Hoy somos más pobres que ayer pero menos que mañana. Sin duda. Dos sillas
han permanecido hoy a la espera de sus inquilinos de siempre, pero éstos nunca
han llegado. Ni lo harán. Dos activos, dos personas, ya no volverán a
contribuir, como han hecho durante los últimos veinte años, en la confección de
un producto referente en Alicante. En lo personal, siempre recordaré los
consejos, el exquisito trato y los debates sobre temas de todo color y textura
con Pepe, José López Marín según rezaba la mancheta. Compartí, codo con codo, medio
año de aquel 2010 en la ya casi extinta sección de Nacional e Internacional. Y
espero, algún día, volver a encontrármelo en alguna trinchera. Por puro egoísmo,
no más: una siempre quiere rodearse de buenos profesionales y de mejores
personas.
Hoy, los compañeros han realizado un simbólico parón de 15 minutos bajo el
lema «Despidos no, negociación sí». Los transeúntes que hayan circulado en
torno a las 19.30 por la avenida Doctor Rico habrán sido testigos de una escena
cada vez menos extraordinaria. Cartelitos al estilo high school, demandas al aire y una unión, que desprende una
fragilidad sustentada en poco más que el miedo, han protagonizado la protesta
convocada por el comité. Menos es nada, cierto. Pero más tampoco es que sea mucho.
El pasado nos delata. Y la movilización
de hoy recuerda tiempos bien recientes. Entonces también se paró… Y, con
las mismas, se reanudó la marcha que nos ha traído hasta este abril de 2012. Parece
sencillo prever el mañana. En el calendario de protestas, digo.
Toda la solidaridad con los que ya no están. Toda la fuerza para los que
todavía seguimos. La sociedad necesita un periodismo fuerte, con independencia
de su formato, centrado en contar lo que sucede, en abrir alcantarillas malolientes y en aplaudir
a héroes desconocidos. Alicante, también. Y tampoco estamos tan mal como para distraer la atención. Centremos esfuerzos, la dispersión nunca se erigió como solución. La guerra, la empiecen unos o la continúen otros, deja poco más que muerte y destrucción. El diálogo, a veces, permite vivir en paz... Obviar la crisis sería de necios. Sensatez, sinceridad, voluntad y palabras...
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