Justo hace una semana me llegó la noticia. Desde entonces y hasta hoy, no han sido días fáciles, más bien todo lo contrario. Vamos, una semana muy jodida. [Perdón a quien le ofenda la palabra en cuestión, pero ninguna otra resume mejor mi estado anímico]. Eso sí, mis sesiones de terapia [también conocidas como ‘control extremo de las emociones’] me han servido para salir victoriosa de todas las batallas que se me han planteado, con sólo alguna esporádica que no supe amarrar, o quise, por eso de ir soltando lastre.
Hasta hoy, decía. Esta noche, la noticia que surgió siete días atrás ha tenido su confirmación. La que nunca quise que llegara… Pero que ha llegado. [Porque en esta vida uno no logra todo lo que quiere, aunque sí debe querer todo aquello que logra].
Hace apenas unos minutos, Paco González ha hablado, y muy clarito. Sus palabras, sinceras y, como siempre, muy desnudas de envoltorios prefabricados, han confirmado que, por desgracia, todo se ha acabado. La maravillosa aventura que arrancó en 1992... ha tocado fin. Un final poco romántico... pero el que han elegido los que mandan.
Las he conseguido leer una vez, y con altos obligados. Porque hoy, después de mucho control, la realidad me ha demostrado que las terapias de poco sirven cuando las palabras traspasan cualquier coraza (más o menos natural) con la que nos queramos disfrazar.
Respiro hondo y me prometo no volver a echarles un ojo. Me hago prometer que voy a dejar que el recuerdo ejerza como tal, ya que también me resulta práctico como mecanismo de defensa ante la vulnerabilidad. Algo así sucedió la última vez que me enfrenté a la página en blanco del blog: desconecté la mente y me puse a escribir. Nunca hubo una segunda lectura...
Hasta hoy, decía. Esta noche, la noticia que surgió siete días atrás ha tenido su confirmación. La que nunca quise que llegara… Pero que ha llegado. [Porque en esta vida uno no logra todo lo que quiere, aunque sí debe querer todo aquello que logra].
Hace apenas unos minutos, Paco González ha hablado, y muy clarito. Sus palabras, sinceras y, como siempre, muy desnudas de envoltorios prefabricados, han confirmado que, por desgracia, todo se ha acabado. La maravillosa aventura que arrancó en 1992... ha tocado fin. Un final poco romántico... pero el que han elegido los que mandan.
Las he conseguido leer una vez, y con altos obligados. Porque hoy, después de mucho control, la realidad me ha demostrado que las terapias de poco sirven cuando las palabras traspasan cualquier coraza (más o menos natural) con la que nos queramos disfrazar.
Respiro hondo y me prometo no volver a echarles un ojo. Me hago prometer que voy a dejar que el recuerdo ejerza como tal, ya que también me resulta práctico como mecanismo de defensa ante la vulnerabilidad. Algo así sucedió la última vez que me enfrenté a la página en blanco del blog: desconecté la mente y me puse a escribir. Nunca hubo una segunda lectura...
Me ha costado mucho (muy mucho, casi demasiado) intentar digerir la despedida (ya definitiva) de Paco. Y lo que me queda. Pero de toda ella, rescato una declaración.
Eso sí, tengo una memoria extraordinaria para lo bueno... jamás olvido a quien me hace un favor, a quien me quiere o a quien me quiso; así que todos los maravillosos mensajes que he podido leer estos días y a quienes por desgracia no he podido responder individualmente, deben saber que han llegado al lugar del que no se moverán nunca (me resulta demasiado poético decir 'al corazón').
Fruto de la inconsciencia, me ha dado la impresión de que la frase que extraigo la transcribía de mi libro de memorias… En poco se diferencia de aquello que redacté en aquel hipotético primer capítulo. Me daba esa impresión... hasta que me he visto, cual “piltrafilla”, reflejada en la pantalla del ordenador. Ahí, he despertado y, paso seguido, me ha tocado admitir que mi memoria también sabe desgranar y reservar lo positivo. Sólo eso. Mera coincidencia.
Por ello, porque nunca olvido a quien me hace un favor… Por ello, aunque no sólo por ello, jamás lo podré (ni querré) olvidar.
Eso sí, tengo una memoria extraordinaria para lo bueno... jamás olvido a quien me hace un favor, a quien me quiere o a quien me quiso; así que todos los maravillosos mensajes que he podido leer estos días y a quienes por desgracia no he podido responder individualmente, deben saber que han llegado al lugar del que no se moverán nunca (me resulta demasiado poético decir 'al corazón').
Fruto de la inconsciencia, me ha dado la impresión de que la frase que extraigo la transcribía de mi libro de memorias… En poco se diferencia de aquello que redacté en aquel hipotético primer capítulo. Me daba esa impresión... hasta que me he visto, cual “piltrafilla”, reflejada en la pantalla del ordenador. Ahí, he despertado y, paso seguido, me ha tocado admitir que mi memoria también sabe desgranar y reservar lo positivo. Sólo eso. Mera coincidencia.
Por ello, porque nunca olvido a quien me hace un favor… Por ello, aunque no sólo por ello, jamás lo podré (ni querré) olvidar.
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Hola a todos. Iré al grano. Hoy por desgracia se ha terminado todo. Me evito pormenores y tecnicismos.
Han sido 23 años y uno siente que ésa es su casa, como uno siente que ése es su pueblo, no como una propiedad sino como un sentimiento. Pero se acabó. De todas las cosas que quiero decir la más importante es que la palabra GRACIAS no sirve para expresaros lo que siento. A vosotros y a todos los que me han hecho llegar su cariño. Es una mezcla de "Pero, ¿cómo me van a querer así?" con "Paquito, no leas más que lloras". Os juro que tengo los pies en la tierra y que soy de los que piensan que hoy eres Paco González y dentro de un mes eres "Paco Qué?" y pasado el tiempo eres "aquel chico tan majo, ¿cómo se llamaba?". Pero me da igual. Vuestro cariño me lo llevo puesto para toda la vida. Eso ya no me lo quita nadie. Ni vuestras inolvidables palabras sobre mis compañeros.
No puedo hablar mucho de mi futuro profesional. Simplemente buscaré un sitio para ser feliz a ser posible con la gente que me hace feliz. Porque tras una semana llena de emociones trato de tomar el control y pensar que la vida es muy corta para estar amargado, para mirar atrás o para recordar los aspectos feos de la despedida. Eso sí, tengo una memoria extraordinaria para lo bueno... jamás olvido a quien me hace un favor, a quien me quiere o a quien me quiso; así que todos los maravillosos mensajes que he podido leer estos días y a quienes por desgracia no he podido responder individualmente, deben saber que han llegado al lugar del que no se moverán nunca (me resulta demasiado poético para mí decir al corazón).
Y no me enrollo mucho más. Mis compañeros de la SER saben que no les olvidaré nunca. Mis compañeros de profesión se han portado como no os podéis ni imaginar. Todos ellos están invitados a la fiesta. Y vosotros también.... ¿Que Fiesta?... pues la que habrá que organizar porque estamos vivos, tenemos ilusián y ganas de seguir, ¿no?
Y termino con una petición (encima pidiendo)... Allá va... Tengo un compañero que lo está pasando mal. Manolo. Entiendo perfectamente las críticas que ha recibido y el dolor que produce cualquier burla a los más necesitados. Tanto Manolo como yo provenimos de familias humildes y trabajadoras. Conozco a Lama desde hace 24 años. Por Dios, haced comprender a quienes le critican que un error lo tiene cualquiera, que él jamás quiso que un donativo de un niño acabara en una patochada...Y que os juro que todo lo que hay en mi con capacidad para juzgar a alguien, me dice que Manolo es por encima del buen compañero, del buen amigo y del chulito que aparenta.....UNA BUENA PERSONA.
Por hoy es todo. En los próximos días tendré que contaros algo. Si disolvéis la página pues en otro sitio.
POSTDATA para Pepe... de tantos años como estuvimos pidiendo PEPE UN PURITO, al final me lo han metido.
Un abrazo a todos.
Han sido 23 años y uno siente que ésa es su casa, como uno siente que ése es su pueblo, no como una propiedad sino como un sentimiento. Pero se acabó. De todas las cosas que quiero decir la más importante es que la palabra GRACIAS no sirve para expresaros lo que siento. A vosotros y a todos los que me han hecho llegar su cariño. Es una mezcla de "Pero, ¿cómo me van a querer así?" con "Paquito, no leas más que lloras". Os juro que tengo los pies en la tierra y que soy de los que piensan que hoy eres Paco González y dentro de un mes eres "Paco Qué?" y pasado el tiempo eres "aquel chico tan majo, ¿cómo se llamaba?". Pero me da igual. Vuestro cariño me lo llevo puesto para toda la vida. Eso ya no me lo quita nadie. Ni vuestras inolvidables palabras sobre mis compañeros.
No puedo hablar mucho de mi futuro profesional. Simplemente buscaré un sitio para ser feliz a ser posible con la gente que me hace feliz. Porque tras una semana llena de emociones trato de tomar el control y pensar que la vida es muy corta para estar amargado, para mirar atrás o para recordar los aspectos feos de la despedida. Eso sí, tengo una memoria extraordinaria para lo bueno... jamás olvido a quien me hace un favor, a quien me quiere o a quien me quiso; así que todos los maravillosos mensajes que he podido leer estos días y a quienes por desgracia no he podido responder individualmente, deben saber que han llegado al lugar del que no se moverán nunca (me resulta demasiado poético para mí decir al corazón).
Y no me enrollo mucho más. Mis compañeros de la SER saben que no les olvidaré nunca. Mis compañeros de profesión se han portado como no os podéis ni imaginar. Todos ellos están invitados a la fiesta. Y vosotros también.... ¿Que Fiesta?... pues la que habrá que organizar porque estamos vivos, tenemos ilusián y ganas de seguir, ¿no?
Y termino con una petición (encima pidiendo)... Allá va... Tengo un compañero que lo está pasando mal. Manolo. Entiendo perfectamente las críticas que ha recibido y el dolor que produce cualquier burla a los más necesitados. Tanto Manolo como yo provenimos de familias humildes y trabajadoras. Conozco a Lama desde hace 24 años. Por Dios, haced comprender a quienes le critican que un error lo tiene cualquiera, que él jamás quiso que un donativo de un niño acabara en una patochada...Y que os juro que todo lo que hay en mi con capacidad para juzgar a alguien, me dice que Manolo es por encima del buen compañero, del buen amigo y del chulito que aparenta.....UNA BUENA PERSONA.
Por hoy es todo. En los próximos días tendré que contaros algo. Si disolvéis la página pues en otro sitio.
POSTDATA para Pepe... de tantos años como estuvimos pidiendo PEPE UN PURITO, al final me lo han metido.
Un abrazo a todos.
Paco González.