Apenas hace unos minutos, los casi doscientos monumentos fogueriles permanecían en pie. Aún no había arrancado la Nit de la Cremà. Unas Hogueras que, grosso modo, han estado faltas de alegría. Unas calles carentes de ilusión. Demasiadas piedras en el camino para unas Fiestas que viven tiempos de continuos debates: Que si ‘Fogueres a cap de setmana’, que si la tradición manda y mejor no tocar el calendario…
La crisis ya auguraba unas Hogueras complejas, austeras. Pero la constatación comenzó a verse a finales de la pasada semana. Sólo hizo falta visitar el monumento ganador en Categoría Especial, plantado en Florida-Portazgo. Una hoguera pobre, con alguna curiosidad, pero sin espectacularidad en el remate ni detalles logrados en los ninots. Por allí, en los minutos que me llevó mi recorrido por el barrio, escuché varias veces una frase lapidaria: "¿Esto ha ganado?" En realidad, y después de ver otras… lo ha merecido, aunque no pasará a la historia de la Fiesta por ser un monumento con magia, pese a su lema de ‘Ilusiónate’.
Luego, de paseo por los racós: todos medio vacíos. La reserva de mesas presuponía un descenso brusco en la afluencia de alicantinos a las barracas privadas… y así ha sido. Por contra, miles de personas se han reunido cada noche en el Postiguet, a disfrutar de un botellón permitido durante unos días. Una forma de vivir la noche más asequible al tembloroso bolsillo.
Tampoco demostró amor por la Fiesta la imagen de la Rambla las tarde-noches de los días 21 y 22, durante la Ofrenda de Flores. La primera jornada se sirvió de una excusa, la coincidencia de horarios con el partido de España frente a Honduras. Aunque daba un poco de grima ver cómo las pantallas de los bares acaparaban la atención de los alicantinos, de espaldas a las comisiones que desfilaban por el recorrido oficial. El segundo día, el 22, sin embargo, la imagen de sillas y sillas vacías no tenía mayor justificación. Bueno, sí, que las Hogueras van mucho más allá de los zaragüells, los trajes del siglo XVIII o de novia alicantina. Pese a su vital importancia, ‘of course’. Sin ellos no habría debate. Se acabaría la fiesta.
Incluso, el calor que siempre acompaña a estas fechas se ha echado a faltar. En las mascletás el asfalto no parecía derretirse bajo los pies durante la espera del ‘Senyor pirotècnic, pot començar…’. Por la noche, la manga larga no sobraba, casi se agradecía. Sin pasión ni calor... Algo descafeinadas.
¿Y qué decir de la Feria de San Juan? Floja actuación de los toreros y lamentable presencia de toros. Tanto que el segundo morlaco del lote del nuevo Paquirri (hasta ahora, Francisco Rivera Ordóñez) murió de un infarto sobre el albero… Triste resumen. Sólo se salvó el adiós (también con más sombras que luces) del maestro Esplá, con el que se cierra (presumiblemente) un ciclo.
Las mascletás son de lo poco que se puede ‘indultar’. En general, el nivel ha superado la media de otros años, con algunos incidentes que, por suerte, se quedaron en anécdotas. El primero deslució la actuación del único alicantino, de Pedro Luis Sirvent. El segundo, hoy, limitó el disparo de los Hermanos Ferrández, muy esperados tras el espectáculo del pasado año. La decepción, sin lugar a dudas, con Caballer, que vino ayer de turismo por Alicante. Mal hecho para un genio de la pólvora.
Tampoco se puede aplaudir (ni se debería permitir) el uso indiscriminado de corcho en la construcción de las hogueras. Luego, todo se descubre. Como ha sucedido en la cremà del monumento oficial, el del Ayuntamiento. Más allá de la calidad de la obra de Pedro Espadero, un debate al margen, cabe destacar las primeras llamas… Desde una perspectiva privilegiada, en el balcón consistorial, se ha apreciado la invasión de humo negro en la plaza alicantina. Como también lo ha hecho en Portazgo, donde la sonrisas llegaron con el original juego de luces y pólvora que iniciaron la cremà. Pura innovación, y no la supuesta modernidad de la hoguera de Altozano, que este año ha protagonizado un falso debate en torno al siempre polémico jurado. Pidieron explicaciones por su posición, últimos en Categoría Especial. La respuesta parecía obvia: híbridos, los justos, ya basta con las fallas... Lo que escapa de toda lógica es que la alcaldesa (y su concejala festera) hayan firmado contra el fallo del jurado en Altozano, cuando es el propio Ayuntamento quien elige a los miembros de la discordia. Si alguien lo entiende, enhorabuena.
Pese a todo, han sido unas Hogueras pacíficas, sin incidentes reseñables. Algo, ya de por sí, destacable. Con un climax inicial, de manos del ansiado ascenso del Hércules a Primera, que situó muy arriba el listón de las Hogueras, casi insuperable. Más aún, si tienes la oportunidad de llegar a Luceros en autobús descapotable. Todo un sueño. Indescriptible. Porque somos muchos los que apenas recordamos al conjunto alicantino en la élite del fútbol nacional. Y ya era hora. Un climax inicial, decía, y otro final, porque todo 24 de junio es Sant Joan... El inicio de las Hogueras 2011. Ya contamos las horas que faltan...
La crisis ya auguraba unas Hogueras complejas, austeras. Pero la constatación comenzó a verse a finales de la pasada semana. Sólo hizo falta visitar el monumento ganador en Categoría Especial, plantado en Florida-Portazgo. Una hoguera pobre, con alguna curiosidad, pero sin espectacularidad en el remate ni detalles logrados en los ninots. Por allí, en los minutos que me llevó mi recorrido por el barrio, escuché varias veces una frase lapidaria: "¿Esto ha ganado?" En realidad, y después de ver otras… lo ha merecido, aunque no pasará a la historia de la Fiesta por ser un monumento con magia, pese a su lema de ‘Ilusiónate’.
Luego, de paseo por los racós: todos medio vacíos. La reserva de mesas presuponía un descenso brusco en la afluencia de alicantinos a las barracas privadas… y así ha sido. Por contra, miles de personas se han reunido cada noche en el Postiguet, a disfrutar de un botellón permitido durante unos días. Una forma de vivir la noche más asequible al tembloroso bolsillo.
Tampoco demostró amor por la Fiesta la imagen de la Rambla las tarde-noches de los días 21 y 22, durante la Ofrenda de Flores. La primera jornada se sirvió de una excusa, la coincidencia de horarios con el partido de España frente a Honduras. Aunque daba un poco de grima ver cómo las pantallas de los bares acaparaban la atención de los alicantinos, de espaldas a las comisiones que desfilaban por el recorrido oficial. El segundo día, el 22, sin embargo, la imagen de sillas y sillas vacías no tenía mayor justificación. Bueno, sí, que las Hogueras van mucho más allá de los zaragüells, los trajes del siglo XVIII o de novia alicantina. Pese a su vital importancia, ‘of course’. Sin ellos no habría debate. Se acabaría la fiesta.
Incluso, el calor que siempre acompaña a estas fechas se ha echado a faltar. En las mascletás el asfalto no parecía derretirse bajo los pies durante la espera del ‘Senyor pirotècnic, pot començar…’. Por la noche, la manga larga no sobraba, casi se agradecía. Sin pasión ni calor... Algo descafeinadas.
¿Y qué decir de la Feria de San Juan? Floja actuación de los toreros y lamentable presencia de toros. Tanto que el segundo morlaco del lote del nuevo Paquirri (hasta ahora, Francisco Rivera Ordóñez) murió de un infarto sobre el albero… Triste resumen. Sólo se salvó el adiós (también con más sombras que luces) del maestro Esplá, con el que se cierra (presumiblemente) un ciclo.
Las mascletás son de lo poco que se puede ‘indultar’. En general, el nivel ha superado la media de otros años, con algunos incidentes que, por suerte, se quedaron en anécdotas. El primero deslució la actuación del único alicantino, de Pedro Luis Sirvent. El segundo, hoy, limitó el disparo de los Hermanos Ferrández, muy esperados tras el espectáculo del pasado año. La decepción, sin lugar a dudas, con Caballer, que vino ayer de turismo por Alicante. Mal hecho para un genio de la pólvora.
Tampoco se puede aplaudir (ni se debería permitir) el uso indiscriminado de corcho en la construcción de las hogueras. Luego, todo se descubre. Como ha sucedido en la cremà del monumento oficial, el del Ayuntamiento. Más allá de la calidad de la obra de Pedro Espadero, un debate al margen, cabe destacar las primeras llamas… Desde una perspectiva privilegiada, en el balcón consistorial, se ha apreciado la invasión de humo negro en la plaza alicantina. Como también lo ha hecho en Portazgo, donde la sonrisas llegaron con el original juego de luces y pólvora que iniciaron la cremà. Pura innovación, y no la supuesta modernidad de la hoguera de Altozano, que este año ha protagonizado un falso debate en torno al siempre polémico jurado. Pidieron explicaciones por su posición, últimos en Categoría Especial. La respuesta parecía obvia: híbridos, los justos, ya basta con las fallas... Lo que escapa de toda lógica es que la alcaldesa (y su concejala festera) hayan firmado contra el fallo del jurado en Altozano, cuando es el propio Ayuntamento quien elige a los miembros de la discordia. Si alguien lo entiende, enhorabuena.
Pese a todo, han sido unas Hogueras pacíficas, sin incidentes reseñables. Algo, ya de por sí, destacable. Con un climax inicial, de manos del ansiado ascenso del Hércules a Primera, que situó muy arriba el listón de las Hogueras, casi insuperable. Más aún, si tienes la oportunidad de llegar a Luceros en autobús descapotable. Todo un sueño. Indescriptible. Porque somos muchos los que apenas recordamos al conjunto alicantino en la élite del fútbol nacional. Y ya era hora. Un climax inicial, decía, y otro final, porque todo 24 de junio es Sant Joan... El inicio de las Hogueras 2011. Ya contamos las horas que faltan...
Hogueras (Prohibido prohibir)
Dame vida para morirme en Hogueras,
dame playa, plata y alma pirata,
dame un baño que me suba la vida,
y una samba alicantina.
dame playa, plata y alma pirata,
dame un baño que me suba la vida,
y una samba alicantina.
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