23 de abril de 2010

No somos nadie

El vigésimo aniversario del telescopio espacial Hubble se ha convertido esta tarde en la excusa para cerrar el Informativo de TVE con una galería de inimaginables instantáneas de lo que nos espera ahí afuera, donde ‘no somos nadie’ a tenor de la imágenes capturadas por uno de los proyectos “más exitosos” de la Nasa.

La frase ‘No somos nadie’, ya hecha expresión, también se me pasó por la cabeza en varias ocasiones durante las Jornadas Internacionales de Periodismo de la Universidad Miguel Hernández, que se celebraron el pasado jueves y viernes. Una edición, la quinta, que pone el punto (casi final) a un ciclo que se inició el 26 de septiembre de 2005. Por aquel entonces, arrancaba la titulación de Periodismo en la UMH. Ahora, cinco años después, los primeros en pisar la calle hemos vivido (y, en mi caso, disfrutado al máximo) las últimas jornadas con nuestro actual ‘status’ de universitarios.

Me vino a la cabeza ‘no somos nadie’ cuando el periodista marroquí Ali Lmrabet explicaba, con un discurso reflexivo, su constante actividad en pro de un profesión libre en su país de origen, donde vive rodeado de amenazas pero, aseguró, sin miedo a la ‘muerte’. Mientras que nosotros, proyecto de aprendices, hacemos mundos sin cimientos, a partir de ciertas ‘advertencias’ que creemos percibir de los poderes más cercanos, allí, a unos cientos de kilómetros, la cárcel no deja de ser un alto en el camino para los que creen en la libertad, para los valientes que ponen en juego su vida al evitar que les tapan la boca o les maniaten.

Tampoco ‘somos nadie’ si se escuchan con atención las experiencias de dos jóvenes periodistas: Ander Izaguirre y Juanlu Sánchez. Uno, el primero, no duda en viajar hasta Pakistán para ser ‘la voz’ de una expedición dispuesta a hacer cumbre en el Karakorum. Ni tampoco en cruzar el Atlántico para conocer la realidad de los niños ‘mineros’ en Bolivia. El segundo, miembro fundador de periodistahumano.com, relata con pasión una aventura rodeada de escasos recursos económicos que le llevó a escarbar en la otra cara más vista de Marruecos, la inmigración y sus porqués.

¿Qué tal el testimonio de un controvertido free-lance que fue testigo de la operación Plomo Fundido? Alberto Arce vivió una arriesgada y apasionante estancia en la Franja de Gaza, donde llegó a departir con los máximos responsables de la organización Hamás, principal objetivo del Ejército israelí.

Para continuar, por ejemplo, Javier Sancho, un andaluz con acento nicaragüense que centró su intervención en Colombia. Ese país gobernado por “presidente asesino” y unos “paramilitares sin escrúpulos”, que desgracian a numerosas familias con sus violentos actos sexuales, entre otras detestables ‘perlas’.

Y, qué nos vamos a creer… si leemos el currículo de Ramón Lobo: Irak, Bosnia-Herzegovina, Croacia, Serbia, Kosovo, Haití, Afganistán, Líbano, Israel, Palestina, Filipinas, Kenia, Ruanda, los dos Congos, Guinea Ecuatorial, Guinea Conakry, Etiopía, Sierra Leona, Uganda, Nigeria, Zimbabue, Namibia, Liberia, Níger, Mozambique, Suráfrica, Suazilandia, Somalia… Una lista sin fin. Todos esos lugares, lidiadores de conflictos, ha recorrido el corresponsal de El País en las dos últimas décadas. ¿Qué nos vamos a creer? Nadie.

Aquí, en tierra firme, las historias distan de las realidades que se viven en esas tierras, a miles de kilómetros del ‘mundo occidental’. Por ello, es fácil sentirte pequeño, ‘casi enano’, en comparación con Lmrabet, Izaguirre, Arce, Sancho, Lobo… No obstante, resulta confortable escuchar sus historias, crecer con sus experiencias y comprobar que hay vida más allá... Más allá de nuestra realidad. Sin necesidad, tampoco, de conocer los mundos que descubre Hubble.

1 comentario:

Miguel Carvajal dijo...

Lo mejor es que algunos sabemos que no somos nadie, y eso ya es algo. Hay otros que ignoran hasta esa condición.

Saludos.