15 de mayo de 2008

Deporte: ¿Educación o competición?

El Palacio de Congresos de Elche ha acogido esta tarde la mesa redonda «Educando a través del deporte o fábrica de cracks», moderada por el veterano periodista Santiago Gambín. En la charla han intervenido tres especialistas en el deporte llegados de ámbitos muy distintos. Eduardo Cervelló ha roto el hielo. El vicedecano de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad Miguel Hernández ha expuesto, desde una perspectiva teórica, su visión acerca de la actual idiosincrasia del deporte base. El profesor ha confirmado, gracias siempre a la base científica, que es compatible la educación deportiva y conseguir un alto rendimiento. Además, ha recalcado la importancia del entorno del deportista a la hora de alcanzar los retos marcados y ha calificado de «esencial» la motivación, como elemento diferenciador. Cervelló ha concluido su intervención con una frase categórica, pero matizada. Asegura que «el deporte no es educativo», sólo -matiz- «puede resultar educativo si si se ponen reglas y se integran valores en la práctica deportiva». Por tanto, para el vicedecano la «competición es imprescindible, pero también compatible con la educación deportiva».

A continuación, ha intervenido Luis Castillo, ex presidente del Lucentum Alicante. El empresario ha dejado claro, desde el primer momento, que conseguir que las categorías inferiores de un club descubran a un «crack» es una «lotería». Y ha rechazado de raíz a aquellos equipos que no confían en la cantera y que, por norma general, «descartan a chicos a edades muy tempranas». Castillo ha resumido su intervención con una frase tan acertada (desde mi punto de vista) como utópica: «Los clubes no deben pensar en sacar un ‘crack’ deportivo, sino en conseguir que en su base se formen ‘cracks’ como personas, buenos tipos». ¿Por qué utópica? Él mismo ha contestado: «La economía es un elemento fundamental, en el que nadie suele reparar. La cantera cuesta mucho dinero». El ex dirigente (intentando arrancar las risas de los presentes) ha dicho que en Alicante se le recuerda por los cuatro millones de euros que adeuda el club, pero que nadie menciona los más de dos millones que dedicó, durante su mandato, a la base. Aspecto discutible y algo demagógico, por otra parte.

Por último, y como «estrella» invitada, ha hablado Fernando Romay. El ex jugador del Real Madrid e integrante de aquella selección que consiguió la medalla de plata en Los Ángeles’84 ha destacado el papel pasivo que juegan los niños en sus inicios deportivos. «Los padres elegimos por ellos, sin preguntarles qué les gusta, qué quieren hacer, a qué quieren jugar». Romay ha abogado por cambiar el concepto de deporte y por actualizarlo, ya que -para él- la juventud de hoy tiene unos valores muy distintos a la pasada y ya no utiliza el deporte como diversión. La FEB, ha señalado Romay, está iniciando una campaña para hacer del baloncesto una disciplina más cercana a los niños, donde ofrece nuevas actividades como el «Tribasket», una competición que consta de tres modalidades: Tiro (tiro libre, dos puntos y triple), habilidad (manejo de balón) y juego (1x1, 2x2 y 3x3). Así, aduce Romay, el baloncesto estará más presente en la vida de los jóvenes y, por ello, la Federación pretende triplicar en las próximas fechas el número actual de licencias federativas, alcanzando el millón. Una meta más que ambiciosa. Fernando Romay, volviendo a la mesa, también ha apoyado la tesis de «apostar por crear ‘cracks’ como personas, y si aparece algún ‘crack’ como jugador… pues mucho mejor». Además, ha recalcado que la «diversión» es un factor esencial para enganchar a los jóvenes al deporte. Hoy, dice Romay, el deporte es «prescindible para la sociedad. Nuestra obligación -dice- es facilitar ese acceso de las personas al deporte». Así todo, claro, será mucho más fácil.

Al final de la sesión cobraron importancia los padres y su influencia negativa en la educación deportiva de sus hijos. Todos estuvieron de acuerdo, «los padres no ayudan nada». He aquí el problema real.

Una conferencia interesante donde se ha hablado, desde distintas perspectivas, del futuro del deporte de base, de los problemas actuales y de las posibles soluciones. Y donde, sobre todo, se ha destacado la limitada influencia que tienen los niños durante sus inicios en el deporte. Y donde, por último, se ha señalado a los padres como culpables, fundamentalmente, de las carencias pedagógicas que tiene el deporte actual en los más pequeños. «Ahora sólo vale ganar, aprender es secundario», acordaron los invitados.

Chichi Creus, por ejemplo, como ya ha aprendido mucho, deja la selección española y comienza una nueva etapa en el Barcelona. ¡Suerte!

Sin embargo, como el Estudiantes nunca aprende, ha vuelto a cometer por segunda vez el mismo error: permitir que Gonzalo Martínez (vital en la salvación del equipo) abandone el club... por la puerta de atrás.

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