Esta mañana se ha hecho público el esperado fallo, y nunca mejor dicho. El magistrado Vázquez Honrubia ha impuesto sendas multas de 3.000 euros a Guillermo Torres y Manel Fontdevila, autores de la archiconocida caricatura de los Príncipes.
El juez ha considerado que tanto el dibujo como el texto de la viñeta son «objetivamente injuriosos». Aún así ha rebajado en un 50% la multa que solicitaba la Fiscalía.
En realidad no sé qué es más lamentable: el resultado de la sentencia o la solicitud del fiscal.
La libertad de expresión, claro está, debe tener unos límites. Pero ¿la portada de El Jueves los sobrepasaba? Para unas cosas tanto y para otras tan poco… En fin.
La pasada semana, en la Universidad, nos facilitaron un Informe de Reporteros Sin Fronteras, donde la organización francesa denunciaba los casos de falta de libertad en distintos países de Europa y la extinta URSS. Ejemplos flagrantes para la profesión periodística, lugares donde es imposible informar acerca de las intenciones de los gobiernos, de sus actuaciones.
Y me pregunto, ¿no es peor nuestro caso? La familia real debe exigir respeto, pero no más que cualquier otro cargo representativo del poder español. Incluso, no más que cualquier ciudadano (y en este instante, con los programas de sociedad, los jueces no darían abasto).
Pero yendo más allá, la supuesta humillación de esa viñeta, ¿dónde estaba? ¿En la imagen? Pienso que no ¿Nos es peor, más ofensivo, el texto que la acompaña? Está claro que ese mismas líneas (donde se les tachaba de vagos e improductivos) sin el correspondiente dibujo no hubiera tenido ni un ápice de la trascendencia que tuvo.
Por otro lado, aunque no menos importante, la actuación de la Fiscalía. ¿Cuál era su finalidad? ¿Pretendía defender a la institución o incrementar la polémica? Quiero pensar que la respuesta correcta es la primera. Quiero, aunque eso no significa que lo consiga. Entonces que se dediquen a asuntos más relevantes y que vulneran mucho más la libertad, aunque no sea la de prensa.
¡Esto es España! Demócratas nos llaman.
P.S.: ¡Ah! Y ya sabéis. Para conseguir dinero, a tener hijos. A nosotros las injurias, ni de refilón. Dicen que no tenemos ni fama ni estimación. Ellos tampoco, que es lo peor.
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