¡Qué caprichosa es la vida! ¿Que no?
Verán… Apenas faltan unas horas para que la alcaldesa de Alicante, Sonia
Castedo, tome rumbo hacia Valencia para declarar, again, ante el Tribunal Superior de Justicia, en relación a la rama del PGOU del caso Brugal. Este Jueves Santo, la regidora popular intentará
demostrar al magistrado Climent que no benefició a Ortiz en diversas
actuaciones urbanísticas. Parece ser que se le quedaron cortos aquellos
iniciales diez minutos que se convirtieron en 18 horas de declaración. Hasta
ahí, todo más que dicho.
Pues como la vida nos regala algunos
guiños, con tal de desintoxicar esa pestilente realidad que nos invade, Castedo,
poco después de volver a justificar sus decisiones/acciones/viajes en el Cap i Sasal,
volverá a la terreta con una misión: ponerse al frente de uno de los pasos de
la Semana Santa alicantina. Desde hace años, la alcaldesa actúa como capataz del
único trono que procesionará este Viernes Santo por las calles de la ciudad. ¿Que
cómo se llama el paso en cuestión? «La Sentencia». Castedo y La Sentencia,
justo un día después de declarar ante la Justicia…. ¡¡¡No me digan que no tiene
guasa la cosa!!! Que sí, mejor tomárselo con sentido del humor... Créanme.
Con humor o como cada uno precie,
faltaría. Miren los socialistas, que basta que la alcaldesa tenga que dar la cara
ante un juez para que ellos, muy solidarios, monten algún barullo de esos tan
suyos. ¡Joder, qué tropa!
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