30 de agosto de 2008

Una vista atrás

Ni una semana ha pasado desde la Ceremonia de Clausura de los Juegos Olímpicos… y ya nadie se acuerda de la cita más importante del deporte. Durante los 18 días que duró, todos los focos se centraban en Pekín (y sus sedes); ahora, nada de nada. Qué rápido caduca todo…

En fin. No quiero dejar pasar la oportunidad de hacer un balance propio de los Juegos, dicen que los mejores de la Historia. Faltaría –añado–. Si cuatro años después, con la cantidad de avances que se consiguen, la organización en cuestión no logra crear un evento que supere los anteriores, mala cosa.

Se podría destacar mil detalles, y aún así dejaríamos muchos en la recámara. Pero voy a centrarme en cinco. No son los más importantes, pero sí los que, en un primer pensamiento, he recuperado.

Para comenzar, cómo no, los reyes de los Juegos. Michael y Usain. Phelps y Bolt. El «Tiburón de Baltimore» y el «Relámpago».

Del nadador norteamericano, más que la prueba de relevos que le aupó al Olimpo de los Dioses, me quedo con los 100 metros mariposa. Qué prueba. Impresionante remontada en los ¿centímetros? finales. Propia de un genio.

El velocista jamaicano es, por sí mismo, puro espectáculo. Su carrera de los 100 metros lisos fue irrepetible (no por la marca, que la mejorará) sino por las sensaciones que trasmitió en toda una final olímpica. Pero, aún así, me ha venido a la cabeza, por la dificulta que entrañó, los 200 metros y su record del mundo. Cuando hace 12 años Michael Jonson paró el cronómetro en 19.30 segundos, los especialistas decían que no había nacido el hombre que pudiera batir dicho tiempo. Se equivocaron.

Y de los gestos de Liu Xiang en los tacos de salida de la primera eliminatoria de los 110 metros vallas, ¡qué decir! Era la carrera más esperada por los chinos y una de las que contaba con mayores expectativas por el duelo entre el velocista chino y el atleta cubano Dayron Robles. El deporte (y sus caprichos) lo impidió.

El destino, esta vez no, fue incapaz de frenar a Isinbayeva y su reto: ganar el oro (sencillo) y conseguir el enésimo record mundial (éste en una plaza muy especial). Las lágrimas de una campeona como la rusa reflejan que los dioses también sienten.

Por último me quedo con una doble imagen. La final de Baloncesto. La selección de EE UU acongojada y España dando lo mejor de sí (que es mucho). Gracias al talento de los jugadores de ambos equipos (sí, equipos) pudimos disfrutar del mejor baloncesto del mundo. Ganó el mejor, pero los nuestros estuvieron muy cerca. Todo un logro.

Phelps, Bolt, Xiang, Isinbayeva son algunos protagonistas de los Juegos. Otros muchos nunca tuvieron su minuto de gloria… Bueno, gracias a una apuesta de TVE pudimos disfrutar de la otra cara de los Juegos. «Conexión Pekín», presentado por Ernest Rivera, permitió conocer multitud de detalles que en plena competición pasan inadvertidos. Personalmente me agradó. Era una cita diaria. De lo mejor del despliegue de TVE. ¿Lo peor? Que durante las retransmisiones no se indicara si el evento era en directo o en diferido. Un fallo, creo, grave con una diferencia horaria tan incómoda como la vivida en estos Juegos.

2 comentarios:

Yo no soy Paul Avery dijo...

Me alegra no ser el único que disfrutara con el estupendo trabajo realizado en "Conoexión Pekín". Un notable a TVE en su seguimiento de los Juegos. Ahora mismo es la única cadena que puede cubrirlos. No llega a sobresaliente por cosas como las de directo o diferido, algo sorprendente porque Teledeporte es algo que utiliza habitualmente.

Anónimo dijo...

De los deportistas y el espectáculo de las ceremonias, qué decir que no hayas dicho.

De TVE me molestó que no se indicara si la retransmisión era en directo o en diferido.