A nosotros, a los pesimistas por naturaleza. Una generación que nunca habíamos celebrado un éxito de la selección, ninguno. Una generación que sólo había vivido la cara más amarga de España. La Eurocopa del 64… ni la imaginamos. La gesta del 12 a 1 a Malta… nos la contaron. Vivir, disfrutar, festejar un logro… ni en los mejores sueños. Ni uno. Y eso ya es decir.
Siempre envidiando a los demás. A Italia, de la que siempre maldecíamos su suerte; de Francia, de la que no soportamos sus éxitos; de Alemania (¡¡Ayyy, Alemania!!), el equipo que no necesitaba jugar bien para ganar… Pero en esas llegaron 23 chavales cargados de ilusión, con mucho talento y grandes dosis de modestia y generosidad. Un equipo que ha logrado poner de acuerdo a un país, a España, y eso no es misión sencilla... ¡Buenos somos por aquí!
¡Quién nos lo iba a decir! ¡Campeones de Europa!