La tarde del domingo se presentaba con varios frentes abiertos. Y todos interesantes. La resaca de la derrota, una más, del Hércules lejos del Rico Pérez, obligaba a centrar toda la atención en la lucha cuerpo a cuerpo de la que hacen gala Barcelona y Real Madrid. La desigualdad en la Liga, que empobrece la brillante trayectoria de los dos colosos, permite centrar esfuerzos. A las siete de la tarde, todos los ojos se centraron en el Juegos del Mediterráneo (bonito nombre para cualquier instalación excepto para un estadio de fútbol). Los culés, anestesiados con el juego que pone en práctica el conjunto azulgrana, apenas podían apelar a la heroica del Almería, ya que semanas atrás el conjunto rojiblanco vio cómo el auténtico dominador del campeonato le infligía una histórica goleada (0-8). No obstante, los titubeos de los de Mou durante buena parte de los partidos ligueros, con muchos triunfos, pero la mayoría sufridos ante rivales de escasa entidad, abría una puerta a la esperanza. Más que una puerta, una pequeña rendija.
Y cuando la sorpresa parecía un imposible, llegó el primer gol del partido. El Almería, a través de Ulloa, se adelantaba en el marcador… Tal vez, demasiado pronto, apuntó con lógica el narrador de Canal+ Liga. El Real Madrid tenía más de media hora por delante para devolver la lógica al electrónico, sumar tres puntos ‘obligados’ y situarse líder provisional a la espera del partido que medía a continuación, en el Camp Nou, a Barcelona y Málaga. Pero un serio Almería, dirigido por un trabajador de los banquillos, como es José Luis Oltra, resistió las envestidas blancas y sólo cedió un punto. Oro de 18 quilates para la autoestima de un conjunto fragil.
Las polémicas arbitrales, siempre presentes cuando se firma un marcador ajustado, y el pulso de Mourinho a los dirigentes blancos con la alineación de Kaka en detrimento de Benzema pasaron, como era de esperar, a protagonizar los debates cuando Pérez Lasa decretó el final de un partido que, a priori, puede suponer un punto de inflexión en la carrera por la Liga. Entre tanto, un Barcelona que no entiende de presión, se deshizo sin problemas de un renovado Málaga, que encaja goleada tras goleada pese al cambio de técnico y los millonarios refuerzos en el mercado de invierno. Los petrodólares de los jeques, poco pacientes por norma, no son mano de santo.
Pero la sorpresa no sólo se quedó en el ‘verde’ de Almería, sino que saltó al palco del estadio andaluz. El ‘bienqueda’ de Valdano se descolgó con una sutil crítica a Mourinho, al recordar que el Madrid se afana en buscar un ‘nueve’ a la vez que el técnico portugués relega a Benzema a la suplencia.
La Liga, da la impresión, se encamina hacia un nuevo triunfo azulgrana. Una sensación que corrobora, a falta de toda una segunda vuelta, la escasa emoción de una competición bicéfala, donde 18 equipos miran con desgana la tremenda superioridad de los reyes de la pista. El interés se acabará desplazando desde el terreno de juego a las salas de prensa (con Mourinho, como showman) y a los despachos, con la impertérrita figura de Valdano.
Así que la emoción debe seguir en manos del Hércules. Sin duda. Que si gana al todopoderoso Barcelona en el templo azulgrana; que si encaja el gol más tempranero de la Liga ante un equipo que sumaba meses sin conocer la victoria; que si pasa por encima de los rivales, por grandes que sean, en el Rico Pérez; que si fuera encadena un ridículo tras otro lejos de Alicante.
Aquí, definitivamente, gustan los extremos. El Meridiano, acostumbrado a coquetear con el descenso, humilla al Granada de Poch. Y el PSOE le retira la responsabilidad del área de Deportes a Lalo Díez y se la confía a Alejandro Parodi… No se cumplen ni 48 horas desde que los socialistas aprobaran la lista electoral y ya se escucha la manida expresión, algo retocada: “Nuevos vendrán que bueno te harán”.
Y cuando la sorpresa parecía un imposible, llegó el primer gol del partido. El Almería, a través de Ulloa, se adelantaba en el marcador… Tal vez, demasiado pronto, apuntó con lógica el narrador de Canal+ Liga. El Real Madrid tenía más de media hora por delante para devolver la lógica al electrónico, sumar tres puntos ‘obligados’ y situarse líder provisional a la espera del partido que medía a continuación, en el Camp Nou, a Barcelona y Málaga. Pero un serio Almería, dirigido por un trabajador de los banquillos, como es José Luis Oltra, resistió las envestidas blancas y sólo cedió un punto. Oro de 18 quilates para la autoestima de un conjunto fragil.
Las polémicas arbitrales, siempre presentes cuando se firma un marcador ajustado, y el pulso de Mourinho a los dirigentes blancos con la alineación de Kaka en detrimento de Benzema pasaron, como era de esperar, a protagonizar los debates cuando Pérez Lasa decretó el final de un partido que, a priori, puede suponer un punto de inflexión en la carrera por la Liga. Entre tanto, un Barcelona que no entiende de presión, se deshizo sin problemas de un renovado Málaga, que encaja goleada tras goleada pese al cambio de técnico y los millonarios refuerzos en el mercado de invierno. Los petrodólares de los jeques, poco pacientes por norma, no son mano de santo.
Pero la sorpresa no sólo se quedó en el ‘verde’ de Almería, sino que saltó al palco del estadio andaluz. El ‘bienqueda’ de Valdano se descolgó con una sutil crítica a Mourinho, al recordar que el Madrid se afana en buscar un ‘nueve’ a la vez que el técnico portugués relega a Benzema a la suplencia.
La Liga, da la impresión, se encamina hacia un nuevo triunfo azulgrana. Una sensación que corrobora, a falta de toda una segunda vuelta, la escasa emoción de una competición bicéfala, donde 18 equipos miran con desgana la tremenda superioridad de los reyes de la pista. El interés se acabará desplazando desde el terreno de juego a las salas de prensa (con Mourinho, como showman) y a los despachos, con la impertérrita figura de Valdano.
Así que la emoción debe seguir en manos del Hércules. Sin duda. Que si gana al todopoderoso Barcelona en el templo azulgrana; que si encaja el gol más tempranero de la Liga ante un equipo que sumaba meses sin conocer la victoria; que si pasa por encima de los rivales, por grandes que sean, en el Rico Pérez; que si fuera encadena un ridículo tras otro lejos de Alicante.
Aquí, definitivamente, gustan los extremos. El Meridiano, acostumbrado a coquetear con el descenso, humilla al Granada de Poch. Y el PSOE le retira la responsabilidad del área de Deportes a Lalo Díez y se la confía a Alejandro Parodi… No se cumplen ni 48 horas desde que los socialistas aprobaran la lista electoral y ya se escucha la manida expresión, algo retocada: “Nuevos vendrán que bueno te harán”.
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