29 de noviembre de 2011

Noooo, el césped, noooo

Les pongo en antecedentes. ¿Recuerdan el partido que jugaron el pasado domingo Hércules y Elche en el Rico Pérez y que acabó con victoria visitante (1-2)? Pues por ahí va la historia, cuestiones deportivas al margen.

El apretado marcador mantuvo la emoción hasta el último instante. Cuando el árbitro señaló el final del encuentro, los jugadores del conjunto franjiverde se dirigieron hasta el conocido ‘quesito’, situado entre las gradas de Preferente y Fondo Sur, para celebrar junto a sus aficionados la victoria. Hasta ahí, todo normal.

Los fotógrafos que, en ese instante, se encontraban por la zona de banquillos siguieron el camino marcado por los futbolistas visitantes. A la carrera, también se desplazaron hasta la ubicación de los seguidores ilicitanos. No por placer, sino para poder retratar la alegría existente en la órbita del Elche. La comunión entre afición y plantilla se pudo ver desde cualquier punto del estadio: cánticos, regalo de camisetas, bailes improvisados… Lo típico, por ejemplo, cuando se consigue un título. Unos minutos de festejo, que terminaron con unos y otros en sus respectivos autobuses de regreso a la ciudad bipatrimonio de la Humanidad.

Y en estas, en la resaca del derbi, aparecen las malas artes inherentes al Hércules. El club es así, no puede evitarlo. El departamento de Comunicación de la entidad, a través de su habitual vía de comunicación con los medios, envió un correo electrónico que deja constancia de la filosofía de este club. Sería algo así como… “Pide mucho a los demás para un presunto beneficio común, pero no olvides en sacar el hacha y cortar alguna cabeza para demostrar quién manda aquí”. Aquí da igual que al frente de la institución esté Ortiz o el Santo Padre.

El envío empezaba con una introducción irrelevante, y continuaba con la siguiente prosa: “Varios miembros de la prensa gráfica cruzaron el terreno de juego para obtener imágenes de la celebración [de los jugadores del Elche y su afición]. Os informamos que este tipo de hechos se sancionan en el actual Real Decreto 207/2010, ya que al estar sobre el terreno de juego tanto jugadores como trío arbitral se considera ‘invasión de campo’”. Hasta ahí, bien. El club informa a los medios de comunicación de que nadie, incluidos los fotógrafos, puede pisar el césped… [No vaya a ser que contagien cualquiera de las enfermedades que incuban en sus cuerpos].

Pero ahí no queda. Después de la parte informativa, llegaba el turno para la identificación y la amenaza de expulsiones y propuestas de sanción. Literalmente, concluía el correo: “Desde el Área de Seguridad nos comunican que los infractores están identificados y en caso de reiteración, además de proceder a su expulsión se efectuará una propuesta de sanción”.

¿No había otra forma de transmitir la misma idea? ¿Siempre se debe acabar en la intimidación del, supuestamente, Goliat a un David, también supuestamente, indefenso? ¿No hubiera bastado con ponerse en contacto directamente con los infractores (casi delincuentes), que en ejercicio de su labor profesional osaron a cruzar el césped (OMG!), e informarles de la legislación vigente, de las multas que puede suponer para el club su actitud irresponsable y solicitarles, siempre desde la corrección, que no vuelvan a poner sus sucios pies en el tapete del Rico Pérez? Sí, no y sí. Con todo, puedo imaginar qué habrá hecho ese fotógrafo con el correo impreso que le haya dejado, en el mejor de los casos, el redactor de Deportes sobre el teclado de su ordenador. En el mejor de los casos, un avión sin recorrido. Y, en el peor, lo más correcto. Estás trabajando, con el estrés propio de los gráficos, ves que la noticia se produce a cincuenta metros de ti, te pegas la carrera correspondiente cargado con todo el equipo... y, horas después, te vienen con amenazas desde la comodidad del sillón. ¡Venga va! Parece correcto informar sobre el Real Decreto de turno, pero de ahí a recurrir a actitudes propias de la Camorra, no.

Pero, tranquilos, no faltará mucho para que el Hércules, una vez más, reúna a los medios de comunicación y pida, con un tono más amable, colaboración, unión e ir "todos a una" para conseguir, por ejemplo, el ascenso a Primera. Es decir, que el club proponga echar tierra sobre cuestiones negativas (por si alguno pica en el anzuelo) y ensalzar las positivas. Ya saben, todos puede pedir, es fácil; pero muchos menos, sin embargo, el significado de la palabra educación.



PD: Dicho lo cual, cierro el post número 450 (ya sólo a un paso del medio millar) y procedo a ver el segundo capítulo de Juego de Tronos. Por ahora, las expectativas se cumplen con creces...


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La polémica suscitada tras el comunicado del Hércules en el "pedía" a los fotógrafos que no volvieran a invadir el terreno de juego al término de próximos partidos ha tenido continuación en la jornada de hoy. A primera hora de la mañana, la Asociación de la Prensa de Alicante (la APA, ese ENTE con mayúsculas, valga la ironía) "lamentaba" a través de otro comunicado "el tono amenazante" del Hércules. "La Junta Directiva de la Asociación de la Prensa entiende que los profesionales acreditados cumplieron con su obligación de informar, una vez que el partido de fútbol había finalizado y las características de este encuentro lo requerían, al tratarse de un derbi deportivo en el que, además, no se registraron incidentes entre las aficiones. La Asociación de la Prensa de Alicante, por tanto, considera que el comunicado enviado por el Hércules supone una amenaza hacia los profesionales en su deber de informar y que existen otras formas de normalizar la relación entre periodistas y un club de fútbol", señala el documento firmado por la Junta.

Pero la controversia no se frenó con el texto de la APA, sino que el Hércules, a última hora de la tarde, ha emitido un nuevo y extenso comunicado, con el marrón (digo, la firma) del director de Seguridad de la entidad, un tal Juan Carlos Celdrán. Un intento, imagino, de calmar las aguas... que en todo caso habrá avivado el fuego. "En ningún caso, el Departamento de Seguridad tuvo la intención de dar la sensación de amenaza al respecto de lo informado, bien es cierto y así lo recoge la actual legislación, que la intromisión en el terreno de juego, estando presente tanto el trío arbitral como los jugadores, es considerado a todos los efectos "invasión del terreno de juego", otra cosa es que el árbitro no lo reflejara en el acta". Y bla, bla, bla... con una retahíla de extractos de la legislación deportiva vigente. Todo muy interesante... Pero poco faltará para que el club se ponga en contacto con algún fotógrafo para pedirle la cesión de determinadas imágenes. También cabe la posibilidad de que, directamente, las tomen prestadas y hagan uso de ellas. Así se las gastan... Y, a continuación, a llamar a la unidad y a remar todos a la vez. Pues eso. Memoria.

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