Hago un alto en mis vacaciones para actualizar el blog. Es cierto que ganas no me faltan y temas me sobran… pero el verano es así, caprichoso y acaparador del tiempo libre. (Qué bien suena).
Cualquiera que lea el párrafo inicial pensará que estoy playa-piscina-pub todo el día. Y nada más cerca de la realidad. Tanto julio como agosto están siendo movidos. Vamos, un no parar. Pero siempre hay que hacer un alto y dejar constancia de (parte).
Esta semana larga de ausencia ha dado mucho que hablar. Eso sí, en general los JJ OO han sido el principal tema de conversación. Que si somos unos fracasados, que si Phelps es el puto amo, que si Bolt es sobrenatural… Y así en general.
¿Mi opinión? Me cuesta calificar de «fracasados» a deportistas (fuera del profesionalismo del fútbol, baloncesto y tenis) que se pasan cuatro años (con sus respectivos días, que son muchos) preparando una actuación olímpica. Pocos segundos en los que se juegan todo. No sólo entrenan para conseguir la admiración del resto, su mayor logro es alcanzar una medalla y disponer de una beca que les permita seguir cuatro años más dedicados a su verdadera pasión. ¿No harán todo lo posible para ganar una medalla? Pero el deporte es así, nada matemático.
Al margen de los «superclase», dígase Phelps o Bolt, hoy he sido testigo de una hazaña. Sí, esas gestas que quedan ocultas en el fragor de la competición y que si no se consuma en la final, por desgracia, pasará a ser una nueva oportunidad desperdiciada por España. Me refiero a la remontada del equipo masculino de hockey frente a la actual campeona olímpica, Australia.
Es un detalle más, de los muchos que hemos vivido durante estos Juegos (y que aún se repetirán), pero que apenas tienen trascendencia. Sólo queremos medallas, pero no buscamos las historias humanas que hay detrás de los deportistas.
Bueno, después de mi descarga moral… toca la última, ésta algo menos «políticamente correcta». Ayer fuimos todos testigos de una catástrofe. En Barajas perdieron la vida más de 150 personas por un simple antojo del destino. Hasta ahí, todos de acuerdo. Pero, ¿por qué la gente es tan falsa? Me explico. Al poco de estrellarse el avión, escuché en la radio que la Federación había solicitado suspender el partido de fútbol de la Selección en Dinamarca. ¿Qué se gana con ese gesto? ¿Por qué se suspenden los acontecimientos deportivos, los conciertos… y no, por ejemplo, las obras de teatro, las proyecciones de cine…? Los restaurantes anoche estaban llenos, los pubs también… pero, por favor, suspendamos el fútbol y la actuación musical de turno, eso sí.
Sé que lo correcto, como he dicho antes, es apoyar la suspensión de estos eventos. Pero en mi caso, disiento de la opinión, creo, general. Seguro que las familias no se sienten ni más ni menos reconfortadas por estos gestos. De los minutos de silencio, las banderas a media asta y demás, hablaremos otro día.
Cualquiera que lea el párrafo inicial pensará que estoy playa-piscina-pub todo el día. Y nada más cerca de la realidad. Tanto julio como agosto están siendo movidos. Vamos, un no parar. Pero siempre hay que hacer un alto y dejar constancia de (parte).
Esta semana larga de ausencia ha dado mucho que hablar. Eso sí, en general los JJ OO han sido el principal tema de conversación. Que si somos unos fracasados, que si Phelps es el puto amo, que si Bolt es sobrenatural… Y así en general.
¿Mi opinión? Me cuesta calificar de «fracasados» a deportistas (fuera del profesionalismo del fútbol, baloncesto y tenis) que se pasan cuatro años (con sus respectivos días, que son muchos) preparando una actuación olímpica. Pocos segundos en los que se juegan todo. No sólo entrenan para conseguir la admiración del resto, su mayor logro es alcanzar una medalla y disponer de una beca que les permita seguir cuatro años más dedicados a su verdadera pasión. ¿No harán todo lo posible para ganar una medalla? Pero el deporte es así, nada matemático.
Al margen de los «superclase», dígase Phelps o Bolt, hoy he sido testigo de una hazaña. Sí, esas gestas que quedan ocultas en el fragor de la competición y que si no se consuma en la final, por desgracia, pasará a ser una nueva oportunidad desperdiciada por España. Me refiero a la remontada del equipo masculino de hockey frente a la actual campeona olímpica, Australia.
Es un detalle más, de los muchos que hemos vivido durante estos Juegos (y que aún se repetirán), pero que apenas tienen trascendencia. Sólo queremos medallas, pero no buscamos las historias humanas que hay detrás de los deportistas.
Bueno, después de mi descarga moral… toca la última, ésta algo menos «políticamente correcta». Ayer fuimos todos testigos de una catástrofe. En Barajas perdieron la vida más de 150 personas por un simple antojo del destino. Hasta ahí, todos de acuerdo. Pero, ¿por qué la gente es tan falsa? Me explico. Al poco de estrellarse el avión, escuché en la radio que la Federación había solicitado suspender el partido de fútbol de la Selección en Dinamarca. ¿Qué se gana con ese gesto? ¿Por qué se suspenden los acontecimientos deportivos, los conciertos… y no, por ejemplo, las obras de teatro, las proyecciones de cine…? Los restaurantes anoche estaban llenos, los pubs también… pero, por favor, suspendamos el fútbol y la actuación musical de turno, eso sí.
Sé que lo correcto, como he dicho antes, es apoyar la suspensión de estos eventos. Pero en mi caso, disiento de la opinión, creo, general. Seguro que las familias no se sienten ni más ni menos reconfortadas por estos gestos. De los minutos de silencio, las banderas a media asta y demás, hablaremos otro día.
4 comentarios:
Estoy de acuerdo en no suspender los partidos si no sirve de nada hacerlo. Otra cosa es que afecte en demasía a la moral del grupo o que se les requiera en España.
Pero me indigna que el COI no permita a los deportistas manifestar su dolor o sus sentimientos con un brazalete negro, entre otras prohibiciones. Entiendo que no se pongan a media asta las banderas, porque la mayoría de los países las tendrían así. Ayer, por ejemplo, 10 soldados franceses murieron en Afganistán, también decenas de muertos en Argelia...
Pero sí. Lo políticamente correcto triunfa. Si te sales, no eres suficientemente español.
Pues lo mismo que las visitas de todas las autoridades...¿las familias tienen ganas de que Zp o el rey vayan a darles el pésame? ¿los van a volver a ver en su vida? sí, irá en el sueldo, pero no creo que sirva de apoyo que en esos terribles momentos llegue un séquito de guardaespaldas para no dejarles vivir su dolor como quieran.
Estoy con Xavi en que no tiene mucho sentido que suspendan un partido de fútbol. Al fin y al cabo, los deportistas sólo están trabajando.
Y lo de las visitas oficiales nunca lo he entendido... a mí me daría bastante igual que viniera la Reina a decirme que lo siente mucho... no va a arreglar nada y, además, como dice Marisol, no me dejaría vivir mi dolor como quiero, es decir, con los míos.
Pero qué bien queda la foto, ¿no?
De los Juegos me quedo con el trabajo de esos deportistas que tan sólo son escuchados en una cita olímpica.
De Pelphs, será porque no me cae excesivamente bien, lo veo como un ser humano con unas características físicas perfectas para la natación.
Y del accidente... Pues sí, sobran los protocalos a los que nos tienen acostumbrados. En un par de semanas comenzaran a gotear noticias en las que las víctimas que ahora son el centro de atención del país pasan a ser olvidadas por la administración justo en el momento en que más lo necesitan, cuando asimilan lo sucedido... Como le pasó al policía de Mutxamel que se jugó el tipo al salvar a una mujer que iba a ser tiroteada y tras hacerse la foto de rigor, la administración le ha dejado de la mano de Dios... Recientemente salió una entrevista en el Información. No recuerdo qué día.
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