El apellido (la terminación en siete) me hacia presagiar buenos augurios... pero, sinceramente, nunca pensé que tan buenos.
Despido 2007 con pena, anhelando ya las irrepetibles sensaciones que ha dejado en mí. Aunque el optimismo no decae. Ahora toca año par (lagarto, lagarto), así que habrá que sobrellevarlo como mejor podamos.
En 2007 se cumplieron la casi totalidad de mis sueños. Los que me conocéis, con poco que sea, ya sabéis a los que me refiero. Pisé lugares jamás imaginados, conocí a referentes (ídolos como decís la gran mayoría), consolidé (espero) duraderas amistades... y, sobre todo, he continuado embarcada en una aventura que, ojalá, continúe años y años siendo tan especial como lo es ahora: sí, el Periodismo.
No me alargo más que no son horas (1.26 de la madrugada). Mañana (o sea, hoy) me marcho a Madrid y ya no volveré hasta el próximo año. Así que:
¡FELIZ AÑO A TODOS!
Que os vaya bonito, mis mejores deseos, que en la vida recojas lo que siembres de bueno...