Echaba ayer un vistazo a los periódicos en la redacción antes de comenzar la jornada laboral… La Verdad, Las Provincias, Levante, La Opinión, El País, El Mundo, ABC y así llegué hasta Público. Al ver la imagen de portada, con un primera plano de Obama como único protagonista, pensé: «Vaya, un deja vu». La composición me sonaba pero supuse que, tras la saturación de imágenes de Obama durante estos días, sería normal.
Sin embargo, hace apenas unos minutos, en mi repaso obligado bloguero… he dado con la razón, el porqué de esa sensación experimentada.
Sin embargo, hace apenas unos minutos, en mi repaso obligado bloguero… he dado con la razón, el porqué de esa sensación experimentada.
¿Qué diferencias hay entre la portada de Chicago Sun-Time y la de Público? Apenas ninguna, podríamos concluir. Si se hubieran publicado el mismo día, sin problema. Una simple casualidad. Ahora, si tiramos de hemeroteca y vemos que el diario estadounidense abrió así su edición la jornada después de las elecciones (5 de noviembre) y que el periódico español lo hacía ayer, 5 días de después… lo fácil es sospechar. ¿Coincidencia? Resulta difícil creerlo. Más aún en una sociedad como la actual y teniendo como protagonista a un grupo de comunicación que se jacta de innovador.
¿Plagio? Bueno, coger ideas de un sitio y de otro, ¿no?… Pero, para eufemismos (o: cómo ser un caradura y no morir en el intento), el que ha utilizado el jefe de Diseño de Público en su bitácora. El amigo dice: «Nos gustó tanto aquella portada de Chicago Sun-Times que, en fin, compramos la foto… Pero no es un plagio; es un homenaje».
Y tan a gusto que se ha quedado. Con un par. Dí que sí, hombre.
1 comentario:
Je, je. Homenaje. Siguiendo el hilo...
¿Qué haría un profe si pilla a un alumno copiando artículos de Ignacio Escolar para las prácticas de opinión? Ponerle buena nota, claro, porque no es plagio, es homenaje al director Público.
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