22 de septiembre de 2008

Tanto como susto...


Un susto, no. Pero sí sufrí un agradable sobresalto –en su primera acepción- el pasado viernes. La curiosidad me llevó a acudir a la ceremonia de inauguración del Village de la Volvo Ocean Race, acto que me permitió disfrutar de la increíble transformación que ha sufrido el Puerto de Alicante. Nunca pensé que esos muelles podían mostrarse tan espléndidos. Cierto es que, desde que comenzaron las obras, me propuse no pasarme por la zona para que el cambio (del antes al ahora) fuera más impactante. Y así ha sido. [Larga vida a la Volvo, no estamos en Alicante sobrados de acontecimientos que nos sitúen en el mapa informativo].

Tal es el resultado que una crónica reproducía el sábado las palabras de un concejal en las que, además de mostrar su sorpresa por las instalaciones, venía a decir que le habían «cambiado la ciudad». ¡Razón no le falta, no! Sólo hace falta tirar de memoria y recordar cómo «lucía» gran parte del muelle de Levante hace… un año, por ejemplo. Daba pena, miedo y vergüenza transitar por esa zona.

Al margen de las nuevas infraestructuras (¿cuánto tiempo durarán tan lustrosas?), la inauguración me produjo una sensación, digamos, algo confusa. Cierto es que fui predispuesta. Quería ver qué autoridades acudían. ¿Por qué? Las obras, en su mayoría, las ha costeado el Gobierno central (Fomento, en concreto), pero algo se intuía: pocos representantes «de Madrid» iban a venir. Y, bien, era lógica poca representación, pero ¡tan escasa como fue…!

Recuerdo que comenté la jugada con un amigo. ¿Cómo es posible que sólo Peralta -subdelegado- haya venido?, nos preguntábamos. Pues sí, así fue. La trouppe que acompañó a Camps, sin embargo, fue más nutrida. Normal por otra parte, ¿no?

Desconozco si los socialistas (la vicepresidenta del Gobierno, la ministra de Fomento, el secretario de Estado para el Deporte, la secretaria de Organización, los diputados de las Cortes, los candidatos a la Secretaría General del PSPV…) tenían algún otro cometido más «interesante», tal y como ayer se «denunciaba» desde La Dos del Información. No lo sé. Pero si ni ellos mismos creyeron oportuno presumir de inversión, debe ser porque no lo necesitan. Aunque, intuyo, que tampoco les sobra el favor de los alicantinos.

¡Ah! Lalo (Eduardo) sí estaba. Todos tranquilos. Éste, en cambio, no se pierde ni una (ni un acto donde haya cámaras).

Por cierto, opto por guatepeor (la pura realidad), Moreno (el franquismo ya murió), Maciá (le intuyo menos falso) y Alarte (antes que Puig…).

2 comentarios:

Xavier dijo...

Leí La 2 y creo que fue un buen toque de atención para los socialistas que así quieran verlo.

Creo que en el PSOE piensan que acudir a actos donde el PP muestra su fuerza de Gobierno, es como aceptar esa fuerza. Pero no se dan cuenta que es en esos 'grans esdeveniments', donde está toda la atención, donde deben mostrarse lustrosos y meterse en la foto.

Su ausencia se entiende más como desinterés que como disconformidad.

Anónimo dijo...

Como bien dices, no entiendo cómo no asistió nadie más...

Así va a ser difícil volver a ganar aquí...

El cambio en el puerto me ha gustado y que lo pueda visitar cualquier ciudadano también. En algún momento pensé que sólo lo podrían visitar gente del mundillo...