8 de febrero de 2012

Diez minutos de nada

¡Cuánto pueden dar de sí diez minutos! Vale, de acuerdo, según para qué... Sin duda, diez minutos son más que suficientes para echarte unas risas con ciertos personajes que dicen ser periodistas. Viven, y muy bien, de ofrecer su opinión de tertulia en tertulia. ¿El delito? Pagarles por ello. Y más, si es dinero público. Con ese recelo, para saber en qué se invierte parte de mis impuestos, he clicado el ‘nueve’ del mando pasadas las once de la noche. Allí andaban, en torno a una mesa presidida por Isabel Durán –ya empezamos con el pie cambiado–, un puñado de periodistas con pareceres más que homogéneos. Pero para gustos, colores. En el primer vistazo, me he encontrado con Mamen Gurruchaga, motivo más que suficiente para quedarse un rato a curiosear por el ente autonómico. Escuchar a la que se hace llamar ‘analista política’ produce dos reacciones, no hay más: o te indignas al observar la sarta de memeces que hila sin reparo... o, por el contrario, apuestas por tomarte con sentido del humor sus comentarios. A veces, siendo sinceros, resulta complicado mantenerse en el segundo de los escenarios sin notar un crecimiento progresivo de la yugular. Ejemplos, a patadas. Rescato dos que valen como ilustración de su capacidad analítica. Hablando de las compañías de vuelos de bajo coste, apunta Gurruchaga: “En Cantabria, el Gobierno paga ‘equis’ dinero para que la compañía… Bueno ­–matiza–, hablo de Cantabria por no meterme con la Comunidad Valenciana”. Ya saben lo de mantener la boca cerrada para no despejar dudas... Pues eso. ¿Para no "meterte" con qué? Hay que ser corta de miras, y una horrenda profesional, para reconocer la autocensura durante un programa de televisión. Corta de miras, digo, por no recurrir al chascarrillo de turno... Acto seguido, a la intervención de Alfonso Rojo (autor de otra frase no menos concluyente: “Ayer, al juez Soriano le meten el micrófono y, como ahora todos quieren ser famosos, opina sobre lo que no tiene que opinar un magistrado del Supremo…”) acerca del dopaje y las acusaciones al deporte español vertidas por el extenista Yannick Noah, Gurruchaga, con su habitual ironía (?), pregunta en tono menor: “¿Ése es el negro, no?”. Sí, Mamen, Noah es un bocas, negro de piel… y tú eres más bocas si cabe y de pelo teñido. Total, estáis a la par, pero con una diferencia reseñable: a ti te pagan, con dinero público, para que analices la actualidad. O sea, querida Mamen, que lo tuyo tiene aún más delito. Y eso ya es apuntar alto…
A la izquierda, prueba de primera; a la derecha, portada de hoy de ABC.
Algo más de diez minutos, aunque el resultado merece ser recordado, tardarían anoche los responsables de ABC. El fallecimiento de iconos nacionales, sin distinción de su ámbito profesional, se convierte en una oportunidad para la creatividad periodística. De todas las portadas que han decorado hoy los kioscos, salvo las dos, en mi opinión, más significativas. En poco se parecen, pero ambas recogen dos señas de identidad de Antoni Tàpies. El diario de Vocento muestra en su portada el dibujo, obra del artista catalán, que ilustró una edición especial de ABC en 1998. Así, la obra del pintor luce como protagonista. No obstante, según han explicado fuentes del periódico , los responsables dudaron entre la publicada y una segunda opción, en la que se veía un primer plano de Tàpies. En ambas, eso era innegociable, la cabecera adoptaba la tipografía de uno de los catalanes más universales. Ese primer plano que se quedó en los cajones del ABC, aunque todavía más personal, ilustra la portada de La Vanguardia. El diario del Grupo Godó, como se indica en el pie de foto, abre con una imagen tomada en marzo de 2009. “El fotógrafo (Pedro Madueño) pidió al artista que se dibujara la T de Tàpies. ‘Me pintaré la cruz que me ha perseguido toda la vida’, le respondió”, relata el texto que acompaña a la impactante fotografía de Tàpies. Al margen de su obra, pocas imágenes podrían representar mejor al artista catalán. Poseyendo esa instantánea tan personal, el trabajo está casi hecho. La Vanguardia, creo que con acierto, no podía más que rescatar dicha fotografía. Y así fue. Dos portadas antagónicas, pero fieles al "estilo Tàpies".
Portada de hoy de La Vanguardia.
Algo más de diez minutos, por continuar con el hilo y ya para cerrar el cuaderno, están empleando efectivos de bomberos y de brigadas forestales en extinguir un incendio en Mutxamel, en las instalaciones de la empresa agroalimentaria Bonnysa (en su adaptación ‘Bonisa’ para EFE y el resto de medios que han ‘copy-paste’ el teletipo de la agencia). Leo en los digitales que, según fuentes del Consorcio Provincial, el fuego se inició minutos antes de las tres de la tarde por causas todavía desconocidas. En la Red, en el submundo fogoso de la Red, los especuladores ya empiezan a resaltar la relación contractual entre Bonnysa y Mercadona, a la vez que traen al debate a la valenciana Químicas Oro. ¿Leyendas urbanas? ¡Y lo que gusta fantasear desde el anonimato...! Parece, desde la cautela, que la imaginación de nuevo vuela demasiado alto, más cuando fuentes de la empresa han precisado que el fuego solo ha afectado al almacén de restos, donde se acumulaban desechos de material vegetal. Pero el tiempo dictará sentencia. Para todo lo demás, ya saben, el TAS.
Eso que ves una columna de humo desde la UA... y te acercas a ver qué sucede. ¡¡Fuego...!!

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