21 de febrero de 2009

Inquietante dinámica

Vuelvo de viaje y compruebo que la polémica Operación Gürtel ha salpicado al Molt Honorable. Él, que nunca había recibido un castigo, «ni en el colegio», parece ser, es uno de los aforados que la Fiscalía relaciona con la trama de corrupción. El tiempo dirá qué hay de verdad en todo esto. Hasta entonces, nos quedamos con la imagen de Ripoll mirando a otro lado mientras los principales miembros del PPCV aplauden –y apoyan– a Camps tras manifestar éste su inocencia y asegurar que todo es una trama contra el PP (y su persona).

Lo dicho. Llego de Barcelona y veo que la Justicia persigue a Camps. Hace cinco meses, aterrizo tras pasar unos días en Londres y me informan que Alperi había presentado su dimisión –esperada, pero sin fecha- y que dejaba el cargo a Castedo… ¿Qué pasará durante la próxima escapada?

Pero dejemos la política, y sus miserias, al margen. Hace apenas una semana, Barcelona era aún una ilusión lejana, todavía estaba pendiente un examen (¡el último!) y la doble jornada de trabajo asociada al fin de semana. Ahora, de Barcelona, queda un cúmulo de recuerdos y un pellizco en el corazón.

Han sido sólo cuatro días. Eso sí, muy completos, con una constante actividad que tal vez nos ha impedido descansar; pero, que en mi caso, me ha permitido recargar la batería (o las pilas, en su defecto). Falta hacía después de un cuatrimestre tan saturado. ¡Y más viendo lo que se nos avecina!

Desde septiembre hasta la fecha, la Universidad ha sido una prioridad absoluta. Imposible era no dedicarle horas y horas cada día a darle forma a los trabajos de Diseño o Empresa, a las prácticas de Derecho, Producción… Y dejando, a cuenta Historia.

Por suerte, hemos salido indemnes del reclutamiento durante las tardes, y de pasar el periodo «vacacional» de la Navidad en Atzavares. Otros, la mayoría, no han podido sobreponerse a la presión…

Así que Barcelona se presentaba como una bocanada de aire fresco para unos pulmones comparables a los de un fumador empedernido y compulsivo. La ciudad en sí se basta para ofrecer visitas obligadas. Subir al cielo del Tibidabo y dejar a tus pies un enjambre de edificaciones y avenidas trazadas con escuadra y cartabón. Desde donde, además, se divisa la Torre de Collserola, del arquitecto Norman Foster, que para unos «expertos» en torres de comunicación como nosotros (¡eh, Raúl!) es una imagen imprescindible, además de un juego fotográfico. Y sin dejar la tecnología, ¡cuantas acreditaciones con patas hemos visto por cualquier rincón de Barcelona! El Congreso Mundial de Móviles, el responsable.

La visión modernista de Gaudí te lleva a dar un amplio paseo por Barcelona. Desde el jugoso Park Güell, hasta la maratoniana Sagrada Familia, pasando por La Pedrera y la Casa Batlló, que visten al lujoso Passeig de Gràcia.

Descubrir el barrio del Born, una de las zonas con mayor auge de la ciudad, con amplia oferta tanto gastronómica como consumista, y con la imponente iglesia gótica Santa María de Mar como principal foco de atracción.

Respirar un ambiente ya añejo en el Anillo Olímpico, con el Estadio de Montjuïc, el Sant Jordi y la Torre Calatrava como emblemas.

Caminar Ramblas abajo, con estatuas humanas, miles de flores –de todo tipo y condición– hasta el encuentro con Colón, que da la bienvenida al Port Vell y al Maremàgnum, un espacio abierto al inmenso Mediterráneo.

Pero más allá de las citadas visitas marcadas por cualquier guía turística que se precie, nos embarcamos en alguna que otra aventura para así darle mayor personalidad al viaje: Sant Just Desvern, calle Casp y Sant Joan Despí. Así, a bote pronto, suena poco atractivo. Sin embargo, han sido tres citas dignas de repetir y muy recomendables. La tarde-noche del martes nos desplazamos hasta Sant Just Desvern. Allí nos esperaba la grabación (en falso directo) del programa BF, que se emitió ese mismo día. Una experiencia que pruebo por segunda vez, y que cada vez deseo catar con mayor frecuencia. A Andreu Buenafuente, un auténtico dominador de los tiempos, lo conocí allá por 1995, cuando era poco más que una renacuaja que entendía el catalán poco, mal y tarde. Él me enseñó el idioma (y no los negados de los profesores que me tocaron en gracia) y además me contagió esa pasión por el humor inteligente.

La siguiente noche en Barcelona nos dirigimos a la calle Casp, perpendicular al Passeig de Gràcia y cercana a la Plaza de Catalunya. Allí, casualmente tiene su sede Radio Barcelona-Cadena SER, pero no, no tocaba visita a los estudios de la emisora. La cita era a las 21 horas, y nos esperaban Aitana Sánchez Gijón, Maribel Verdú, Pere Ponce y Antonio Molero. Es decir, «Un dios salvaje». Una obra de lo más inteligente, con tintes de comedia negra y con un gustoso punto cruel. Un no parar de reír gracias a situaciones extremas y absurdas.

Por último, y como colofón, el jueves visitamos Sant Joan Despí, «más allá de donde Jesucristo perdió la alpargata». Sin embargo, la distancia no presentaba ningún inconveniente, sólo un nimio obstáculo a salvar con tal de llegar hasta la Ciudad Deportiva «Joan Gamper». A las 11 horas, el primer equipo del Fútbol Club Barcelona iniciaba el entrenamiento, y allí era la cita. Como respuesta a algunos contactos, conseguimos pases de prensa para presenciar el entreno (ahora, cerrado al público) y que nos permitieron estar presentes en la posterior rueda de prensa. Estuvimos al lado de Jordi Grau, Alfredo Martínez, Sique Rodríguez, Pepe Gutiérrez… Y también de Xavi Hernández, Victor Valdés, Eric Abidal, Gerard Piqué, Busquets… Un poco más alejados, Messi, Eto’o, Guardiola, Henry, Iniesta, Puyol... Y todo gracias a José Manuel Lázaro, responsable de Comunicación del club.

Así pasaron, volando, cuatro intensas jornadas. Al lado de Lore y Raúl, cada minuto; con Marisol, los dos días que se dejó caer por Barcelona; y Xavi, cuando sus clases y tareas varias le permitían. ¡Qué grandes sois, chicos!

Decía al principio que ayer, nada más llegar a casa, encendí el ordenador y comencé a almacenar parte de la información que desde el lunes había pasado a un segundo plano… Sin embargo, pronto cejé en el empeño. El Molt Honorable y su posible relación con la Operación Gürtel centraron mis lecturas. Atentos los próximos días, a ver qué nos depara este culebrón. Mañana sábado, sin ir más lejos, Alperi da una rueda de prensa para proclamar (ahora sí, a los cuatros vientos) su inocencia en el Caso Mercalicante (después de que TSJ haya archivado la causa contra él). Acto que aprovechará para comparar su situación con la que vive ahora Don Francisco. Sólo el privilegio de ser aforados les asemeja a día de hoy.

En fin... En septiembre (Londres), sorpresa en Alicante (Alperi deja el cargo a Castedo). En febrero (Barcelona), polémica en el Cap i Casal (la Justicia acecha a Camps). Así que, tras el Ayuntamiento y la Generalitat, ¿cuáles serán los próximos cimientos en tambalearse? ¿Le tocará al Gobierno central, a Zapatero? Ahora, sólo me preocupa la inquietante dinámica.

2 comentarios:

Marisol dijo...

Dejamos para otro post los comentarios sobre las rutas gastronómicas, así como las conversaciones políticas que mantuvimos o por qué no, que ya entendéis otra acepción más de la palabra 'loro'. Je je je.

Anónimo dijo...

Qué gran y, como dices, necesario descanso de la rutina de la Universidad. Hacía falta, ha sido el primer cuatrimestre de más horas de trabajo.

Pocos peros se le puede poner, si hay alguno, al viaje. Pára mí sólo faltó unas horas de lluvia en Barcelona.

Cuanto de sí dio la charla en el Información sobre las torres de comunicaciones...

Todo lo demás, perfecto: Buenafuente, la visita al entrenamiento de Barça, los paseos por la ciudad, el metro, la gente, el Tibidabo, los ratos de descanso juntos...

Ahh!! Y odio las palomas de la Plaza Catalunya...