3 de abril de 2009

Un día y siete horas, en recuerdos

El viaje con destino Madrid, con salida a las 7 horas del 1 de abril y llegada a las 21.45 horas del 2 de abril ha tocado a su fin. Treinta y una horas en la capital que han dado para mucho. Más, casi imposible. Un viaje fugaz, bien aprovechado y excitante. El objetivo estaba claro: sesión continua de radio, de buena radio. Y, entre acto y acto, paseos por el Madrid más auténtico, vivo y castizo.

Carrusel: 1 de abril, 19.30 horas.
La visita al programa decano de la radio española es tradicional, una cita marcada en el calendario. Una vez al año, como mínimo, toca dejarse caer por Gran Vía 32 para disfrutar de la naturalidad hecha radio. Ayer jugaba España (contra Turquía con la mente puesta en Sudáfrica). Toda la atención, por tanto, para la «roja». Se presentaba, a priori, un Carrusel relajado. Sin mayores sobresaltos. Y así fue.

Tranquilo, por contar sólo con un partido. Y a la vez intenso, dada la condensación de un programa en versión reducida. De las siete horas y media de un domingo cualquiera, a apenas dos y media. Eso sí, geniales. Como siempre.

Íntimo. A falta de muchos redactores, estábamos casi en familia. Pero también muy acompañados: pese a ser miércoles y previa de vacaciones, una decena de oyentes dimos cierta vida y acompañamos a Pepe Domingo en su labor publicitaria.

Más allá de la perspectiva objetiva, la sensación más personal. Aquí, la sorpresa no se demoró en el tiempo. Para qué. Fue llegar, elegir butaca y enseguida dos besos como cálida recepción. Un «¿cómo va todo?» y un «¡bienvenida de nuevo a tu casa!». Con eso, ya me podía ir. Pero no, hasta que el reloj marcó las 10 de la noche, nadie se movió. Entonces, Àngels Barceló hacía acto de presencia en el estudio central de la Cadena Ser para recordar a Paco González que Carrusel agotaba sus últimos instantes. Un repaso rápido por la jornada, y «gracias por elegir la radio».

Por aquel momento, la cámara, para inmortalizar la enésima visita, estaba preparada. Pero Paco salió rápido, parecía tener prisa… Así que pensamos dejar la instantánea para otra ocasión, "seguro la hay", pensamos. Cuál fue la sorpresa cuando, al salir del estudio, Paco estaba ahí, apoyado en la pared, esperándonos. Se interesó por nuestro viaje, el ajetreado día y si, era verdad, que llevábamos desde antes de las 6 de la mañana en pie… y todo para ver Carrusel en directo.

Tras la charla, emocionante y sincera como siempre, tocó la fotografía para demostrar el paso de los años (que, no se cómo, mejora a según qué especie). El otro grupo de oyentes aguardaba paciente, también querían un recuerdo de su visita. Paco me pidió que ejerciera de fotógrafa… y así lo hice. ¡Cómo iba a negarme! Besos, deseos y… hasta la próxima, amigo.

Hora 25: 1 de abril, 22 horas.
Dicen que ayer no era el mejor día de Àngels. Y fe podemos dar de ello. Ánimos crispados y malas caras durante el primer bloque de Hora 25. Pero, claro, no todo van a ser sonrisas, complicidades y buen rollo. La tensión, los cambios de última hora y la condición de «ser humano» siempre están presentes. Y la prueba... anoche.

El programa no tuvo mucho que ver, más allá de la radio en directo, sin trampas. El horario reducido (con la emisión de Carrusel, perdían dos horas) hizo que sólo hubiese un par de secciones. La primera parte se centró en la información. Todo guión y mucha variedad de cortes. Luego, la segunda hora, tertulia con cuatro invitados, con la ironía de Miguel Ángel Aguilar como figura más destacada. La tensión hizo que el primer bloque pasara volando: carreras, enfados, varios improperios y alguna disculpa. La segunda parte, (demasiado) relax.

Tal vez no era el día más indicado para ver Hora 25. Pocos contenidos y menos variedad de secciones (dentro de su propia escasez). Al final, fotografía para el recuerdo, dos cuestiones de rigor, tiempo de espera para que Àngels y su productor -Marçal Sarrats- recogieran sus cosas y los cuatro camino de la Gran Vía. Alguna broma en el ascensor y adiós al primero de abril.

Hoy por Hoy: 2 de abril, 9.30 horas.
El 2 de abril también prometía desde su despertar. Por fin, tras presenciar una edición especial en Alicante, hoy ha tocado ver in situ el espacio más representativo de la radio española. Y en su casa. Dicen que la radio se escucha, no se debe ver. Sin embargo, el trabajo de sus profesionales es digno de admirar. Y, para ello, cuantos más sentidos participen en la radiografía, más fiel suele ser el resultado.

Ahora, puedo certificar que Hoy por Hoy es un calco, como debe ser, de su director. Carles, pese a sus años bien llevados y las más de tres décadas en el Periodismo, continúa siendo un joven entusiasta de su profesión y enérgico en cada movimiento. Muy inquieto y conciliador. Y más allá: amable, atento, curioso, simpático y muy cercano.

La experiencia indica que, en el ejercicio de conocer a una persona… algunas te sorprenden, otras te decepcionan y, las menos, te desconciertan. Tal vez, guiada por los prejuicios, llegas a pensar que un periodista veterano, hecho a sí mismo, que alcanza el «cenit» de la profesión va por la vida de estrella, de creído arrogante. Pues no. Al menos, Carles, no.

Nada más llegar, mirada de curiosidad que nos hace sentirnos observados. Aunque una ojeada suya sea siempre algo intimidatoria (por su profundidad) y muy seductora (virtudes innatas). Al entrar al estudio, enseguida, un saludo más que correcto, muy sincero. A la mínima oportunidad, un interés por quiénes somos, de dónde venimos e incluso a dónde vamos. En cada receso, un guiño, una curiosidad, una pregunta, un consejo… Siempre atento. Un buen tipo. Un gran descubrimiento.

Con el buen profesional di hace años, cuando dirigía el Telenotícies Vespre de TV3, informativo que veía por él. En plena adolescencia la actualidad en Catalunya no me quitaba el sueño, seamos sinceros. Y el periodista me ganó para la causa hace más de una década, cuando se negó a firmar y presentar un informativo por oponerse a dar una noticia como quería el director de la cadena. Demostró ser íntegro.

Ahora, con más experiencia y una moral similar, dirige un programa basado en el rigor y en el que se percibe un gran ambiente. Un formato «elaborado», según sus propias palabras, que juega magistralmente con los sonidos y el lenguaje. Que alcanza, al final del proceso de producción, una calidad envidiable. Y todo, gracias también a las bromas, risas y la mucha complicidad que existen entre todo el equipo. Si escucharlo es un gusto; estar presente en su «fabricación», se convierte en un auténtico placer.

Congreso de los Diputados: 2 de abril, 12.45 horas.
Y, a modo de colofón, una inesperada visita al Congreso de los Diputados. Hoy no era Jornada de Puertas Abiertas ni tampoco teníamos prevista ningún recorrido guiado… Sin embargo, los contactos para algo están. Raúl, su abuela y Elena. Este trío, junto a la amabilidad de la asistenta de la diputada socialista nos han regalado un prolijo paseo por la Cámara Baja. Visita al Hemiciclo y a los salones más conocidos. Visita, cuasi secreta, a las salas más exclusivas del Congreso. Recorrido por la zona de prensa y los despachos de los diputados nacionales. Poco movimientos por los pasillos, eso sí, sus señorías deben estar ya de vacaciones.

Sueño, ilusión... intactos
Y esto ha sido todo. Apenas un día en Madrid que ha recargado las pilas, agotadas y con el ánimo justo a estas alturas del partido. Una sonrisa de Paco, un guiño de Carles… y mucha verdad. En la radio no cabe la mentira, el error trasciende rápido al oyente, que ajusticia con su vara más severa. Carrusel es auténtico, son amigos, les gusta su profesión y se lo pasan en grande. ¿Qué más quieren? Hoy por Hoy es dinamismo. Saltan de un tema a otro sin pedir permiso, saben que ya lo tienen. Los colaboradores pasan, dejan su huella y marchan sin hacer ruido. Los minutos que brindan a Luis del Val son esencia de buena radio, de una pluma mágica y de una voz convincente. El estilo fresco, detallista y honrado contagia al oyente, que se informa a primera hora y se curte durante el resto de la mañana. Y todo gratis, sin pedir mucho a cambio. Tan sólo fidelidad.

7 comentarios:

Miguel Carvajal dijo...

Bravo, bravo, bravo.

Marisol dijo...

El que no alarga los días es porque no quiere. Siento una profunda envidia y os odio, pero con cariño xD.

Carolina Pascual [Atocha] dijo...

Y tanto, hay que aprovechar las ocasiones al máximo, incluso disfrutar de la amabilidad de según qué personas. Todo un lujo en estos tiempos. Bravo por ellos, claro que sí.

lorenacalvo dijo...

Una entrada magistral, magnífica, extraordinaria, perfecta,... y me quedo corta. Sonrisas varias y mucha nostalgia. Yo también os odio, pero sabéis que con un amor infinito.

Carolina Pascual [Atocha] dijo...

Joer, Raúl, entre el amor de Lore y el cariño de Marisol... me siento desbordada. ¿Compartes esta sensación? xD

Raiul dijo...

jajajaajaja. Sí, sí, yo también lo siento.

Fallo mío, lo admito, no entrar antes al post ni actualizar áun, a día de hoy, mi facebook. Parece que el viaje me ha dejado en una nube y aún no me he actualizado después de estos días.

Coincido en que la entrada es perfecta. Bien detallado todo con el estilo que te caracteriza. Además corroboro que todo se vivió así: un viaje relámpago muy bien aprovechado. Perfecto Carrusel (Paco ya es uno más de la familia), esperaba mejor a Àngels (mal día pero me conformo con bajar junto a ella en el ascensor), e infinitamente mejor Carles Francino. Interesado en todo momento en nosotros, en nuestros estudios, en nuestros gustos e ilusiones. Un lujo haber hablado con este genio de la radio, con este líder de la radio.

Y para terminar, la visita al Congreso. Chapeau para Elena (por el permiso y los contactos) y a María (por el paseo por los lugares más recónditos del Congreso de los Diputados.

Sin duda, una visita muy bien aprovechada que espero se repita próximamente.

Luisma dijo...

Maravilloso Carol, maravilloso.