13 de marzo de 2009

Una niña con zapatos nuevos

Crisis, fusión, manipulación, absorción, elecciones, Justicia, ética... son algunos de los temas que han centrado la actualidad de este rincón en los últimos tiempos. Hoy, sin embargo, me permito la licencia de dejar la más «rabiosa actualidad» a un lado y dejarme llevar. Resulta difícil explicarlo, porque, a veces, las palabras no alcanzan para expresar un sentimiento, la emoción de un sueño cumplido. Y éste es el caso. Por fin, he podido visitar una rotativa. Un deseo que persigo desde hace muchos años –no sabría cuantificarlo– y que hoy, hace apenas tres horas, he convertido en realidad. De esta forma, he corroborado que en ocasiones las ilusiones son algo más que simples quimeras.

La visita a Localprint ha sido cuasi milagrosa, consiguiendo que rejuveneciera y volviera a enfundarme el traje de una niña, con los ojos vidriosos y expectante ante cada descubrimiento. Y, parte de la responsabilidad se la debo achacar al jefe de Producción de la rotativa, Eduardo Soler… un verdadero «crack». Como estudiantes, estamos acostumbrado a explicaciones para salir del paso, escuetas y superficiales. Sin embargo, Eduardo ha demostrado cómo ser un gran anfitrión.

Así, con todos estos ingredientes, he vivido una experiencia genial, aunque también irrepetible. Esa inocencia exhibida se pierde tras la primera vez. Es ley de vida. Hoy, todo era nuevo, y fascinante a la vez: la rotativa, los rollos de papel, la cimentación, las planchas, el láser, la luz, las coordenadas, los encartes… y así hasta el más mínimo detalle. Y el ruido. Ese ritmo, variable en el tiempo, que te transporta a otro mundo. Sólo nos ha faltado mancharnos la mano con tinta… para, como dicen los veteranos, llegar algún día a ser buenos periodistas… ¡Qué lástima!

Más allá de las cuentas pendientes, ahora, el reloj marca las tres y cuarto de la mañana. Buena hora para dormir. Sin embargo, no se dónde está el sueño. La emoción, debe ser, aún le gana la partida. La satisfacción se mezcla con las ganas por nuevos retos. Aunque, todo sea dicho, el próximo es un imposible disfrazado de ilusión. Algún día -a esto sí que no me atrevo a ponerle fecha- espero estar presente en la reunión de Primera de un periódico... El tiempo dirá.

Y, por último, cómo no, un sentido agradecimiento a los organizadores de esta esperada actividad. (Llegados a este punto, que los aludidos se pongan la merecida medalla). No todos los días se cumple un sueño. Así que: ¡Gracias! Ojalá, esta visita sea sólo el punto de partida de un engranaje que ya va cogiendo forma.

PD.: Un análisis más pormenorizado, técnico y con mayor perspectiva periodística, en breve, AQUÍ.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pensaba que sólo existía la magia de la radio. Ayer descubrí la de la prensa...

La reunión de Primera? Sigue así que con el tiempo llegará.

Marisol dijo...

Me sentí como tú, parecía el día de Reyes cuando era pequeña, esperando a ver cuál era el regalito siguiente...igual sentí ayer cada vez que cambiábamos de sala para seguir con la visita. También me acosté tarde, apenas he dormido, pero volvería esta noche a Localprint otra vez. Lo disfrutaría más.
Vídeos en breve en: http://onceuponatime-marisol.blogspot.com/

Anónimo dijo...

Me alegra mucho que os resultara interesante al visita y que os sirviera para reflexionar sobre lo que hay tras el 'vilipendiado' periódico. Enhorabuena por el post
Saludos