11 de enero de 2011

Una tregua anunciada, un balón de ébano

Trabajo acumulado. Y es que no todos los días coinciden la anunciada tregua de los terroristas con la elección del Balón de Oro. Así que esta mañana, como todas, pero hoy con un especial morbo, la curiosidad empujaba a analizar con una mirada especialmente crítica las portadas de los diarios generales y deportivos. Mucho por mirar y poco por ver.

El anuncio oficial del alto el fuego "permanente, general y verificable" se produjo al mediodía, en el diario oficialista de la banda, Gara. Sin embargo, los que navegan por las redes sociales, ya conocían el desenlace desde minutos antes. Y todo por un error del diario vasco, que colgó en Twitter su exclusiva antes de lo previsto. Un curioso y casi inaudito caso de cómo 'auto reventarse' una exclusiva.

Las portadas de los diarios, sin excepción, abren con la tregua terrorista. En general, poca originalidad, ya que las palabras ‘ETA’ ‘da’ ‘paso’ y ‘más’ aparecen reflejadas en varios de los principales diarios, tal vez, en los que apuestan por lo convencional y un trazo limitado en lo interpretativo.

Al margen se sitúan las cabeceras más conservadoras, con tres ‘primeras’ bien diferenciadas. El ABC, siguiendo con su línea innovadora, arriesgan con una portada difícil de comprender a simple vista y que tampoco queda clara tras prestarle cierta atención, en la que retrata la mirada de los doce asesinados desde la última tregua. La Razón, por su parte, intenta jugar con las palabras ‘ETA’ y ‘treta’, en un titular forzado y más opinativo que impactante. Por último, El Mundo juega, como era de esperar, con los conceptos de ‘escepticismo’ y ‘objetivo electoralista’.

Más unificada en su versión de los hechos parece la prensa catalana, en la que todos apuestan por que la tregua es otro avance en el camino hacia el fin de la violencia. En esa uniformidad de criterios, resalta la opinión generalizada de los periódicos en Andalucía, que con una sola voz apuestan por mandar en sus respectivas portadas con el concepto de ‘insuficiente’ ante una tregua terrorista que deja frías a las fuerzas políticas y a la sociedad.

Pero no sólo el terrorismo movió ayer el periodismo, también el deporte tuvo su cuota de protagonismo. Incluso, en la calle, el debate giraba más en torno a la polémica elección del mejor futbolista de 2010 que al ya sabido ‘alto el fuego’ de ETA.

En los deportivos, dos líneas muy marcadas. Nada nuevo bajo la lluvia. La prensa de Madrid, en un alegado de patriotismo, critica la elección de Leo Messi, mientras que en Barcelona se respalda el criterio de capitanes, periodistas y seleccionadores al calificar como ‘justo’ el veredicto de los especialistas.


Sin embargo, en esta tesitura que parece enfrentar a españoles contra el resto del mundo, resulta curiosa la falta de memoria de buena parte de los periodistas. Sí, los mismos que celebraban como propio el Nobel de Literatura de Vargas Llosa, un peruano nacionalizado español. Parece que el DNI del escritor tiene una mayor dosis de ADN rojigualda que el documento que acredita la nacionalidad del futbolista azulgrana.

Un proceder muy nuestro, como aquel que desprecia la experiencia en pro de la juventud. Un debate que vuelve a la palestra con Álvarez Cascos y la polémica designación del candidato popular a la Presidencia del Principado de Asturias. Al margen de filias y fobias, de que sus andanzas en la política no estén exentas de crítica, la sociedad no pierde oportunidad para retratarse. ¿Por qué en España los años son una losa insalvable? ¿Por qué no se aprovecha la experiencia para evitar caer en los mismos errores? Aquí, sin ir más lejos, nos gusta la carne tersa, sin arrugas de expresión.

Y digo yo, no sería más inteligente hacer valer la destreza en, por ejemplo, la gestión política y no apostar, una y otra vez, por recién llegados, principiantes, que de un día para otro, dirigen una ciudad, una comunidad o un país como si de una partida al Monopoli se tratase. Y, que conste, que Álvarez Cascos no es, en esta reflexión, más que una pieza en un tablero que cambia de normas… siempre a peor.

No somos los únicos, no, pero tampoco debemos sentirnos orgullosos por despreciar la veteranía. Porque todos, más pronto que tarde, nos desprenderemos de la primera cana. Es una tendencia que también se da en el periodismo, donde un profesional que supera los sesenta queda, con demasiada frecuencia, relegado al análisis. A una actividad pausada, que requiere tiempo de reflexión. Con esa edad, ya no sirve para gestionar la vorágine de la redacción, ahí debe rendir con mejor cintura un jovenzuelo, que aún presume de cuarentón, más agradable en los comidas de compromiso, pero con menor bagaje profesional. Como ejemplo, y bien próximo, la corresponsal Rosa María Calaf. Un referente periodístico, alejado de la actualidad. Alejada, por tanto, de la noticia.

Será cuestión personal, admiración por la experiencia, por los conocimientos, pero me parece deleznable que la fecha de nacimiento se convierta en un obstáculo infranqueable en una sociedad inculta, manejable y en franco (?) retroceso. Escuchar con atención a los que saben (que no a los que dicen saber) debería ser, por sí sola, una asignatura en el colegio, con continuidad en el instituto y en la universidad. Y no sólo tener atentos los oídos, a veces con la mirada basta.

Los que tenemos la fortuna, porque ahí me siento dichosa como pocos, de compartir espacio físico durante horas y horas con ilustrados de la vida conocemos la importancia de saber escuchar con atención y observar con esmero. Un privilegio tocar la espalda a esos veteranos (aunque sea metafóricamente) y escuchar el sonido de la madera. De ébano, de la buena...

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