Cuando se supera el ecuador de una legislatura, la mayoría de las acciones políticas miran de reojo a las próximas elecciones. Ahora, a apenas tres meses de las generales, no hay maniobra que no tenga fin electoral. Esta semana ha sido el turno del AVE, y sus inauguraciones. Valladolid, Segovia y Málaga han sido las ciudades afortunadas.
Pero los primeros contratiempos no se han hecho esperar. Aunque en el primer viaje –apestado de políticos de una y otra acera– los horarios se clavaron, pocas horas después los retrasos se han convertido en una constante.
Por esta zona, estamos aún peor. Aquí nos queda la eterna espera aderezada por necesarias dosis de paciencia. ¿La fecha de llegada del AVE a Alicante? Apostar es mera aventura. Pero seguro que coincide con algún periodo electoral. Fijo. El acceso a la ciudad, la segunda fase del soterramiento, la estación intermodal… son algunos de los nimios detalles que nos separan del progreso.
Lo más curioso: Todos los estudios dicen que el corredor entre Madrid y la Comunidad Valenciana será el más rentable. Pero los problemas se multiplican. ¿Las soluciones? Llegan con cuentagotas. Cuando no se oponen los socialistas, lo hacen los populares, o los ecologistas, los colectivos vecinales, o… el mismo Perico el de los palotes. La cuestión es pelearse y joder, con perdón.
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