30 de diciembre de 2010

En 2011, despejará


Apenas pasan cinco minutos de la siete de la mañana cuando el tren Alvia con destino Madrid inicia su trayecto desde la estación de Alicante. En tierra dejo un 2010 que empezó vestido de ilusión y que está a punto de concluir arropado por un halo de pesimismo algo injustificado, pero tan real como que el ídolo caído de Drenthe acabará por militarizar las oficinas del Hércules.

Enero pasó volando, con la vista puesta en el viaje fin de carrera, que nos llevaría en plenos Carnavales hasta Amsterdam y París. Un recorrido inolvidable, que me permitió conocer dos ciudades a las que sin duda volveré, inundadas de recovecos, ahora convertidos en imágenes que perdurarán en mi recuerdo tanto tiempo como precien mis facultades mentales.

El arranque del año, además, me dio la oportunidad de regresar a la redacción, casi, de lunes a domingo, vivir así el día a día en el periódico. Un periplo por varias secciones, desde Nacional, pasando por Extras con visitas puntuales a Cierre, que se prolongó hasta junio, otra fecha imborrable. Y no, no me refiero al ansiado (y polémico) ascenso del Hércules a Primera División que, a la postre, me ha permitido mantener viva la esperanza de vivir del oficio que me llevó a dar un giro de 180 grados a mi vida, allá en el verano de 2005, cuando pasé página, dejé la Ingeniería de Telecomunicación que tenía ocupado mi futuro. Un pasado que se hizo presente esta semana, cuando leyendo un óbito de Luis Mariñas descubrí que el recientemente fallecido periodista también estudió ‘Teleco’ en sus años jóvenes. Lo reconozco, se me dibujó una sonrisa.

Decía que a escasos días de alcanzar al ecuador del año, llegó la fecha clave de este 2010. El acto de graduación. No obstante, esa experiencia no se limitó a un día en el calendario, sino que se gestó desde semanas atrás. Desde los tira y aflojas con la Universidad para conseguir una graduación sin intrusos de otras carreras hasta la grabación del lipdub, que hizo Atzavares, si cabe, más nuestro por unas horas durante aquella divertida tarde.

Las emociones se sucedieron durante toda la jornada, que, eso sí, arrancó en el aula habitual con un nada convencional examen... Pasado el trago, llegó lo bueno. A primera hora de la tarde estábamos citados en el Aula Magna, y ahí acudimos puntuales y tan arreglados que reconocernos no era cuestión baladí. Alguna baja en la grada me distrajo el pensamiento unos momentos, pero los presentes se bastaron para hacer que los ausentes solo ocuparan lo suficiente, y siempre necesario, mi atención. Protocolo y más protocolo, una pletórica Rosa María Calaf escoltada por un orgulloso José Alberto, el discurso próximo de José Luis y fotos, muchas fotos. Demasiadas para los alérgicos al flash. Más tarde llegó la cena en el Parque Municipal, en una noche que dejó una huella difícil de borrar.

Así, el 18 de junio se quedó marcado a fuego en la I Promoción de Periodismo de la UMH. Un fuego que se me hizo más intenso apenas unas horas después de abrir los ojos un resacoso 19 de junio. Ese sábado, en pleno arranque de Hogueras, me tocaba jornada de asueto. Mi propósito inicial era recuperar fuerzas para encarar con garantías el grueso de las fiestas, pero nada fue según lo previsto. La libranza pasó a mejor gloria, las Hogueras y el ‘cantado’ ascenso del Hércules me reclamaban por la redacción. En un primer momento, lo reconozco, no acepté de buen grado la improvisación que manifestó esa llamada desde un despacho, apresurada, el mediodía del viernes… pero esa misma llamada me permitió, treinta horas después, una de esas licencias que nos regala la vida a aquéllos que intentamos hacer de la información nuestra vida. No pude estar en Irún, pero no importó. A bordo de un autobús descapotable aparecimos, precediendo a los protagonistas del ascenso, en una Plaza de Luceros cuya panorámica erizaba la piel. Miles de personas reunidas en torno al monumento más emblemático de Alicante, gozando con el regreso a la élite del equipo de la ciudad. La noche concluyó con el tradicional baño en una fuente que parecía manar agua bendita, ya que nadie quiso evitar acabar remojado, y todo intercalado con gestos de complicidad con aquellas personas que tanto invirtieron (y no sólo dinero) para devolver a Alicante a ese lugar del que nunca debió abandonar. Luego, el verano se hizo largo. Pero de esa anécdota, que ya se considera delito y que tanto dio que hablar, ya nadie se acuerda.

En julio, tras el ascenso, recalé en Deportes. Volvía a ‘casa’ tres años después de aquel dos del siete, en el que desembarqué en la sección más personal del periódico, entonces con la vitola de becaria. Ahora, sin parapeto. Volvía también a compartir jornadas interminables (y siempre marcadas por el buen ambiente) con esos compañeros que tan bien me trataron cuando daba mis primeros pasos por la redacción. Los de entonces los recuerdo temerosos, ahora los percibo melancólicos.

Sin motivo aparente, aunque el sentir general y ciertas realidades mediáticas debe pesar en el ánimo, un año para el recuerdo languidece entre propósitos de enmienda y en plena búsqueda de nuevos alicientes. Sin embargo, la contradicción es, ahora, dueña de mis titubeantes zancadas. A la vez que rastreo oportunidades que me devuelvan la sonrisa rechazo una oferta, sorprendente y agradecida, que recibí hace unos diez días. Llegó firmada por uno de mis (pocos) referentes en esto de contar a los demás lo que sucede a diario en este complejo mundo. Se me invitaba a recoger con ‘carácter blog’ pero en ‘formato papel’ los guirigáis que se generan en torno al mundo del fútbol nacional. Lo pensé, y mucho. Dije ‘no’. Ahora lo vuelvo a pensar. Y no saco nada en claro.

Esa nostalgia de un futuro prometedor me llevó el otro día a volver a un clásico que nunca falla, que nunca deja indiferente pese a sumar ya su enésima escucha. El maestro Frank Sinatra nos dejó un recurso para mirar hacia delante con energía cuando la vista parece nublarse. Dice en su legado más legendario que su final ya está cerca, tras vivir una vida completa, viajar por cada una de las carreteras. Sin remordimientos, asegura haber hecho lo debido, sin excepción, trazando cada plan sin temor a enfrentarse a los contratiempos. Reconoce haber mordido más de lo que podía masticar, haber amado, reído y llorado, ganado y perdido. Resalta haber sido él mismo a lo largo de su vida, de no arrodillar sus palabras ante nadie… Y siempre a su manera.

Así, a su manera viven aquéllos que avanzan en paz. También lo hace Drenthe, especialista en reír. Bueno, en su caso, es capaz incluso de reírse de los demás, de todos. Con un único responsable, el Hércules, cómplice de las aventuras del holandés desde su llegada a Alicante, también debe asumir parte de esa culpa. Si cuando la Policía le cazó a las tantas de la madrugada mientras triplicaba la velocidad permitida en el casco urbano, el club hubiera sancionado de manera ejemplar al recién estrenado internacional ahora, tal vez, el conjunto blanquiazul no sería el hazmerreir de España. Como bien dijo ayer Calatayud, palabra de profesional íntegro, ya vale de salir en los medios por cuestiones negativas. Ya les vale.

Y así, entre aventura y desventura protagonizada por Drenthe, van pasando las semanas, los meses y, si nos descuidamos, las décadas. El ‘tulipán’ se ha convertido en el fiel reflejo de un año que debería recordar por los momentos irrepetibles, pero que llega a su punto final tapado por las nubes. Pero despejará, seguro. Lo recita con su don el maestro Sabina: "Frente al cabo de poca esperanza arrié mi bandera, si me pierdo de vista esperadme en la lista de espera". Aunque mientras pongo música a esos versos, me retumba en la cabeza otra cita del jiennense: "También comprendí que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver". Total, la huida es una puerta abierta porque aún quedan islas para naufragar".

24 de diciembre de 2010

Abajo la persiana

CNN+ puso ayer punto final a su parrilla. Y con ella, la democracia recibe otro golpe que deja marca en una sociedad herida, que ni se inmuta ante el cierre de un medio de comunicación, pero que levanta armas frente a situaciones meramente cómicas. Toda una afrenta a la inteligencia y al sentido común. Los editores de la cadena deben asumir la responsabilidad por no 'creer' en el buen periodismo; aunque los espectadores, que hemos dado la espalda a las emisiones (incluso en el día del adiós), también deberíamos compartir buena parte de esa culpa.

El epílogo de Iñaki Gabilondo se convirtió anoche en el símbolo de una despedida anunciada. Ha sido el primer gran medio que cae en plena tormenta económica, aunque no será el último. Desde la trinchera y aprovechando la triste noticia, no me resisto a recoger las últimas 'píldoras' de Gabilondo: toda una lección de un ‘perro viejo’.

Pese a la 'pérdida' transitoria de un profesional de la talla del periodista vasco, toda mi solidaridad hacia los 'curreles' que desde ayer engrosan, aún más, las listas del INEM. Ellos protagonizan pocos 'tuits' y menos 'posts', pero forman la 'clase media' de un oficio en busca del camino correcto.


El cierre de un medio de comunicación es una noticia muy triste, una desgracia para una sociedad. Supone una enfermedad para el organismo civil, para la democracia de un país.

En nuestro país, los medios de comunicación están viviendo momentos extremadamente difíciles. Los ciudadanos demócratas hemos de lamentar la pérdida de un medio de comunicación, sobre todo, de uno acreditado de señorío, elegancia y un comportamiento profesional que debería ser estudiado con mucho cuidado por quienes aspiran a hacer útil este oficio. Un oficio que sirva a la sociedad.

El periodismo está tratando de saber por dónde está el rumbo, el horizonte.

Jóvenes periodistas y otros no tan jóvenes, que están entristecidos y agobiados por su futuro, han dado una lección de profesionalidad al cumplir hasta el último segundo con sus obligaciones sin ningún tipo de vacilación.

Los compañeros me han enseñado lo que es la profesionalidad en las circunstancias más difíciles.

Acabo una etapa importante de mi vida, otra empezará. En esta etapa que empiece, como en la anterior, yo sólo aportaré lo que pueda aportar mi honestidad crítica.

Para poner nombre a todos lo que han pasado por delante de las cámaras de CNN+, Antonio San José. Ejemplo de periodista que necesitaría una sociedad, y que una sociedad valoraría al máximo si no estuviese enferma de radicalismos y de hostilidades.

Francisco Basterra, subdirector general de CNN+ durante diez años, es un hombre que suma a la excelencia profesional la excelencia humana. Nunca quiso hacer ruido, siempre quiso servir a la sociedad.

22 de diciembre de 2010

Un San Pancracio sin humo

Perder el sueño a media mañana, abrir el ordenador, consultar los números premiados en alguna web de confianza y comprobar que una de tus apuestas está premiada con el Gordo de Navidad… dicen que provoca una sensación muy placentera. Excitante. Prometo que si algún día lo experimento, aunque no confío un ápice, relataré aquí la experiencia.

Hoy, ni un reintegro ni una pedrea… Nada de nada. Y no, no disfruto con la felicidad ajena, para qué engañarnos. En todo caso, me da envidia. Y no sana (existe tan poco como los Reyes Magos). Eso sí, ver la cara de satisfacción de los niños de San Ildefonso elegidos por la Diosa Fortuna para cantar el primer premio… eso sí que me dibuja una sonrisa. Debo reconocerlo.

Es cierto que esta mañana, más que con una sonrisa, me he despertado con el cejo fruncido. El mismo gesto que me llevé anoche a la cama. Y todo por echar un vistazo a las portadas que ahora acostumbran a ‘colgar’ los principales diarios en sus respectivos portales digitales. El titular de ABC primero me produjo incredulidad; al poco, repugnancia. Allá ellos, pero me da lástima ese periodismo.

No menos lástima que las reiteradas prácticas de las webs del grupo Vocento para posicionarse en los principales buscadores. En este caso, el periódico La Verdad ha sido el pecador; el pecado: engañar a los robots de Google con una noticia que anunciaba el Gordo de Navidad horas antes de que saliera el 79.250 del bombo. Así lograron situarse en primera posición entre los resultados de búsqueda. Ellos aducen un error en el 'lanzamiento' de la noticia a la Red. Su sospechosa trayectoria no avala ese fallo humano. Más bien, demuestra ambición (¡!) por estar más arriba de lo que les corresponde dada la naturaleza regional de la cabecera murciana. Juego sucio.

Tampoco anima leer la noticia acerca del último anuncio del año en televisión. Iker Casilla, según se ha podido leer en ElPaís, ha sido el elegido para protagonizar el último spot de 2010. Aunque para el diario de Prisa, el ‘actor’ no será el portero del Real Madrid, internacional con España y campeón del Mundo en Sudáfrica… No, el ‘actor’ es “el novio de Sara Carbonero”. Ya me queda una cosa menos por ver en la prensa. La lista se va acortando a pasos agigantados.

La ministra Sinde (sí, la que pone cara y nombre a la famosa Ley) también me ha permitido tachar otra línea de la funesta lista. Preguntada esta mañana por su posible renuncia a la cartera, la cineasta le ha respondido al periodista, sin rubor: "No lo he pensado, ¿y usted?" Y tan ancha se ha quedado… Con representantes políticos de esta calaña… ¡qué esperamos!

Del contenido de la Ley, poco más que apuntar. Ya está todo dicho. Sólo subrayo un aspecto, me perturba que se haya generado un enriquecedor debate respecto a esta propuesta del Gobierno y hayan pasado de puntillas otras cuestiones que afectan tanto o más al devenir de España y de sus ciudadanos. Ni las pensiones ni el subsidio por desempleo (por citar dos temas polémicos) han suscitado una discusión pública tan excitante como la Ley de Descargas en Internet. Ojalá el país se movilizase con el mismo ímpetu para patalear por todas las cuestiones que tocan las bases del Estado. Ingleses, franceses e italianos nos están marcando el camino a seguir en los últimos meses… pero nosotros seguimos a lo nuestro. Sólo un debate futbolero llegaría a la altura alcanzado por la Ley Sinde.

Tanto que la aprobación definitiva de la Ley Antitabaco ha quedado relegada a un cuarto plano. Yo lo celebro. No su escaso protagonismo mediático, no. Aplaudo su definitiva ratificación en el Congreso. Por fin veo reconocidos mis derechos. Adiós a los humos.


P.S.: Entono mi culpa. Esta tarde, paseando por Maisonnave, una joven me ha ofrecido (bajo su correspondiente pago) la edición especial de la Lotería de Navidad de Información. Le he dicho que no. Ya había corroborado mi suerte (o mi falta de) a través de Internet. Pero ahora me siento como si hubiera negado a mi padre/madre... Espero encontrar una solución a corto plazo.

20 de diciembre de 2010

Menos forofismo y más atención

Sólo llevaba la intención de conocer cómo estaba llevando el madridismo las horas después del espectáculo que ofrecieron ayer Madrid y Sevilla en el Bernabéu... Sin embargo, he confirmado que el forofismo en poco ayuda al periodismo. Al final, te centras tanto en disfrazar la realidad que se te olvida dejar aseado el envoltorio. Hace apenas unos minutos, la web del diario AS abría con una noticia vinculada a la polémica arbitral protagonizada por Clos Gómez. Decía la página que el delegado arbitral del Real Madrid fue el encargado de redactar el informe (¿dónde queda el 'señorío blanco''? que ayer presentó Jose Mourinho ante lo medios en rueda de prensa.

Al clicar en la noticia, para ver el contenido de tan sesuda novedad madridista (ahora listan los errores arbitrales que les perjudican...), me he quedado en la primera palabra. Mejía (Dávila) ha pasado de inmediato a llamarse Megía, y eso que es un asalariado del Real Madrid.

La rabia no les deja ver. Debe ser muy duro no poder disfrutar del excelso fútbol que practica el 'Manita Team'... Duro y frustrante. Aunque peor es Marca y ahí sigue, consolidando lectores oleada tras oleada.

19 de diciembre de 2010

Donde nos gusta estar

Vuelvo por estos fueros… 53 días después de mi última visita. A decir verdad, durante estos dos meses, me he dejado caer por esta isla en varias ocasiones, aunque no haya prueba gráfica de ello. El escaso margen que me deja el trabajo en la redacción y las actividades del máster me ha impedido dedicarle el tiempo necesario a este espacio que tanto sirve para relajar la mente y dar salida a algunos de esos pensamientos que circulan por la cabeza. La falta de motivación (¿?) tampoco ha ayudado cuando me enfrentaba al folio en blanco. Y de la atención que requiere mi última adquisición... ¡para qué hablar!

En esta ausencia física poco ha cambiado el panorama. La crisis sigue abriendo los informativos, el Barcelona abruma en las competiciones oficiales, Zapatero navega hacia la deriva sin ningún rubor, los sindicatos amenazan con otra jornada de paro global, la violencia de género se desboca sin solución a la vista, los coreanos de sur y norte no se caen bien y se esfuerzan por demostrarlo, el Hércules es más noticia por las polémicas extradeportivas que por su aseado regreso a Primera y la ‘i griega’ se puede seguir llamando así…

Tampoco sorprende la temporalidad de las noticias en los medios. El conflicto del Sáhara ya pasó a mejor vida, los muertos por cólera de Haití valen menos que otros y a Wikileaks le queda poco más de tres telediarios. Eso sí, a buen seguro, no serán en CNN+. La fusión Telecinco-Cuatro ya conoce su primera víctima: uno de los canales de referencia, una apuesta segura para aquéllos que solemos llegar a casa a últimas horas de la noche.

Ver cómo los productos de calidad desaparecen del espectro mediático resulta desalentador. Estos golpes en poco ayudan a una profesión herida tras los traspiés sufridos en el tránsito por una ruta minada. El obligado adiós de la cadena tan sólo confirma la teoría que sostienen los menos románticos del oficio. Ellos defienden que los beneficios empresariales son las únicas piezas válidas de un tablero de juego donde los contenidos se convierten en meros objetos decorativos. Quiero creer lo contrario, aunque cada vez resulta más complejo dar con argumentos que refuten esta asentada hipótesis. En el intento seguiremos… mientras nos dejen.

No obstante, estos pensamientos de cierto regusto melancólico llegan en tiempos de nostalgia. Con la Navidad y la inminente despedida del 2010 al acecho. Antes, suele ser tiempo de la cena de empresa y del villancico de los ‘locos’ de Tiempo de Juego. Ambos hechos ya han tenido lugar. Y los buenos recuerdos se amontonan en la cabeza. La velada se celebró anoche, en La Cantera, y allí nos reunimos casi un centenar de compañeros. Aunque no se recordará por las desorbitadas ganas de fiesta de los presentes, al menos sí que logró tomar distancia del ambiente que se vive día tras día en la redacción. En lo personal, olvidada la frase de uno que se presentó como redactor ("Yo a ti te conozco porque no hiciste huelga", me espetó), conservo el reencuentro con colegas que el trajín aleja más de lo deseado. También, conversaciones de esas que se prolongan más allá de las palabras y miradas cómplices, que tanto ayudan para seguir en la pelea.

Con todo, ojalá la siniestra teoría que abanderan los más realistas se quede en papel mojado y todos volvamos a ser partícipes de las sonrisas, las bromas y el compañerismo que tan bien se recordó en el mordaz monólogo.

Da envidia, para qué negarlo, ver lo bien que se lo pasan los ‘individuos’ de Tiempo de Juego. Su villancico irradia 'buen rollo'... Aunque ellos no son los únicos que están donde les gusta estar.


27 de octubre de 2010

¿A qué estamos jugando?

Una jornada de asueto laboral te permite invertir el tiempo en tareas imposibles dentro de la vorágine diaria. Así que tras una mañana de llamadas (no ir a la redacción no impide trabajar en temas futuros), la tarde ha tenido un marcado tono periodístico. Muy recomendable para dejar de hablar durante un buen rato, escuchar a los que dicen saber de la vida y luego seleccionar lo realmente interesante.

A las 4 de la tarde, tocaba butaca en el salón de actos del Colegio Mayor de la Universidad de Alicante. La gira (¿?) de La Ventana por España tenía hoy parada en Alicante. No me ha sorprendido el trato a la noticia de la semana en la ciudad: la presunta implicación de Castedo en una de las ramificaciones del Caso Brugal. Pese a su carácter habitual en un sistema viciado, la presunción de inocencia ha brillado por su ausencia en la mayoría de las intervenciones de los periodistas de la casa y en los invitados. Con mayor o menor maldad, todos han dejado caer que se veía caer la noticia. Puede ser o no verdad, no seré yo quien caiga también en el error colectivo, aunque denunciar las irregularidades en la administración pública (o privada, si cabe) no debe ser incompatible con el respeto a los tiempos judiciales.

Otro asunto, aunque periodísticamente muy interesante, es el mercadeo que cada vez con mayor frecuencia se realiza con los folios de las investigaciones bajo secreto de sumario. Si para cualquier medio de comunicación es todo un premio tener en exclusiva un sumario, para un estado de derecho no deja de ser una perversión del sistema. Pero aquí no pasa nada. A todos, antes o después, les interesa participar en el juego. Viene a ser como el transfuguismo, a ver quién es el valiente que da el primer (y definitivo) paso para prohibir la compra-venta de escaños. Yo no creo que lo vea.

Con todo, lo realmente interesante ha llegado avanzado el día. En el Aula de Cultura de la CAM, de la mano de Gervasio Sánchez y su repetido "¿a qué estamos jugando?". Fotoperiodista, un profesional que te invita a abrir los ojos, cerrar la boca y despejar la mente. Al menos, mientras él habla. Toda una fuente de conocimiento y, sobre todo, todo un ejemplo de tipo legal, de los pocos que se hacen llamar periodistas y pueden presumir de ello. Durante sus dos horas de monólogo, las enseñanzas han sido continuas. Algunas, de interpretación instantánea; la mayoría, de asimilación largo placista. Su concepto de la ética, de la profesionalidad… Su incesante crítica a lo aceptado por la mayoría: como el tratamiento periodístico del Nobel de Literatura, la connivencia con el Gobierno de Uribe, la falta de contundencia en torno a la Ley de Memoria Histórica…

A mí me ha convencido. Sin carta blanca, pero siempre es agradecido que te hagan pensar.

19 de octubre de 2010

Yo me voy...


... pero prometo volver en breve. Unas horas (no hay posibilidad para más) alejada de la rutina diaria dan para mucho. A la vuelta, además de vivir de los recuerdos más recientes, coges con más ganas el día a día. Y eso siempre viene bien. Lo tengo comprobado.

12 de octubre de 2010

Toda una lección

Uno de esos anuncios (campaña de marketing callejero) que cumplen sus objetivos: transmitir y dejar marca. Muy recomendable. Da que pensar... y eso siempre es positivo.

Anhelo de un subordinado

Dirigir a un superior una crítica directa, contundente y sin concesiones a una segunda interpretación. El anhelo de cualquier trabajador por cuenta ajena lo cumplió hace unos días el presidente de Castilla-La Mancha. El controvertido José María Barrera, muy consciente de su estratégico movimiento, no dudó en advertir (?) a Rodríguez Zapatero acerca de la necesidad de ejecutar un “cambio de rumbo” con tal de evitar una “catástrofe electoral” en las filas del Partido Socialista.

Todo un privilegio el del líder manchego. Aunque, dada su veteranía, bien sabía que esa crítica disfrazada en formato de consejo acabaría en una fingida marcha atrás. Antes de pronunciarla, a buen seguro, ya tenía redactada una rectificación a sus palabras. Pero la frase ya está ahí, y su huella no desaparece con un chasquido de dedos.

No obstante, ese forzado y poco creíble ‘arrepentimiento’ no resta un ápice de placer al hecho en sí. ¿O no? ¿Quién no ha pensado, en más de una ocasión, poder dirigirse a su jefe (desde el inmediato al más lejano) y decirle, sin temor a represalias, lo que piensa sobre sus actuaciones? No echarle en cara los errores, no voy por ahí, sino mantener un intercambio de opiniones respecto a asuntos relacionados con la faena. Hablar como dos compañeros más, sin hombros por encima por los que mirar. Porque, mal que le pese a algunos, el respecto no se gana a fuerza de miradas desafiantes o gestos despóticos, sólo (!) es el premio a una labor de hilo fino.

Algunos desearían mantener ese trato, aunque sólo unos pocos afortunados pueden llevarlo a la práctica. Si fuera un hábito en nuestra sociedad, las críticas sí que se vestirían (que no disfrazarían) de sinceros consejos. Unos y otros saldrían ganando. Pero ese estilo no se lleva. Y aunque me resisto a entenderlo y, en consecuencia, a aceptarlo, la realidad me obliga cada día a abrir los ojos.

Esbozo la idea y sostengo que sería un perfecto ejercicio de democracia empresarial. Esa invitación al diálogo no tendría por qué interferir en la complejidad que atañe dictar cualquier resolución (sea o no judicial). Es decir, una cosa es escuchar con franqueza las ideas que proponen otros profesionales del sector (aunque procedan de un escalafón inferior) y otra, y muy distinta, verse en la obligación de hacer propias las propuestas ajenas y llevarlas a cabo por decreto. No. Nadie discute, imagino, que cada jefe cuenta con su cuota de responsabilidad, que va en el sueldo y en la tarjeta de visita. Por ello, aunque no sólo por ello, las decisiones deben tener carácter personal (e intransferible).

Y más allá. No sólo debería ser de obligado cumplimiento intercambiar esos pareceres en cuestiones profesionales, sino también fomentar las relaciones interpersonales… Una tarea que se debería avivar desde arriba hacia abajo. Porque las amistades las eliges, pero los compañeros te tocan en el carrusel de la vida, y una mentalización en favor del bien común, un “todas a una”, supondría el mejor plan anticrisis de una empresa. Pero no, no parece ser así. Por una parte y por otra, todo sea dicho. Y no tomo como referencia una sensación íntima, sino una visión general. Así que... resignémonos.

11 de octubre de 2010

Palabra de artista

Un mediocre con anhelos de grandeza suele ser, por definición, un tipo inquietante. Y si el personaje, además, tiene acceso a las corrientes informativas, entonces, se convierte en un prototipo de charlatán peligroso.

Una vez más, la sospecha, se ha confirmado. No falla. Los bocazas siempre encuentran la excusa perfecta para conseguir que los focos le apunten, aunque sea un minuto y con una luz que poco les favorece.

En esta ocasión, la reacción ha tardado tres días. Demasiado para ciertos oportunistas. Desde que el pasado jueves Mario Vargas Llosa se convirtiera en Premio Nobel de Literatura esperaba la feroz crítica (admito mi culpa) de uno de esos artistas más conocidos por saltar al primer plano mediático por sus palabras altisonantes que por sus interpretaciones. Normal, visto el calado de unas y otras.

Un “derechista muy peligroso” por el que se siente “desprecio” es, groso modo, el retrato que realiza del escritor hispano el indómito Guillermo Toledo, al que los colegas de la farándula le llaman “Willy”.

“No entiendo que un intelectual de la izquierda que ha palpado miseria e injusticia se transforme en un derechista muy peligroso, siento desprecio por la gente que sabiendo cómo está el mundo, se sitúa al lado de criminales por sus propios intereses”, ahí queda el perfil cultivado por el célebre actor.

En su denotada labor por defender los derechos de los desprotegidos, sólo le queda confirmar su rotundo apoyo al Gobierno chino y a uno de sus aliados, el presidente Hugo Chávez, en las contundentes críticas por el Nobel a Liu Xiaobo. Los demócratas, por norma, siempre aúnan fuerzas en favor de las buenas causas.

9 de octubre de 2010

Ovación, aplauso y desaprobación

Poco después de la jornada de huelga general y aprovechando una nueva ocasión histórica, otra más de portadas. Coincidiendo con la concesión, por fin, del Premio Nobel de Literatura al escritor Mario Vargas Llosa, me permito dar una cerrada ovación, un aplauso y una desaprobación. Estas calificaciones a modo gráfico le corresponden a El País, ABC y El Mundo, respectivamente.

La cabecera de Prisa aprovechó una cita de las que se recuerdan con los años para ofrecer una portada sobria y elegante. De ésas que apenas pueden concitar críticas. La imagen, de archivo, muestra un Vargas Llosa muy cercano. El titular, directo, recoge lo único imprescindible, sin concesiones decorativas. Cuando dentro de varias décadas, un lector recupere esta portada para saciar alguna curiosidad, seguro que quedará satisfecho con el tratamiento que se hizo en su día.

El diario de Vocento, por su parte, apostó por seguir la línea marcada en la última época. Máxima preponderancia para la fotografía, cálida como la de El País, con un titular algo más interpretativo. Porque sí, el Nobel es un espaldarazo al español, pero sobre todo un reconocimiento para el autor peruano. Bien traído, también, el calificativo ‘justicia’, después de tantos años en primera fila de las quinielas para el galardón de las letras. Distinto en cuanto al uso de las letras y con un carácter más marcado. Muy ABC, muy correcta. Además, el diario es el único (entre las principales cabeceras nacionales) que no ‘mancha’ la portada con ninguna otra noticia. Otro mérito más.
Por último, El Mundo. Un error por cabezonería. Tal es la fijación del periódico de Pedro Jota por castigar las relaciones entre el Gobierno español y regímenes poco democráticos como, en este caso, Venezuela, que no duda en darle protagonismo a un asunto, ayer, algo secundario. Una noticia propia y muy centrada en la campaña contra Chávez (y Zapatero) que resta importancia al Nobel para Vargas Llosa. No es menos cierto que el escritor hispano colabora con la máxima competencia de El Mundo. Un detalle que escapa a la mayoría de los lectores, pero no a los máximos responsables de los respectivos medios. Tampoco parece necesario recoger una declaración de intenciones de Vargas Llosa, ya como Nobel de Literatura: “Voy a seguir defendiendo el liberalismo hasta el final”. En su haber, y reflejado queda, la máxima actualidad de la foto, única del día. Descabellado, parece sin embargo, la tercera noticia en importancia de la primera. ¿Tan necesario resulta, en una jornada histórica, recoger la reacción de las ministras a la desafortunada expresión de Guerra sobre Trinidad Jiménez? Sobra, y por mucho.

Y hasta aquí este personal e insignificante homenaje a Vargas Llosa. Ojalá, en este 8 de octubre, todos hubieran seguido la pauta de El País, los lectores de hoy lo hubieran agradecido, y los del futuro, también.

Reconozco mi fijación por las tarjetas de presentación de los periódicos. Debe resultar apasionante participar en las obras de construcción de portadas que pasan a la historia. Incluso verlas a distancia. También de aquellas primeras más mundanas, las que pisan los quioscos a diario. La labor del arquitecto, con tantas piezas entre manos, tiene que ser tan excitante como compleja. Desde la distancia parece más fácil errar que dar en la diana. Felicidades, por tanto, para Moreno y Rubido.

8 de octubre de 2010

Ladran los dictadores, luego cabalgamos

Si un régimen dictatorial califica como una "obscenidad" otorgar el Premio Nobel de la Paz a Liu Xiaobo (un "criminal" para los comunistas chinos), los demócratas debemos estar de celebración.

Ellos, perseverantes, no disimulan. No se conforman con condenar a once años de prisión a una activista por publicar artículos contra el partido comunista y firmar un manifiesto que pide reformas democráticas en el régimen chino. No. Y tampoco dudan en cortar la señal internacional instantes antes de conocerse el nombre del nuevo Premio Nobel de la Paz o en bloquear la búsqueda "premio Nobel" en Internet. Lo suyo es, a cada paso, toda una declaración de intenciones.

Incluso, el Gobierno chino no dudó en presionar a Noruega (es el único 'Nobel' que se decide y entrega fuera de Suecia) para que no se le otorgara el galardón a Liu Xiaobo. "La concesión a este tipo de personas contradice por completo la finalidad del premio", se atreven a decir, sin pudor, los gobernantes asiáticos.

Tras la firme decisión del Comité Nobel, sólo se echa en falta una respuesta contundente de los dirigentes democráticos del resto del planeta. Sí, algún aplauso se ha escuchado, pero con la sordina activada, no vayan a interferir en las relaciones comerciales entre los chinos y los demás.

Si los dictadores ladran, el resto cabalgamos. Aunque resultaría gratificante cierta declaración de condena a la respuesta del Gobierno oriental tras el galardón a un pacifista privado de libertad por el delito de denunciar vulnerabilidad de los derechos humanos en China. Sería gratificante, sí, pero ciertamente ambicioso. El asunto desprende cierto tufillo. Da la impresión que más de un presidente europeo hubiera elegido a otro candidato menos afectado por cuestiones políticas. El primero, el nuestro. La polémica, cuanto más lejos, mejor.

Pre-parados... ¿para qué?

Excelente iniciativa, a priori, la del diario El País con la serie de reportajes Pre-Parados. Un espacio dedicado a los jóvenes, coordinado por periodistas treintañeros, donde se refleja, a las mil maravillas, los deseos y sobre todo las miserias que envuelven las primeras aventuras (y las segundas y terceras, también) en la búsqueda de un lugar en el mercado laboral después de la larga travesía universitaria.

Leer las decenas de testimonios que recoge la página se convierte en un sano ejercicio de memoria. Recomendable para no olvidar lo que nos rodea. Porque todos los que avanzamos a trompicones por nuestra tercera década de vida, esquivando con mayor o menor suerte los baches, conservamos vivencias propias o cercanas similares a las que relatan los jóvenes a los que da voz el diario. ¿Qué hacer al concluir la carrera? ¿Buscar unas prácticas en empresa? ¿Aprender otro idioma? ¿Ampliar currículum con un máster? ¿Jugar a la lotería buscando un empleo relacionado con la formación adquirida? O todo a la vez, por eso de sobrevivir... Esa amalgama de pensamientos, que no siempre se pueden llevar a la práctica, tienen rostro en Pre-Parados, donde se comprueba el resultado de elegir entre uno u otros caminos. Según parece, ninguno es la panacea. Más bien, todos llevan a Roma, a la oficina más cercana del Servef.

Cierto es, por otro lado, que la iniciativa parece algo kafkiana. Tan sólo hace falta mirarla con perspectiva y valorar el contenedor donde se amontonan esas experiencias. Esas desdichas tienen cobijo en un prestigioso diario nacional. Uno de los que repiten para sus adentros una estrofa que viene a decir: “Aprovechemos la firmeza de la crisis para poner a prueba la vulnerabilidad de los jóvenes”. El método Pavlov aplicado al siglo XXI.

Suena desafinado, decía, que un diario como El País ponga en exposición pública las desgracias de los jóvenes en su búsqueda de un empleo digno. ¿Se erigirán como el modelo a seguir por el resto de empresas propias o ajenas al sector de la comunicación? Tal vez, sólo intentar vender normalidad. ¡Quién sabe! Después de lo visto ayer, en las noticias del mediodía de Cuatro, tras recaer el Nobel en manos de Mario Vargas Llosa, todo es posible. Puro negocio.

6 de octubre de 2010

La dieta del hígado

Del mismo modo que paseando por Madrid puedes aparecer de súbito en Buenos Aires, buscando un foro sobre el hígado caí en uno sobre tortugas. Lo de Buenos Aires me ocurrió hace poco: llegué antes de lo debido a una conferencia y decidí dar una vuelta por los alrededores, para hacer tiempo. Como no conocía la zona, vagué al azar, dejándome guiar por mi instinto. En esto, apareció a mi derecha una calle rara, de casas bajas, que contrastaba con la arquitectura de la zona y entré en ella. No había recorrido ni cien metros cuando me di cuenta de que me encontraba en un suburbio de Buenos Aires que había visitado en mi último viaje a Argentina. La situación me hizo gracia, parecía que estaba dentro de un sueño. Entré en un bar a tomarme un gin tonic y dio la casualidad (¿casualidad?) de que lo regentaba una pareja de jóvenes bonaerenses. Quiere decirse que me tomé dos.

Cuando vi que se me hacía tarde para acudir a la conferencia pagué (en euros) y salí a la calle preguntándome cómo volvía yo a Madrid. Pero resultó sencillo: bastó deshacer lo andado para pisar de nuevo mi ciudad. Lo celebré comprando un décimo de lotería de Navidad en una administración que me salió al paso. Era el 10836 y estaba pegado al escaparate del establecimiento con la siguiente leyenda: "Número que juega la casa". Tengo el pálpito de que me va a tocar porque siempre que vengo de Buenos Aires me sucede algo bueno. Es una ciudad que da suerte a los extranjeros (pero sólo a los extranjeros), está documentado.

Venía todo esto a cuenta de que buscando un foro sobre el hígado di, sin querer, con uno sobre tortugas. No importa, me dije, también tengo una tortuga (aunque no, por fortuna, en el mismo sitio que el hígado). Resultó muy entretenido, y muy didáctico, pues los internautas discutían con pasión cuántas veces convenía dar hígado a las tortugas y si era preferible el de vaca o del de pollo. Este tipo de discusiones le alivian a uno de la actualidad política, donde nos someten a una dieta aburridísima de declaraciones y contradeclaraciones idénticas. Parece que el hígado de pollo tiene más vitaminas que el de vaca, aunque es más difícil de conseguir. Lo digo por si tiene usted una tortuga.



*Para cambiar de tercio, qué mejor que un viaje de la mano de Juanjo Millás, un orfebre de las palabras. El artículo se publicó a mediados del pasado mes, y hoy me apetecía volver a divertirme con su lectura. Es gratis y gratificante.

4 de octubre de 2010

El octavo día de Gloria

Vuelvo a creer en La Dos de INFORMACIÓN. Después de una travesía por el desierto, la ironía ha impregnado, de nuevo, al principal texto de opinión dominical de la cabecera alicantina. Ha recuperado la esencia que la vio nacer. Debe ser que “los factores ambientales” (sic) han perdido influencia o que el PSPV da el juego necesario para dejar a un lado los “tiempos difíciles” (sic). Con el artículo, este domingo seguro que el lector se valió de las dosis de ironía y sarcasmo para dibujar más de una sonrisa en su rostro, aunque no por ello remitiría el enojo propio del relato de las glorias, pocas, y penas, demasiadas, del principal partido de la oposición en la Comunidad y en la ciudad de Alicante. Escasa alternativa a día de hoy.

Recogía el texto las últimas aventuras de los líderes más destacados del socialismo de la zona. Los de siempre. Hablaba de Ángel Luna y su arrojo en Las Cortes, del prisma político y moral del que se vale Ana Barceló, de los movimientos en el tablero de ajedrez para derribar a la reina (?) Leire Pajín y de la lechera a la que recurre Jorge Alarte, el paradigma del nuevo socialismo… Una travesía de lunes a viernes para concluir, en la víspera del domingo, como hace tiempo que no recuerdo. Un punto final precedido de mordacidad. Una frase lapidaria, como merecía.

El texto, eso sí, se vio obligado a poner el freno el pasado sábado, con las declaraciones del nuevo adalid de la honestidad política. Que, de por sí, ya merece un prolijo e independiente análisis. Al artículo, por cuestión temporal, le faltó la guinda de las primarias que se celebraron ayer a lo largo y ancho (¡toma clásico!) de la geografía española. Aquí, dos reclamaron nuestra atención. Las que decidían el nombre de dos osados: los próximos rivales de Sonia Castedo en las elecciones a la Alcaldía de Alicante y de Esperanza Aguirre, a Madrid (Comunidad).

Si en la batalla más cercana el ganador se conocía antes de abrir las urnas (aquí sí funcionó el cierre de filas de los ‘barones’ (!) en torno a un candidato oficial), el adversario por ocupar el edificio más majestuoso de la Puerta del Sol concitó todas las miradas de la tarde/noche. ¿Ganaría o no Zapatero? ¿Sería su penúltima derrota electoral? ¿Los afiliados socialistas darían también la espalda al presidente del Gobierno? El morbo estaba servido. Y al final, tuvo su razón de ser. No fue la victoria más amplia de la jornada en Madrid (Trinidad era más rival que el Depor). La contienda socialista se resolvió por un estrecho margen, pero suficiente para que Tomás Gómez diera un golpe definitivo sobre la mesa y clavara al zapaterismo (movimiento que se inició hace una década, también en unas primarias) un rejón de muerte. Dicen que es un triunfador nato, que no conoce la derrota (el ex alcalde de Parla, maticemos). Y en unos meses pondrá su impoluto currículum, otra vez, en juego. De resultar vencedor, se postulará sin duda como el futuro inquilino socialista de La Moncloa. Arrojo no le falta, aunque la empresa que tiene por delante (la señora Aguirre) no parece asequible a cualquiera. Tampoco lo era, todo sea dicho, tender un pulso a Ferraz y salir fortalecido.

Lo curioso (aunque no sorprendente) de este ejemplo de democracia interna que divide partidos -en Alicante, parece que se ha quedado a medio camino en ambos aspectos- llega ahora, cuando ya se conoce el nombre del candidato del PSM a la Comunidad de Madrid. Es el momento de liquidar el último Día de Oro de una ‘Semana Fantástica’ donde, de esperanzador para el partido, sólo están los extremos. Dejando atrás el domingo, irrumpe con brío la jornada de la resaca electoral, donde, en apenas unas horas, los protagonistas secundarios de la historia olvidan sus lapidarias frases vertidas en las últimas fechas, se cambian de chaqueta, modifican el discurso… y esperan que los ciudadanos, con las neuronas ocupadas en problemas más inmediatos, pasen por alto el amago de regreso a la normalidad. Entre estos actores, destacan los socialistas perdedores (aquéllos que refrendaron la apuesta personal de Zapatero por Trinidad Jiménez) y los medios de comunicación vencedores (los de ideología ‘liberal’, que apostaron por la derrota de la candidata del presidente del Gobierno). Deben pensar, y en parte están en lo cierto, que la sociedad, narcotizada, descuidará las consignas de la reciente ‘campaña electoral’ y sólo atenderá a las nuevas doctrinas. Desde hoy, parece ser que en el PSOE, de cara al exterior, ya nadie recuerda que los estadistas, al amparo del 'núcleo duro', situaban a Trini como la candidata idónea para enfrentarse a Esperanza Aguirre en la carrera por la Comunidad. Otro cantar serán las disputas en clave interna que se vivirán hasta febrero, cuando toque elaborar las listas electorales. Dicen que no siempre te acuerdas de los fieles, pero nunca te olvidas de los que traicionaron. Y el parleño (holandés de nacimiento), a buen seguro, ya tendrá una considerable sucesión de cruces en el ramillete al que, en algún momento, llegó a confiar su proyecto (y futuro) político.

Desde la perspectiva de los otros actores secundarios, esos medios críticos con Zapatero (ya quedan pocos afines), parece ser que Tomás Gómez ha perdido en un parpadeo esos valores que le hacían merecedor de optar a la presidencia madrileña. Ahora ya es un socialista más. Peligroso por instinto y maleante por inercia. Y eso que sólo estamos en el octavo día de Gloria… Expectante me hallo ante las inminentes rebajas de invierno.

30 de septiembre de 2010

'Primeras' normales para una jornada diferente

La resaca de la huelga (que poco tuvo de…) general obligaba esta mañana a echar un ojo, algo más crítico de lo habitual, a las portadas de los diarios españoles. En estos casos, como actores de la jornada de paro, la mayoría de las cabeceras han buscado remarcar sus principales señas de identidad (tanto en cuestión de diseño como de tendencia ideológica).

Poco sorprende, aunque resulta agradable confirmarlo. Una vez más, los responsables de dar forma a la ‘primera’ del Ideal de Granada han vuelto a pensar, unos minutos más que el resto, su página de presentación. Su trabajada imagen permite, con una curiosa quiniela, dibujar el seguimiento de la huelga en los principales sectores de la provincial andaluza. Cierto es, todo sea dicho, que es más impactante que eficaz, porque las ‘equis’ obligan a realizar una doble lectura para conocer el verdadero alcance del paro en Granada. El Ideal ha vuelto a confirmar su interés por las portadas gráficas. Y se agradece.

Fiel a su tradición, el Periódico de Catalunya también ha dado otro paso adelante en su ‘primera’. Aunque siempre se espera más de esos diseños vanguardistas, que nunca dejan indiferente a los lectores. Si la fotografía puede estar al nivel esperado (ha tenido mejores y siempre las hay peores), el titular se queda a cierta distancia de lo imaginado para una jornada marcada en el calendario de la cabecera del Grupo Zeta.

Un aire divertido y fresco, nada rancio, muestra la portada de ABC, que huye de las imágenes de incidentes provocados por los piquetes y de las ‘multitudinarias’ manifestaciones sindicales. Da gusto.

El resto de diarios referentes, lo de siempre. Fotografías que poco dicen, unidas a titulares que todo lo manipulan. Más de lo mismo. No hay por dónde cogerlos...

29 de septiembre de 2010

Ojos abiertos

¿Piquetes informativos? ¿Derecho constitucional al ejercicio de la huelga? ¿A quién pretenden engañar los sindicatos? En la era de la información, cuando los datos nos abruman, se dan cita los desocupados (y no hablo precisamente de los cinco millones de parados que el jueves tampoco irán a trabajar) para repartir octavillas, pitar a los que optan por acudir a su puesto de trabajo (ejerciendo su derecho, no lo olvidemos) y, ya puestos, intentar coaccionarlos. Escuché en rueda de prensa que 'los piquetes son del s. XVIII', y no puedo estar más de acuerdo.

Por primera vez, ayer, viví una huelga general como trabajadora. En la anterior, la del ‘decretazo’ de Aznar, aún daba mis últimos pasos en el instituto. Ese 20 de junio de 2000, para nosotros, no hizo más que adelantar la llegada de las Hogueras.

Como dije en la última entrada, tenía cierta curiosidad por conocer el efecto del paro en la prensa. Y… me ha sorprendido. Pensaba, sinceramente, que iba a tener una menor repercusión. Motivos para secundarlo no faltan, aunque los más relevantes ya han perdido la fuerza con el paso de los meses. La reforma laboral ahí está (y ahí seguirá), al igual que los despidos, que ahí estuvieron y ahí seguirán. Y los que estarán por venir... La situación de nuestro sector, por desgracia para todos, necesita una huelga específica. Un paro colectivo (o por medios) que tenga mayor trascendencia entre la sociedad.

Vivido el día, sólo extraigo conclusiones positivas. He tenido la fortuna de recibir ‘información’ de primera mano de mis compañeros sindicalistas, que no han dudado en explicarme con todo detalle los motivos de la huelga y me han invitado, con máxima amabilidad, a unirme al paro… Mis superiores, todo lo contrario. Presiones directas e indirectas, múltiples coacciones y malas miradas… Pues no, nada de eso. No nos engañemos.

Esta atípica jornada, donde el vuelo de las moscas se escuchaba en la redacción, me ha dado la oportunidad de colaborar en una sección desconocida entre semana. El trabajo ha sido intenso, cargado de buenos momentos, complicidades entre ‘esquiroles’ y conversaciones ya archivadas (en lugar fresco y seguro) para poder dibujar una sonrisa cuando la realidad obligue a fruncir el ceño.

Este 29-S no trabajo, me toca librar. Es decir, el jornal que mis compañeros huelguistas perdieron ayer (bien invertido por el futuro de sus hijos ¿?), a mí me toca perderlo hoy. No es una concesión, tan sólo una consecuencia de trabajar por jornadas. Trabajo, cobro; descanso, trago aire. Tengo la osadía de coger vacaciones, y me aburro de respirar… Y suerte la mía, porque para mis compañeros becarios, además de cobrar menos que nada, el ‘chollo’ tiene pronta fecha de caducidad. Y de esto no se ocupa la nueva reforma laboral. Tampoco, los sindicatos.

Lo dicho. La jornada de descanso (aunque debe ser excitante trabajar días como hoy) me permite seguir al detalle todo lo que suceda en la jornada de huelga. Si presión ni obligaciones laborales. Ese seguimiento no los ponen al alcance de un clic los diarios digitales, con ElPais y ElMundo a la cabeza. Resulta apasionante conocer al minuto todo lo que surge alrededor del paro, y eso que no ha hecho más que comenzar. Lo reconozco: ya estoy enganchada.

Hasta que mañana (y en días sucesivos) se publiquen los artículos de análisis y reflexión en torno a la sexta/séptima huelga general de la democracia española, ahora es el turno para la información inmediata… Cuando amanezca, la curiosidad a buen seguro me empujará a patear la calle y conocer, in situ, el efecto de la huelga. Así que desaprovechado el paro, en cuestión profesional, me siguen quedando los mismos retos por cubrir antes de dejar el oficio: huelga general, fin de ETA, elecciones municipales y un título del Hércules. Ante la actual situación (económica, política y deportiva) me cuesta dilucidar cuál será mi última tarea periodística...

Vamos al lío, empieza lo bueno. Voy a abrir los ojos. El primer paro global de la era digital (con cobertura real) ya está en marcha. Primordial, tener siempre los ojos bien abiertos, porque las cifras son interesadas. Para ejemplo, el seguimiento informativo de la Agencia EFE a la huelga general en los medios impresos de Alicante. Decía el teletipo en cuestión: “Según han indicado a Efe fuentes del comité de huelga, unos setenta trabajadores de "todas las delegaciones de la provincia" se han manifestado frente a la sede central en la capital alicantina”. No eran ni veinte. Y eran periodistas. La credibilidad ya empieza a cojear.

27 de septiembre de 2010

Con argumentos para el 28-S

Toda la maquinaria ya está en marcha. Apenas faltan unas horas para que llegue la jornada que justifica la ‘función’ (llamarlo ‘trabajo’ es casi una provocación) de miles de sindicalistas. Aunque tan sólo sea por esa razón, bienvenida sea la huelga general.

En los diarios impresos, me cuentan, el paro se realiza un día antes, es decir, mañana. Y reconozco que tengo cierta curiosidad por conocer el impacto del paro. Valdrá, además, para testar su efecto en el resto de la sociedad.

Por lo que atañe al sector de la comunicación, la jornada sin sueldo resulta tardía (y, por tanto, ineficaz). Claro que la reforma laboral aprobada por el Gobierno socialista (¿?) retira de la circulación buena parte de los derechos que los trabajadores han conquistado durante una larga batalla. Sí. Lo hace y es criticable. Pero no ahora, sino hace meses (cuando no convenía al Gobierno y, por tanto, tampoco a los acomodados sindicatos). La jornada llega tarde porque, hasta la fecha, los 'representantes' de los trabajandores no han movido un dedo para plantar cara ante la oleada de despidos generalizada en los medios. Una afección más directa y dañina para la moral de los periodistas (y demás trabajadores de los medios) que la actual reforma laboral. Porque todos son fundamentales, pero siempre debe preponderar el derecho a un empleo.

Ahora, resulta muy cómodo apoyar la huelga general. La mancha en el expediente, si la hay, apenas dejará huella. Los comités de empresa tienen el escudo de una jornada de paro global, donde los periódicos, valgan de ejemplo, no dejan de ser un grano de arena dentro de un desierto. Es de común acuerdo que los transportes se sitúan en el centro de la diana mediática. Si éstos no funcionan, se pondrá el cartel de ‘éxito’ a la huelga. Y eso, ¡qué más da! ¿En qué nos afecta? ¿Va a dar marcha atrás el Gobierno de Zapatero dejando en papel mojado la reforma laboral? Sabemos que no. Ellos, nosotros. Todos. Son conscientes también los sindicatos, que no tuvieron valor (¿?) de movilizar a la sociedad antes de que transcurriese agosto. No fueran a molestar al 'jefe' y pudiesen sufrir recortes las transferencias a cuentas sindicales.

Me sondearon (con mala baba) la semana pasada. “¿Harás huelga, no?”, escuché. “No, y no cabe discusión”, apunté. La coletilla tenía su significado. Mi interlocutor formaba parte del Comité de Empresa y, por ende, venía con intenciones predefinidas. “Ah, claro, aquí [sección] vais en un ‘pack’”, me reprochó con toda la amabilidad que pudo. “Perdona, pero no”, sentencié. Ahí pretendía zanjar la conversación, pero ante rumores tan infundados como maliciosos… quise poner cierta cordura ante la intranquilidad de los representantes sindicales. “Voy a ser concisa, y sin ánimo de discutir te enumero las razones que manejo para no hacer huelga. Son las justas y, para mí, contundentes. En primer lugar, este comité de empresa miró hacia otro lado cuando debió dar un golpe sobre la mesa. Fue cobarde. ¿Ahora no querrá el apoyo unánime de los compañeros, verdad? Y por último, no apoyo una huelga convocada por un sector degradado como el sindical y menos si tiene la complicidad del Gobierno. Me parece una tomadura de pelo. Y, a modo de posdata: si quiero ser solidaria, entrego mi ‘jornal’ a una buena causa…

Al fin y al cabo, estamos ante una huelga ficticia, en la que sindicatos y Gobierno acuerdan (¡!) los servicios mínimos. Sólo me falta por ver a Zapatero ejercer de piquete. Aunque no es descartable, todo sea dicho.

24 de septiembre de 2010

¿Te vienes?

[Ring, ring, ring…]

A un lado de la línea telefónica: Salgo para casa...
Al otro: ¿Vienes ya? Pero, ¿qué hora es?
A un lado de la línea telefónica: ¿Cómo que ‘ya’?
Al otro: Bueno, como sueles llegar…

Con esta concisa conversación abandonaba hace apenas unos minutos la redacción. Y hoy, sí, por fin, lo he conseguido. He vuelto a poner el pie en la calle el mismo día en el que lo puse por última vez. Todo un logro: salir antes de la medianoche. ¿Qué ha supuesto este pequeño paso en mi rutina? Cenar con relativa tranquilidad y poder acostarme con la compañía de ‘El partido de las 12’. Lo reconozco, me ha hecho ilusión.

‘El partido de las 12’, de Juan Antonio Alcalá y Joseba Larrañaga, se ha convertido en esa nueva apuesta de radio deportiva nocturna, limpia de polémicas artificiales, repleta de buen humor y que consigue ‘robarte’ la última sonrisa del día… Y todo, aunque parezca mentira, en la COPE. Esa emisora que, a su vez, se ha caracterizado en los últimos años por encabronar al más tranquilo de los oyentes que osaba sintonizar el 89,6 (en Alicante) en cualquier franja horaria.

¡Gracias, Dani (Anido)! Debes estar orgulloso de lo conseguido, cribar a los elegidos y apartar a los vulgares. Aunque equivocaste, zoquete, las posiciones. En la parte superior del cedazo, dejaste el oro. Dícese de Paco González, Pepe Domingo Castaño, Jorge Hevia, Joseba Larrañaga, Tomás Guasch, Manolo Oliveros, Rubén Martín, Miguel Ángel Paniagua… Y así, por suerte, un largo etcétera. Y de vuelta al símil, allá en el cauce del río reposa José Ramón de la Morena. Da gusto que su condición le haya llevado a colarse por los minúsculos agujeros del instrumento que separa la calidad de la mediocridad.

Ahora, todos contentos. Bueno, falta ‘Mister X’ (que no es cuestión menor). Pero, a buen seguro, dejará la Gran Vía, atravesará la calle Alcalá, para recalar cerca de Cibeles. El legado (Carrusel) permanecerá en la SER, pero la esencia humana que ha convertido a ese espacio radiofónico en historia 'viva' de la radio ya se divierte en la COPE. Y con ellos, todos los 'limones'.

Acerca de los ‘nombres’, hace unos días, un amigo me planteó una cuestión, a priori, de respuesta inmediata. “¿Con cuál de los fichajes de la COPE te quedas?, ¿cuál daña más la línea de flotación de la SER?”, me preguntó. La primera respuesta, por deformación profesional, tenía nombre y apellido: “Paco González”. Sin embargo, me contuve y le respondí la segunda idea que daba vueltas por mi cabeza. “Déjate de las caras, quédate con la idea”, le contesté. La cara de póquer me llegó como réplica.

Transcurridos unos segundos, le expliqué mi teoría fundamentada en un seguimiento casi al instante del culebrón deportivo del verano, en el que los fichajes –de jugadores– quedaron relegados a un segundo plano a favor de la lucha pública entre COPE y SER.

El “concepto” suele ser el punto de partido de los publicistas cuando tratan de explicar, normalmente sin éxito, el porqué de una campaña de imagen. En este caso, esa idea se ejemplariza en los dos eslóganes principales de la nueva temporada de la COPE.

“Donde nos gusta estar” y “¿Te vienes?” condensan la ristra de nombres que han desembarcado en la “emisora de los obispos” en las últimas semanas. A ellos, dicen, ahora les gusta estar en la COPE. Y es lógico. Todos deseamos trabajar en un lugar donde se valore nuestra actitud (dedicación) y, aquéllos que la tengan, la aptitud (capacidad)… Este trasvase radiofónico ha confirmado que el paravientos del micrófono se cambia con suma facilidad. Lo fundamental, vemos, viene de la mano de la confianza, del apoyo sincero de los responsables del medio de comunicación… Y eso, en los tiempos que vivimos, es harto complicado. [¡Eh, Anido…!]

Decía en aquella respuesta que, acerca de la pugna de los trasatlánticos (al margen de Paco), me quedo con los lemas de la campaña promocional de la COPE. Me ganaron desde su primera escucha. Cuesta pensar dos frases que sinteticen mejor esa primera batalla ganada por la COPE. Para la victoria definitiva, la del EGM, habrá que esperar hasta diciembre. Yo, ya me he cambiado. ¿Y tú, a qué esperas?

16 de septiembre de 2010

“El Boquerón se come al pez grande”

Valdez dedica al cielo la victoria en el Camp Nou. ¡Va por ti!


La ocurrente frase supuso el punto final a la retransmisión de la esperada –en un primer momento– e inolvidable –a la postre– visita al Camp Nou. Trece años después, que no son pocos, el Hércules se disfrazaba de Abeja Maya para acudir al estreno en casa del actual campeón de Liga. La empresa destilaba aires heroicos. Y así fue. El conjunto alicantino se presentó en el maltrecho terreno de juego (no sólo en Alicante hay problemas con la hierba) sin miedo, con un planteamiento férreo en defensa y valiente en ataque. Abajo, todos colaboraban. Arriba, varios se descolgaban para llevar peligro hasta la portería de Valdés.

El resultado es conocido por todos. Y esta vez, con argumentos. La suerte pasó de puntillas por las posteriores crónicas de los analistas deportivos, en las que sí se destacaron el atrevimiento de un recién ascendido con sueños europeos. Tal vez es volar muy alto (y ya se sabe la proporcionalidad entre altura y heridas tras el golpe), pero los mediocres no salen en los libros de Historia.

La gesta la viví en la Redacción, igual que la última victoria oficial del equipo. Entonces, a mediados de junio, la tensión era máxima. Ganar o ganar en Irún. Ése era el único camino hacia la Primera División. Bueno, luego se descubrieron otros atajos, carentes de clase y ajenos a la legalidad. Pero, parece ser, igual de válidos. El partido del Camp Nou arrancó, como dejaba entrever, envuelto en una atmósfera más relajada, sin la presión de sentirte favorito para alcanzar el objetivo… Sin embargo, con el paso de los minutos y la seriedad del equipo de Esteban Vigo, los nervios quisieron estar presentes, aunque, a esas alturas, aún con carácter testimonial. Así, hasta la falta de Mascherano a Drenthe, merecedora de segunda amarilla, todo sea dicho. El extremo holandés, errático hasta ese instante, mandó el balón hasta la cabeza de Abel Aguilar, que a su vez peinó hacia la meta blaugrana, donde aguardaba Valdés. La puntera de Abraham Paz puso a prueba los reflejos del meta catalán, que nada pudo hacer ante el posterior oportunismo del paraguayo, el nuevo ídolo del afición alicantina. Valdez protagonizaba la sorpresa, todavía provisional, de la recién iniciada Liga española. El Barça, con lo que ese nombre lleva implícito, se situaba por detrás en el marcador… Pero aún tenía tiempo para remontar.

Con todo, el tiempo fue pasando y el Hércules, a su vez, ganando en autoestima. Tanto que un fallón David Cortés entendió a la perfección la jugaba que le marcó Tiago. El portugués avanzó por la derecha, sin oposición, hasta que vio a Valdez, otra vez el paraguayo, al borde del área. Puso el balón atrás y el ´killer´ mandó el esférico lejos del alcance de Valdés. Más diferencia en el marcador.

Con el 0-2, los nervios también aumentaron… Dejé de vivir el fútbol sobre la silla, las ocasiones para sentenciar el partido se fallaban y los paseos en torno al monitor se multiplicaban. Oportunidad de gol, lamento, y apunte en la libreta. Oportunidad de remontada, alivio, y otra raya en el papel. Porque el actual Barcelona no entiende de compasión y sí de crueldad. Con un electrónico de fotografía, iba a ser muy atroz dejar escapar la victoria a escasa media hora del final del encuentro. Pero todo podía ser. Aunque no fue. Y los tres puntos se empaquetaron para viajar, en una noche de ensueño, hacia Alicante.

Así, a grandes rasgos, hubiera sido la crónica personal de un nuevo sueño hecho realidad. De la segunda victoria del Hércules en el Camp Nou. La primera, en mi casillero particular, con plenos recuerdos de la hazaña. Y ahí está el destino, que se encarga de trastocar la realidad, aunque ésta se fundamente en un sueño casi imposible.

Pero el partido, esa ilusión inicial, transformada en tensión con el transcurso de los noventa minutos, siempre estuvo marcado por una imagen. Un recuerdo cambiante. A veces, alegre, por ser testigo de ese homenaje a su memoria. Otras, las más, enojado, por comprobar cómo la vida no entiende de justicia humana ni de méritos contraídos.

Un modélico herculano, como pocos se dejan ver, había dado por finalizada su batalla contra la muerte apenas unas horas antes de que los blanquiazules aparecieran por el túnel de vestuarios del Camp Nou. Desde el jueves, rivalizó con las estadísticas para seguir entre los vivos, pero un implacable derrame cerebral dejó mujer, hijo y una ciudad trastocada.

Era un referente en el periodismo local, su firma era de obligada lectura en el repaso diario de la prensa. Y todo porque su punto de vista destilaba sensatez. Decía, que en un principio conocí su firma, luego me hice habitual de sus artículos y, casi por último, le puse cara a ese periodista. Había coincidido con él en los quehaceres profesionales, pero nunca se había dado la oportunidad de mantener una conversación reposada. Nunca… hasta el pasado mes de junio, poco días antes de que el Hércules se confirmada entre la élite del fútbol español. Entonces, una cena reunió a los amigos del Facebook de Castedo. En torno a una mesa, cercana a la protagonista del encuentro, nos sentamos los periodistas: los representantes de La Verdad e Información. Las conversaciones, poco a poco, se fueron atomizando, hasta que a sus preguntas tan sólo llegaban mis respuestas, y viceversa. Así, con el destino de por medio, puse cara a esa firma que me había acompañado desde antes de entrar en la Facultad. Me transmitió confianza. Tanto que, por momentos, tuve la sensación de hablar con un joven proyecto de periodista. Mostraba ilusión por el trabajo diario (no como la mayoría de su generación), así que intentamos poner solución a los problemas que atormentan al oficio y, sobre todo, hablar como si fuéramos compañeros (lo que éramos) y no competencia (a ver si aprenden los jóvenes dinosaurios de la parcela deportiva).

En la conversación estuvo muy presente el equipo de Alicante, nuestro Hércules. El sábado, maldiciones de la vida, José Picó faltó en cuerpo a la épica victoria de los blanquiazules en el Camp Nou. Aunque su alma, de buena persona (dicen los que le conocieron de cerca) y de gran profesional (confirmo desde mi posición), seguro que guió a Valdez y compañía en su arduo cometido. Él soñó con la victoria. Y su sueño se hizo realidad.

9 de septiembre de 2010

Retirado de la circulación


Nunca me dio buena espina. Prepotencia, altanería... Demasiadas cualidades desdeñables para proyectar una agradable impresión en las distancias largas. Con todo, la sociedad (pilotada por los medios de comunicación) le convirtió en apenas unos días en la seña de identidad de la batalla contra el maltrato machista. Un mito poco anónimo, que abusó a conciencia de la repercusión mediática de su aplaudida actitud. Pero el tiempo, que no entiende de profesores ni de universidades, le ha puesto, con mayor velocidad de la que invirtió en su ascenso a los altares, en el antihéroe del momento.

A su reprochable actitud [con una tasa de alcohol que da miedo], se le debe sumar (e incluso, multiplicar) su posterior reacción, propia de tipos soberbios. El primer presidente del Consejo Asesor del Observatorio contra la Violencia de Género de la Comunidad de Madrid aseguró estar "doblemente feliz" porque "la simpática resolución" que le prohíbe conducir durante diez meses por triplicar la tasa de alcoholemia "le libera" de sus responsabilidades en el órgano autonómico y le “retira un año de conducir y eso es para agradecerlo mucho”. “A mí no me gustan los coches ni conducir, o sea que voy a pasar a una situación fantástica. Con lo cual, simple y llanamente, es un día feliz”, se atrevió a decir “El Profesor”

Que le cesen en el cargo de ese órgano de reciente creación [que vete tú a saber si tiene cometido alguno en la práctica diaria] es de obligado cumplimiento por la presidenta de la Comunidad, la siempre protagonista Esperanza Aguirre. Aunque no deja de ser una anécdota de cariz político y de cara a la galería. Ahora, que el déspota celebre, sin tapujos, la retirada del carné de conducir debería ser condenable, ya no por la vía judicial, sino por la social, la que más hiere y mayor herida deja.

Me produce repugnancia que personas, con un contrastado currículo y que dedican su actividad profesional a la formación de jóvenes universitarios, muestren comportamientos tan deleznables, o poco menos, que el de un maltratador. ¿Dónde queda la ética al tratar con tanta ligereza una sentencia por un delito tan grave? Este ídolo caído, que en su momento apoyó a una mujer indefensa [pese a la versión que dio la protagonista con posterioridad en su periplo por las televisiones], intuyo, nunca apoyó su aclamado comportamiento en una actitud ética, cabal y ejemplarizante. Porque la ética no viene y va, está o no se le espera.

Desde que atravesó Jesús Neira, “El Profesor”, la frontera que va de lo público a lo popular, no cejó en mostrar actitudes envueltas en un exceso de ansia de protagonismo. Y, ahora, por fin, ya ha llegado al cielo mediático. Le ha sobrado un detalle: la caída desde esa altura no da segundas oportunidades.

Mientras él festeja [tal vez, con una copa de vino y un licor] la retirada, eventual, del permiso del conducir, el resto de la sociedad (incluso aquella que le puso más medallas de las que cabían en su pecho) debe celebrar que un conductor imprudente esté unos meses retirado de la circulación. Sólo falta que “El Profesor” quede, por siempre, retirado de los medios. Todos, a buen seguro, saldríamos ganando. Para ejemplos de este calado, mejor seguir buscando héroes.

6 de septiembre de 2010

No me gustan los programas de humor

“Con la que está cayendo y a la alcaldesa de Alicante lo que le preocupa es haber acabado las vacaciones, volver al trabajo. Cuatro millones de personas querrían estar preocupadas por volver al trabajo”.

Pelín demagógica la frase en cuestión. Su autor: el gallego ‘Gonzo’, afamado reportero político, que cogió protagonismo mediático de la mano de ‘CQC’ y que ahora, pasados unos años, ha recuperado El Gran Wyoming para La Sexta. Su destinatario: los espectadores de El Intermedio. No muchos, pues. La protagonista: la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, que atendió, sin excesiva amabilidad, a la cadena liderada por Emilio Aragón durante la cena de inicio político del PPCV en Teulada.

No, no me gustan los programas de humor. Menos, los temáticos. Los absurdos (como ‘Tonterías las justas’) porque sólo te fuerzan la sonrisa sin motivo alguno y sin otra ambición. Otros (como El Intermedio) porque buscan las bajezas políticas, y hay muchas, para encabronar a los espectadores. Apuesto por destapar la otra cara de los representantes políticos, ya que su cargo les expone a ello. Pero abogo, siempre, por hacerlo por delante, no por la espalda, y sin artimañas agregadas en post-producción (como se hartó de hacer la segunda parte de CQC).

No me gustan, al margen de quien se ponga la careta de provocador y quien sea el entrevistado. En este caso, son Gonzo y Castedo. Da igual, no deja de ser una anécdota.

Me pasaron el otro día el vídeo de la polémica, pocos minutos después de su emisión. Le eché un vistazo y me quedé con cuatro detalles, el penúltimo (en la sucesión temporal) fue el motivo por el cual me llegó el enlace del primer programa de la temporada de El Intermedio.

Discrepo con la actitud de Castedo. Me parece reprochable que en los primeros segundos del encuentro aparte sus ojos de la mirada del reportero, da igual quién sea y de dónde venga y, también, que, a priori, no le vaya a gustar la cuestión que le va a plantear. Atender a los medios, como ella bien sabe, va en el sueldo. Y atenderlos de manera correcta, en la educación (y mano izquierda) de cada uno. Ahí queda.

Me parece una anécdota que una persona, tú o yo, conteste con una fórmula similar con la que argumenta la alcaldesa de Alicante su estado de ánimo tras regresar de las vacaciones. [Qué envidia, ellas tiene]. Pero, es poco afortunada, si viene de un cargo político. Que sí, que ella invierte muchas horas diarias en el despacho y, sobre todo, en multitud de actos públicos. Que merece las vacaciones más que el resto de concejales (azules o rojos) del Ayuntamiento… Todo eso es cierto, pero hay que ser más listos y dejar esas recurrentes respuestas para el resto de ciudadanos. Los políticos deben dar gracias a diario por haber sido elegidos para desempeñar su cargo. Y no sólo decirlo, claro, sino pensarlo.

Me sorprende la salida de Castedo ante la pregunta sobre la imputación de Camps y Ripoll. Con escasa originalidad y, además, incorrecta. Entiendo que defienda a sus compañeros de partido, pero al menos que se base en argumentos válidos. Si hay imputación, hay acusación, tal vez, no haya delito, pero sí indicios. ¿Error del directo...? Puede, pero ante un micrófono, con su dilata trayectoria pública, se debe estar más espabilado. Y, siempre, correcto.

Dicho todo esto. Si hay un comentario en el vídeo que produce mi total rechazo… hay que esperar hasta el final. Entonces, el afamado Gonzo tira de demagogia, fácil recurso cuando el aludido se halla a varios metros de distancia, sin posibilidad alguna de defensa. “Con la que está cayendo y a la alcaldesa de Alicante lo que le preocupa es haber acabado las vacaciones, volver al trabajo. Cuatro millones de personas querrían estar preocupadas por volver al trabajo”, reza Gozo, ante la cámara, sin ningún elemento que perturbe su monólogo. Pues sí, la respuesta de Castedo es criticable, ahora, decírselo a la cara es una de las mayores virtudes de alguien que se hace llamar ‘profesional’. No hacerlo, demuestra que unos segundos para dar forma a un posterior vídeo cañero valen más que cualquier valor ético. Mala cosa.

Por estas razones, entre otras muchas, no me gustan los programas de humor político. Suelen, en demasiadas ocasiones, tirar de argumentos populistas para arrancar una sonrisa al televidente. Para eso, prefiero mantener el rictus serio. Decidme aburrida.

2 de septiembre de 2010

Aviso para navegantes

Reincorporados a la actividad bloguera, una advertencia: Internet, ese conjunto descentralizado de redes de comunicación interconectadas que utilizan protocolos TCP/IP, permite la libre circulación de ideas. No obstante, luego, cada usuario establece sus reglas. Y en este blog, todos los comentarios respetuosos tienen su espacio, siempre y cuando lleguen firmados. Para anónimos, los confidenciales.

28 de agosto de 2010

En marcha, de nuevo

El tren deja Albacete y se acerca, a buen ritmo, a su destino. En apenas unos minutos llegaremos a Alicante. Entontes, tal vez, estas líneas aún parezcan un borrador de ideas. Ya en casa, no habrá imaginación para trazar planes, sólo quedará tiempo para ponerse manos a la obra y ver qué depara el destino. Cuando llegue la ‘fumata blanca’ (si es que lo hace) ya habrá arrancado la Liga 2010/11. El campeonato del regreso del Hércules a la élite, después de casi tres lustros penando por categorías menores (aunque, seguramente, más propias para los blanquiazules que la actual).

El verano, el primero a tiempo completo sin ‘beca’ (llamado ‘máster asalariado’ por algunos iluminados), no ha dado oportunidad a la relajación. Los termómetros son un fiel reflejo de la realidad: un julio de aclimatación, para un final de agosto asfixiante. En el periódico, más de doce horas de trabajo diario han dejado grabado a fuego la cara menos amable de este oficio. Su plena dedicación. Aunque a nadie le debe sorprender.

Incontables horas de guardia en el Rico Pérez al bendito sol del verano, interminables viajes a la Orihuela más desconocida, donde los secarrales dan paso a eternos pasajes verdes, y más páginas, por norma, que noticias por trasladar a un lector tumbado en la hamaca de la playa han dado forma a dos meses largos, muy largos, que concluyen hoy a las 18 horas, cuando Rubinos Pérez dé el pitido inicial.
No ha sido nada fácil. Meter la cabeza en un grupo tan cerrado y estigmatizado con ciertos medios ha resultado, visto con cierta perspectiva, hasta gracioso. Aunque pasar la vida haciendo agujeros para respirar y que luego el inevitable abandono los tape… resulta algo ingrato.

No obstante, de vez en cuando, toca a la puerta alguna sorpresa agradable. Una de ellas, me asaltó en Alcoy, en los prolegómenos de un amistoso del Hércules, que a la postre quedó reducido a mera anéctoda. Aunque siempre, no sé por qué, esas sorpresas vienen con cierto regusto amargo. ¿Será porque la felicidad, además de no existir a tiempo completo, se envuelve en toques ingratos…?

Pero no todo ha sido trabajo. Después de mucho penar, he conseguido unir dos puentes de tres días. ¡Guauuu! Dos altos necesarios. El primero, a Barcelona. El segundo, a los ‘Sanfermines chicos’. Vamos: donde siempre y (casi) con los de siempre.Días agradables pese a ser más recordados que vividos.

Y así llega septiembre. Con un futuro algo incierto y una celebración sin ánimo para festejar. También a la espera de que la UAB decida si merezco estar entre ellos, a distancia. Si no fuera porque les agradeceré un supuesto ‘sí’ con miles de euros, podría dar la impresión de que les pido algo. Y no es así. Sólo busco una escapatoria a la rutina diaria. Ahí también tiene hueco, a priori, la promesa deportiva de todos los años, que se queda en voluntad inicial y busca excusas con el paso del tiempo. Aunque varios sistemas de mi cuerpo, cada vez con mayor insistencia, me suplican que ahora sí.

Más allá de lo personal, el curso se presenta apasionante. El Hércules en Primera División, entre los grandes, y las elecciones municipales y autonómicas a la vuelta de la esquina. ¿Qué más queremos! ¡Ah! Y el blog, después del [obligado] asueto veraniego, otra vez dispuesto para dar espacio a pensamientos varios.

En marcha, pues. Ya está todo listo para 'jugar' con el 'tiempo'

7 de julio de 2010

Mal día para ser blanquiazul


Demasiados días de celebración. La fiesta arrancó la tarde del pasado 19 de junio, cuando la victoria en Irún devolvió al Hércules a Primera División. El sueño de una ciudad (o parte de ella) ya era una realidad. Y con él llegaron otros, también importantes. Cuando la entidad blanquiazul apenas llevaba 24 horas entre la élite del fútbol español, la corporación municipal, con la alcaldesa a la cabeza, recibió a los ‘héroes’. Allí, en el Ayuntamiento, entre controvertidas frases de unos e inoportunos cánticos de otros, Castedo se erigió como la protagonista de acto. Como es habitual. La alcaldesa pidió la ayuda a los ciudadanos (¿?) para llevar a cabo la reforma del Rico Pérez. Con esta propuesta, que contó con el apoyo de la oposición, la fiesta herculana se prolongaba. No sólo se subía a Primera sino que además se iba a remodelar un estadio que, hoy, da vergüenza ajena.

Sin embargo, como marca la tradición, las buenas noticias en el Hércules no se pueden prolongar en el tiempo. Y ayer fue el día que aguó la fiesta. De madrugada se conoció la muerte del presidente más legendario del club, don José Rico Pérez. El máximo dirigente en la época de gloria del Hércules, con Arsenio Iglesias en el banquillo y un equipo que llevó al Hércules hasta la quinta posición en Primera División, falleció en la madrugada del pasado martes a causa de una insuficiencia renal. Cosas de la edad.

Hasta el tanatorio de La Siempreviva, donde descansaban los restos mortales de Rico Pérez, llegaron numerosas personalidades de la sociedad alicantina, entre ellos, el actual presidente del Hércules, Valentín Botella. Acompañado por el vicepresidente Juanjo Huerga, el dirigente blanquiazul se presentó con el rostro casi desencajado. Y no, no era por la muerte, esperada, de don José.

Desde primera hora de la mañana saltó la noticia en la ciudad, y se extendió al resto del país: la Policía estaba registrando el domicilio de Joaquín Ripoll. Luego, se sumaron a la lista las dependencias de la Diputación y las oficinas del máximo accionista del Hércules, Enrique Ortiz…

Ahora que parecía todo rodar de cara para los intereses del Hércules… salta la bomba, quedando el adiós de Rico Pérez como una anécdota. Y, echando mano de la broma fácil: la cosa huele mal, no desprende aroma de Loewe.

Las informaciones se acumularon durante toda la jornada, hasta altas horas de la noche. Se habló de altas cantidades de dinero en efectivo en el domicilio de Ripoll. También de que Ortiz se había entregado en una comisaría de Navarra, donde disfrutaba de unos días de vacaciones. Luego se especuló sobre detenciones que nunca se llegaron a confirmar. Demasiados rumores interesados que rondaron por las redacciones. Algunos, mal hecho, convirtiéndose en parte de las noticias que ofrecían distintos medios de comunicación. Hoy, claro, se esperan rectificaciones que nunca llegarán. Somos así.

¿Más polémica? El TSJ se desmarca de las actuaciones que llevaron a cabo este martes. Otros ven innecesario que decenas de policías (hasta un centenar según algunas fuentes) se desplazaran hasta Alicante para registrar domicilios y despachos. También puede parece excesivo que se detenga al presidente de una diputación provincial para tenerlo doce horas de espera en una comisaría, tomarle declaración durante apenas diez minutos y mandarlo, con las mismas, a casa. Aunque en estos tiempos, nada debe sorprender. Tampoco que Canal 9 situé como noticia preferencial el "caso Ripoll" cuando otro caso, el Gürtel, pasó de puntillas por las escaletas del ente autonómico.

Ahora toca esperar, escuchar a las partes, no creer ninguna versión (¿alguien dirá la verdad en todo este asunto?) y ver en qué queda este supuesto asunto de corrupción política. La experiencia dictamina que, a buen seguro, pocas responsabilidades se depurarán… Tal vez porque no sea necesario, entonces algunos deberían juzgar el ‘numerito’ policial. Tal vez porque los políticos, por contrato, presumen de demasiada cintura y escasa vergüenza.

Mientras tanto, ya veremos qué pasa con la ya firmada reforma del Rico Pérez. ¿Seguirá el Ayuntamiento adelante con la cesión de terrenos al empresario Enrique Ortiz? ¿Mantendrá el PSOE el apoyo a la remodelación del estadio? Incluso, ¿puede peligrar el Hércules si la operación policial acarrea consecuencias jurídicas? Años ha, Alperi, por aquel entonces alcalde de Alicante, le pidió a Ortiz que se hiciera cargo del Hércules, ante la paupérrima situación económica que atravesaba la entidad. ¿Llegará ahora otro punto de inflexión?

La Fiscalía dirigida por el tal Briones, la tan poco respetada Justicia y, sobre todo, el tiempo… señalarán a los culpables. Aunque, mediáticamente, ya hay sentencia. Y, muchos, la deben estar celebrando, pese a que en sus declaraciones sean más prudentes de lo que fue Ripoll cuando le tocó estar al otro lado en los presuntos casos de corrupción que manchan, día tras día, el nombre de esta Comunidad.