Desde pequeños nos venden lo contrario. «La maldad no lleva a ninguna parte. Hay que ser bueno». Sí, bonito objetivo, pero irreal. Por norma, los malos vencen. Lo tienen todo a su favor. Viven sin escrúpulos, las barreras no existen en su mente. Para ellos, todo vale.
Benazir Bhutto es la última víctima. Los extremistas islámicos llevaban mucho tiempo buscándola. Hasta hoy. Tras sobrevivir a varios atentados –en multitud de ocasiones, con el factor suerte como único aliado–, en esta ocasión la fortuna no le ha protegido.
En estos momentos, aún, las noticias son confusas, pero su muerte está confirmada. Dicen que el ataque se ha producido con pistolas y bombas. Lo dicho, todo les vale. Un mitin de la líder paquistaní, el lugar elegido.
De nuevo, somos testigos de un atentado a la democracia. Los malos han vuelto a ganar. ¿Hasta cuándo?
P.S.: Cuán previsible y casi inminente era su muerte que varios diarios (digitales) a los pocos minutos de confirmarse su muerte... ¡ya tienen el obituario de Bhutto publicado".
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