Ser diferente es una apuesta. Para algunos, algo más, una filosofía de vida. Y otros… ni ellos mismos saben por qué son diferentes.
El diario Público desde su nacimiento enarboló un estandarte muy particular. Querían ser diferentes, no parecerse a ningún periódico tradicional. Porque con ellos no va lo tradicional. Es decir, querían ir más allá. O eso proclamaban.
Una de sus apuestas más arriesgadas fue la contraportada. Ésa que dedicaban al Deporte. Sí, dedicaban, en pasado. Porque desde hoy ese toque de originalidad… ha pasado a mejor vida.
Con este cambio, el diseño adquiere un aspecto más común. Ahora, los deportes son la penúltima sección. Antes, la cartelera de cine. Después, cerrando el ejemplar, como en el resto de diarios, la programación de la televisión.
El diario argumenta este cambio con un párrafo muy bien construido, aunque alejado de la verdad absoluta. «Público llena de ingenio su contraportada. Emprende nuevos cambios en su diseño. Desde hoy, la contraportada del periódico se llenará de ingenio de la mano de reconocidos humoristas y dejará de estar consagrada a la información deportiva como hasta ahora». Ésa es la versión oficial. La otra dice que esta apuesta ha sido un fracaso y que, pese a traicionar sus ideales, han tenido que optar por una contraportada tradicional, a «la española».
Qué le vamos a hacer. Ya sabemos, de valientes está lleno el cementerio.
El diario Público desde su nacimiento enarboló un estandarte muy particular. Querían ser diferentes, no parecerse a ningún periódico tradicional. Porque con ellos no va lo tradicional. Es decir, querían ir más allá. O eso proclamaban.
Una de sus apuestas más arriesgadas fue la contraportada. Ésa que dedicaban al Deporte. Sí, dedicaban, en pasado. Porque desde hoy ese toque de originalidad… ha pasado a mejor vida.
Con este cambio, el diseño adquiere un aspecto más común. Ahora, los deportes son la penúltima sección. Antes, la cartelera de cine. Después, cerrando el ejemplar, como en el resto de diarios, la programación de la televisión.
El diario argumenta este cambio con un párrafo muy bien construido, aunque alejado de la verdad absoluta. «Público llena de ingenio su contraportada. Emprende nuevos cambios en su diseño. Desde hoy, la contraportada del periódico se llenará de ingenio de la mano de reconocidos humoristas y dejará de estar consagrada a la información deportiva como hasta ahora». Ésa es la versión oficial. La otra dice que esta apuesta ha sido un fracaso y que, pese a traicionar sus ideales, han tenido que optar por una contraportada tradicional, a «la española».
Qué le vamos a hacer. Ya sabemos, de valientes está lleno el cementerio.