Hay que tener muchos arrestos para ponerse delante de una cámara y, sin conocer el contenido del guión, enfrentarte a 90 minutos de televisión en directo (¡y con una reputación que conservar!). Para la mayoría sería un imposible; sin embargo, si te llamas Andreu te apellidas Buenafuente y eres un genio del humor, tal vez esa aventura dé lugar a una «pequeña obra de arte». Como así sucedió anoche.
BF cumplía su programa 500 y ahí apareció, con un traje negro impoluto y una camisa blanca. Más apuesto, imposible. Predisposición no le faltó; ayuda, tampoco. Tener a Berto al lado debe ser un placer. Un tío tan joven como talentoso que tiene un ¿«don»? que lo hace diferente.
El programa fue un regalo al espectador. Si ya de por sí, cualquier otra noche, el guión es tan bueno que escapa al ojo del televidente, ayer la improvisación nos permitió reír de una manera muy natural, fresca, espontánea.
Es cierto que todo esto lo digo yo, poco objetiva y demasiado (bueno, no, eso nunca) admiradora de Buenafuente. Son ya muchos años «junto» a él. Todo empezó en TV3, cuando el nen de Reus era un mero aprendiz. Y, así han pasado 13 años. Para mí –puedo equivocarme– su mejor momento, llegó en 1999 con La Cosa Nostra. Este espacio, sigo creyendo, fue el epicentro de un tipo de propuesta diferente, dentro de la funesta televisión que nos ofrecen los creativos año sí y año también. Aún así, y sin llegar al nivel que llegó a ofrecer LCN (lo cual no le desmerece), BF cada noche es un deleite, disfrutar de esas dosis justas de humor sano que tan bien sabe repartir Andreu te deja listo para aparcar ese día y tomar con mayor optimismo el siguiente. Si no tanto, si al menos consigue que todos los malos rollos (llámale dolores de muelas) pasen a un segundo plano.
Andreu es diferente, cuenta con un estilo peculiar, una forma de entender y hacer televisión al alcance de muy pocos. Por todo, este aniversario no es más que una ocasión para que la prensa se acuerde de ese programa que, de lunes a jueves, reúne a un grupo de locos, preocupados por reír, pero siempre con el saber estar y el respeto inteligente como premisas. Ojalá BF continúe muchos años más. Y ojalá podamos seguir viéndole. Si es de cerca, mejor. Por supuesto.
Y los que ayer acudimos a la cita ya sabemos dos detalles que darán mucho que hablar en los próximos días: Berto ya puede presentarse a GH (da la talla requerida) y Emilio Aragón sabe solfeo (algunos lo dudaban).
¡Ah!: ¡Bienvenidos!
1 comentario:
Yo me perdí la primera parte, la que dicen fue la mejor y llegué con la entrada en el programa de Emilio Aragón, el presidente de La Sexta.
Yo me quede con la frase del follonero cuando vio a Aragón (el que le paa, vamos su jefe) y le dijo: "Anda, el de Médico de familia".
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