17 de enero de 2011

El dilema de las iniciales

Los libros de estilos de los medios nacionales, en su inmensa mayoría, comparten el mismo criterio a la hora de publicar (o no) el nombre completo de las personas involucradas en causas judiciales. El manual más prestigioso, el firmado por el diario El País, dice que “cuando la Policía Nacional realice arrestos de ciudadanos, sólo se publicarán su primer nombre y sus iniciales, aunque sean mayores de edad”. Y se añade que “se identificará plenamente al arrestado cuando se trate de delincuentes reconocidos, cuando el delito sea de envergadura o cuando el arrestado sea una persona reconocida”.


Conocida la teoría, turno para la práctica. La agencia Europa Press, hoy, sin atender a la lógica y dejando atrás la presunción de inocencia del supuesto implicado en la brutal agresión al consejero de Cultura del Gobierno de Murcia, ha incluido en uno de sus teletipos la identidad del citado detenido. Nombre (compuesto) y dos apellidos completaban una de sus publicaciones, que, a la postre, se ha podido (y se puede todavía) consultar en decenas de diarios digitales en ediciones locales, regionales y nacionales. Uno de los pocos oasis, La Verdad. El artículo firmado por Ricardo Fernández y Gracía Cruz se limita a publicar el nombre y las iniciales de los apellidos. Y me pregunto, ¿el texto pierde calidad o rigor por no delatar al individuo antes de que los jueces se pronuncien? Creo que no. Pero, ir tan a contracorriente, me hace dudar...

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Pero la responsabilidad no sólo salpica, según mi criterio, a la agencia EP, sino también al propio diario El País, pese a lo que se recoge en su libro de estilo. En la noticia volcada en su edición digital también figura el nombre del detenido. ¿Cómo es eso que dice ‘en casa del herrero…’? Pues eso. Total contradicción, porque me sorprendería que la agresión al político responda a “delito de envergadura”, donde se incluyen, por ejemplo, los atentados terroristas. Y al tipo en cuestión no se le puede considerar 'delincuente reconocido', pese a que ya montara un lío en una reciente visita de un conjunto murciano al Rico Pérez. ¿Dónde iba a ser, verdad?


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Con todo, el implicado, al que relacionan con organizaciones de extrema izquierda, tiene todas las papeletas para ser declarado culpable por el poder judicial… Pero, a fecha de hoy, todavía puede presumir de inocencia. Y no creo que los periodistas deban ser los encargados de juzgarle. Bastante tienen con sacar dignamente su tarea.

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