27 de febrero de 2009

A falta de la nocturnidad

Como agravante, sólo echo de menos la nocturnidad. El resto, alevosía y premeditación, han estado presentes. Eso sí, sorpresa, ninguna. La experiencia nos impide extrañarnos por actuaciones como la presente. Me refiero a la visita del presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, Fernando González Urbaneja, a la Universidad Miguel Hernández. Un periodista distinguido, una opinión respetada, llegaba hoy a Elche como invitado a la entrega de los Premios Consejo Social, acto en el que impartía la conferencia «Raíz y huellas de la crisis». Sin embargo, nadie ha informado a los estudiantes de Periodismo de la UMH de la intervención de Urbaneja para así poder escuchar sus palabras, por norma, interesantes. En fin, mala sangre la justa. No merece la pena. Ya estamos acostumbrados a los actos reservados, en el Rectorado. Un espacio más difícil de franquear que la Casa Blanca. ¿No sería más oportuno realizar la ceremonia en el Aula Magna, con más «calor humano» y abierto a la comunidad universitaria? No sé, una simple reflexión.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿No sería más oportuno realizar la ceremonia en el Aula Magna, con más «calor humano» y abierto a la comunidad universitaria?

... y más aún cuando en esta universidad se estudia Periodismo. Qué pocas ganas veo desde las altas, no bajas e intermedias, esferas de que esto salga adelante con calidad, práctica, avanzada y un sinfín de adjetivos que le gusta pregonar...

Raúl Cornejo (Vivir Rodando) dijo...

Datos que no hay que olvidar:

1. Al señor Urbaneja se le comentó si quería hacer una visita a Atzavares para conocer a los "nuevos periodistas" y la radio. Dijo que no y pidió una sala para "hacer sus cosas"

Mal la UMH y mal el señor Urbaneja por sus pocas ganas de hacer cosas.

Carolina Pascual [Atocha] dijo...

Detalle importante, Raúl. Aunque tampoco me sorprende. Las personas, como Urbaneja, que cada día están en una universidad/congreso/jornada con el objetivo (¿único? xD) de hacer llegar su voz (y por extensión la de la APM) pierden la ilusión por el contacto con las jóvenes promociones. Al final todo se reduce a un interés económico.