al margen) en lugar de aglutinar todas las voces contrarias al traslado para así hacer más fuerza ante el Ayuntamiento? ¿Por qué la Federación muestra un apoyo tan rotundo al cambio de la plaza de Luceros? ¿Y la oposición, a todo esto, qué dice? ¿Mascletàs en Luceros o dónde carajo? ¿Y si seguimos con las preguntas? Llegaríamos hasta el infinito... 




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