5 de mayo de 2012

Dar y pedir: en el alambre


Bien sabía que no tendría que posponer demasiado estas líneas. El pasado jueves, 3 de mayo, periodistas de Alicante (que no los periodistas, ya que se echaron en falta muchas caras) nos concentramos en la plaza de la Montañeta en un acto simbólico en defensa de la libertad de prensa y del ejercicio de un periodismo de calidad. Sé que de nada sirven dichas concentraciones, pero menos utilidad debe tener la habitual dispersión del colectivo.
Se echaron en falta muchas caras, decía, aunque no rostros políticos. Ahí estaban. No pierden una oportunidad para apoyar toda causa que convoque cámaras. Les da igual, fotos o vídeos, todo vale. A golpe de vista, divisé a Elena Martín y Fernando Llopis, portavoces del PSOE y UPyD en el Ayuntamiento, y a Consuelo Navarro y Óscar Llopis, mandamases de CC OO y UGT en la comarca. También se dejó ver el concejal socialista Alejandro Parodi, acompañado de parte de su prole, aunque él con el carné de periodista aún en el bolsillo. Y nadie del equipo de Gobierno. Me cuesta creer que la defensa de ciertos derechos de rango universal vaya ligada a ciertas corrientes ideológicas. Al hilo, un concejal popular me puntualizó: «Era una defensa de vuestro sector, ahí poco pintaba la clase política. Quien haya ido será porque no tiene obligaciones vinculadas a su cargo». Lo dijo, para ser justos, en un tono algo más desenfadado. Pero puede tener razón...  

Imagen de la concentración publicada en la página web de la APA

Y allí estuvimos. De reencuentros varios, siendo los protagonistas de la «noticia». Mala cosa. La iniciativa, bajo el lema «Sin periodistas no hay periodismo; sin periodismo no hay democracia», se cerró con la lectura de un manifiesto que destacó la precaria situación laboral en la que se encuentran compañeros, la negativa de los gobernantes a dar explicaciones a los ciudadanos en las ruedas de prensa (sin preguntas) y la utilización de las concesiones de publicidad institucional o las licencias de radio y televisión para castigar o premiar a medios y periodistas por su línea editorial. Todo niquelado. Sin una palabra de más ni de menos. Al punto. Como el buen solomillo.
Portada de La Razón, del pasado sábado, 5 de mayo

Pero luego te levantas y de buena mañana te enfrentas a la portada de La Razón. Y ahí, todos esos derechos que exiges, no sé muy bien a quién, se diluyen en agua hirviendo… «El presidente más familiar», como titular, junto a una imagen tan ñoña como impropia en estas fechas de Rajoy y su pareja. Pero el ejercicio de un periodismo de nula calidad no se detuvo ahí, no. El subtítulo aún iba más allá: «Rajoy pasó el puente del 1 de Mayo en Los Quintos de Mora junto a su mujer, sus hijos y su padre. Viajó en coche, y no en helicóptero, con un reducido número de escoltas e incluso se llevó ‘tuppers’ de La Moncloa». Con perdón, pero, ¿se puede ser más ridículo?

PS: También sería de ley que intentaremos afinar más al contabilizar la asistencia a la concentración. No debemos (ni podemos) exigir que los sindicatos y Policía sean honestos al dar las cifras de participación en una manifestación y nosotros, «notarios de la realidad», inflemos el número hasta bordear la absurda comicidad. La imagen no engaña. La nota de los convocantes, tal vez: «Más de 250 personas han asistido a la concentración en defensa de la Libertad de Prensa organizada en la Plaza de la Montañeta de Alicante por la Asociación de la Prensa de Alicante, la Unió de Periodistes Valencians y la Asociación de Fotoperiodistas de la Provincia de Alicante».

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