¿No echan algo de menos en los últimos días? ¿No existe un tipo de lectura, muy común durante la pasada semana, que ha perdido de repente todo su protagonismo? ¿Recuerdan esos reportajes –de toda condición– que hacían balance sobre un año en la Alcaldía? Ningún medio ha logrado esquivar la atracción, y han caído uno a uno en la "maraña" elaborada por Castedo. Muchos la critican, pero a nadie le resulta indiferente. Todos valoran su esfuerzo, aunque sólo una parte elogia el método llevado a cabo durante su primer año. Sería de necios no destacar su extrema dedicación, el intento por mejorar una ciudad en proceso de abandono y sus maneras por alcanzar acuerdos con todos (vecinos, sindicatos...), excepto con aquellos que han confiado su futuro político en ataques continuos y casi personales. No obstante, creo que sus excesivas apariciones públicas están provocando una devaluación del cargo, y por ende un arrinconamiento de la figura del concejal de turno...
Retomando las preguntas planteadas líneas arriba... debo reconocer que, en mi caso, sí echo de menos esas noticias. Eran entretenidas, y siempre generaban debate. Ahora abro el periódico y me falta algo. Aunque en realidad, ya casi lo sabemos todos. No acierto a adivinar ningún detalle que nos falte por descubrir… Veamos.
Nos ha dicho que “tenemos que aprender a cuidar más Alicante”, que “juega al pádel y le faltan horas para mejorar su revés” y que “Camps es una de las personas más honestas que conoce”… Como primer contacto no está nada mal. Un poquito de todo. Prosigamos pues.
Los representantes vecinales dicen de ella que ha hecho “una gestión muy popular con la intención de presentarse a la ciudad”, que es “mejorable, pero no mala del todo, necesita asentarse en la Alcaldía”. Unos hacen un balance “positivo”, los más conformistas le pondrían “un 10”, mientras que otros recuerdan su “olvido a algunas partidas, como la Alcoraya”.
Por su parte, algunas figuras de la sociedad alicantina aprecian “continuismo” en su labor al frente al Ayuntamiento. Dicen que “sabe lo que hace, está bien aconsejada y en todos los sitios. Es infatigable”. Los más despistados dicen que “parece mentira que sólo llevemos un año con Castedo, porque parece mucho más. Teníamos ganas de olvidar la etapa negra anterior, con Alperi”. Eso sí, la mayoría coincide que “ha sido un año de atracón de imagen y populismo, en algún caso cercano al folclore puro y duro”. Con un apunte desde los grupos de la oposición: “Una año vacío de gestión real”.
Una conversación con ella transmite que “el diálogo con la oposición es otro cantar”. Sobre todo por las denuncias de presunta corrupción que se han ido archivando, como el «caso aparcamientos» y Benalúa Sur. Un año después de coger la vara de mando, en un emotivo pleno, nadie sabe qué quiere hacer el Ayuntamiento con el emblemático estadio José Rico Pérez. Tampoco se acierta a encontrar el equilibrio entre el descanso y el ocio nocturno, y por eso Castedo no sabe con qué carta quedarse. Esperemos que elija la correcta.
Su obsesión con el “pequeño detalle” sigue en pie. “Los alicantinos deben estar orgullosos de su ciudad» dijo al poco de llegar al Consistorio. Y con flores, macetas y tepes de césped artificial se ha volcado en su campaña del «Alicante, guapa, guapa y guapa». Pero aún queda mucho por hacer. En las calles se percibe mayor presencia de Policía Local, mientras que se presume un recorte en el gasto oficial, que tuvo su mayor exponente en las Hogueras con la supresión del Racó Oficial.
Por último, y como ejemplo del mal gusto, con cierto aires retrógrados, machistas y casi propios de un panfleto de barrio, hemos confirmado que a nuestra protagonista le pierden los estampados y los colores llamativos. Prefiere los pantalones a las faldas y los tacones frente al zapato plano. Además, hemos visto que no abusa de los complementos. Con todo, los especialistas descartan que sea una “fashion victim”. Así será. Pero tampoco era un dato relevante. ¿No?
Retomando las preguntas planteadas líneas arriba... debo reconocer que, en mi caso, sí echo de menos esas noticias. Eran entretenidas, y siempre generaban debate. Ahora abro el periódico y me falta algo. Aunque en realidad, ya casi lo sabemos todos. No acierto a adivinar ningún detalle que nos falte por descubrir… Veamos.
Nos ha dicho que “tenemos que aprender a cuidar más Alicante”, que “juega al pádel y le faltan horas para mejorar su revés” y que “Camps es una de las personas más honestas que conoce”… Como primer contacto no está nada mal. Un poquito de todo. Prosigamos pues.
Los representantes vecinales dicen de ella que ha hecho “una gestión muy popular con la intención de presentarse a la ciudad”, que es “mejorable, pero no mala del todo, necesita asentarse en la Alcaldía”. Unos hacen un balance “positivo”, los más conformistas le pondrían “un 10”, mientras que otros recuerdan su “olvido a algunas partidas, como la Alcoraya”.
Por su parte, algunas figuras de la sociedad alicantina aprecian “continuismo” en su labor al frente al Ayuntamiento. Dicen que “sabe lo que hace, está bien aconsejada y en todos los sitios. Es infatigable”. Los más despistados dicen que “parece mentira que sólo llevemos un año con Castedo, porque parece mucho más. Teníamos ganas de olvidar la etapa negra anterior, con Alperi”. Eso sí, la mayoría coincide que “ha sido un año de atracón de imagen y populismo, en algún caso cercano al folclore puro y duro”. Con un apunte desde los grupos de la oposición: “Una año vacío de gestión real”.
Una conversación con ella transmite que “el diálogo con la oposición es otro cantar”. Sobre todo por las denuncias de presunta corrupción que se han ido archivando, como el «caso aparcamientos» y Benalúa Sur. Un año después de coger la vara de mando, en un emotivo pleno, nadie sabe qué quiere hacer el Ayuntamiento con el emblemático estadio José Rico Pérez. Tampoco se acierta a encontrar el equilibrio entre el descanso y el ocio nocturno, y por eso Castedo no sabe con qué carta quedarse. Esperemos que elija la correcta.
Su obsesión con el “pequeño detalle” sigue en pie. “Los alicantinos deben estar orgullosos de su ciudad» dijo al poco de llegar al Consistorio. Y con flores, macetas y tepes de césped artificial se ha volcado en su campaña del «Alicante, guapa, guapa y guapa». Pero aún queda mucho por hacer. En las calles se percibe mayor presencia de Policía Local, mientras que se presume un recorte en el gasto oficial, que tuvo su mayor exponente en las Hogueras con la supresión del Racó Oficial.
Por último, y como ejemplo del mal gusto, con cierto aires retrógrados, machistas y casi propios de un panfleto de barrio, hemos confirmado que a nuestra protagonista le pierden los estampados y los colores llamativos. Prefiere los pantalones a las faldas y los tacones frente al zapato plano. Además, hemos visto que no abusa de los complementos. Con todo, los especialistas descartan que sea una “fashion victim”. Así será. Pero tampoco era un dato relevante. ¿No?
2 comentarios:
A mí también me vale cómo lo has recogido todo. Gracias.
Buen resumen!!
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