22 de abril de 2008

En la terreta


Cincuenta horas después. Minuto abajo, minuto arriba, que no es cuestión de ser puntillosa. Almería apareció en mi vida, sin esperármelo: me marcó en parte, con una experiencia digna de repetir; pero ya pasó. Mucho trabajo, demasiados actos y mayor cansancio. Así pasó mi aventura por tierras de andaluzas. La Alcazaba (sobre todo, su visita) nos marcó a todos. A algunas algo más. Cuestión de presunción. Y no de inocencia, en este caso. Todo lo contrario más bien. El viento (mucho, demasiado) nos acompañó todos los días. El miedo y el nerviosismo eran latentes en toda la expedición. Unos no querían ver cómo el monumento representativo de la Fiesta caía. Otros… otros huían de problemas.

Ya en Alicante, todo se ve distinto. Parece que alguna trascendencia ha tenido el trabajo. Suficiente.

Hablando de Alicante, de casa. Allí (en casa, no en Alicante, por Dios) pronto acabará Aguirre o Rajoy. O ambos, si la vida supiera de justicia. La vergüenza, parece, ni la tienen ni la conocen. Comprendo que para algunos es difícil, para otros, intuyo, misión cuasi imposible. Pero, digo yo, ¿tan complicado es ser sensato, consecuente y disciplinado? No ven, ambos, que están haciendo el ridículo, que son el hazmerreír de muchos (no todos pueden reírse, también sea dicho, del mal ajeno…).

Hoy digo, mañana me contesta, pasado busco apoyosCalifico, matizo, me reafirmo... Y, por medio, los palmeros. Aquéllos que buscan sombra, pero que tampoco hacen ascos a ningún árbol. ¡Qué más da!, dirán, la cuestión es refugiarse del sol… Pues no, aquí la solución no es tan sencilla. Sin posiciones diáfanas y mantenidas en el tiempo, no hay remedio a los problemas. Otra pregunta, tal vez, sería si quieren anteponer el problema a la solución. ¿O era la solución al problema?

En fin. No sé, y tampoco son horas de averiguarlo. Marcho. A ver si la reflexión nocturna me aporta, ahora sí, algo de luz. La antigua Costa del Sol ya quedó atrás. No, no me he equivocado. Su origen (el Sol que da nombre a la costa) está en Almería, en una de las fachadas de la Catedral almeriense… Esa Catedral que también sirvió de fortaleza allá por el siglo XVI, tras el terremoto que asoló Almería en 1522… Para más información: ¡Internét!, o un paseo por una ciudad muy similar a Alicante, que no mejor, ¡eh!

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